Cap.22 La cita oficial parte dos

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Suavemente Christian bajó las manos hasta las de Ana y enlazó sus dedos entre los suyos, seguía besándola dulcemente, llevó las manos hasta la espalda de Ana y al aprisionarlas ahí acercó más su cuerpo y se pegó a ella, esto la tomó por sorpresa y sin separase abrió un poco la boca de la impresión lo que permitió que él introduzca su lengua para explorar, el beso se intensificó y con ello las ganas de Christian, presionó más su cuerpo al de Ana, y con una sola mano aprisionó las de ella en su espalda y con la otra la tomó del rostro para evitar que se moviera, Ana estaba disfrutando de las sensaciones que no le importaba lo que él hacía, había esperado tanto por este momento que se sentía capaz de dejarse manejar por él, Christian estaba fascinado, los besos para él siempre habían significado intimidad, a sus sumisas solo las había besado cuando la ocasión lo ameritaba y algo así como recompensa a un buen comportamiento, pero desde que conoció a Ana lo único que deseaba era besarla, y ahora que lo hacía no quería parar, lentamente fue caminando llevándola hacía atrás hasta que sus rodillas traseras sintieron algo duro, con mucho cuidado la fue bajando para recostarla en el sofá, le soltó el rostro y colocó esa mano en su espalda para apoyo y le soltó una de las manos y la levantó sobre su cabeza, cuando el cuerpo de Ana estuvo totalmente recostado, con su otra mano levantó la de Ana y las juntó sobre su cabeza, volvió a aprisionar sus manos en una de las suyas y la que tenía libre bajó hasta su pierna izquierda y acarició el espacio entre su falda y sus botas muy suavemente, el beso era cada vez más sensual, Christian estaba sobre el cuerpo de Ana pero no se apoyaba completamente sobre ella, estaba sostenido por una rodilla que estaba situada entre las piernas de Ana, la mano de Christian fue subiendo hasta sus muslos y Ana se estremeció debajo de él.

Lo deseaba, como nunca en la vida había deseado a nadie, quería que él la hiciera suya, quería sentir su piel, saborear cada centímetro de su cuerpo, pasar sus dedos por su cabello y que él la tomara con fuerza.

Christian estaba extasiado, el deseo recorría su cuerpo y las ganas de hacerla suya lo estaban por volver loco, nunca en toda su vida una mujer había causado este efecto en él, jamás había besado a nadie de la manera que la estaba besando a ella, su sabor era algo único, sus labios se amoldaban perfectamente a los suyos y su piel era tersa y suave, perfecta, todo en ella gritaba perfección, su mano seguía recorriendo sus muslos y con movimientos suaves bajaba hasta sus rodillas, él la sentía temblar y estremecerse levemente con cada caricia, cuando el beso subía de intensidad fue ella la que levantó un poco las caderas y pego su cuerpo al de él, eso fue todo lo que bastó para que él enloqueciera, el beso se volvió salvaje, voraz e intenso, su lengua se enredaba en una danza sensual con la de ella y enviaba corrientes eléctricas al centro de su deseo, su mano abandonó la pierna y fue haciendo un camino desde su estómago acariciando su abdomen hasta llegar a su pecho, y con suavidad lo tomó con su mano, era la medida perfecta, con mucho mimo lo acarició sobre la tela, Ana gimió en su boca y se removió inquieta, sus caricias estaban causando que perdiera todo sentido común y entre sus piernas sentía crecer a cada segundo la humedad, Christian se colocó directamente sobre ella apoyando su cuerpo sobre sus caderas, por encima de la ropa Ana podía sentir su erección y esto causó que ella lo besara con mayor fuerza, él empezó a moverse y frotarse sobre ella despertando sensaciones que eran totalmente nuevas, siguió acariciando sobre la ropa su pecho y suavemente lo pellizco entre sus dedos, Ana gimió y arqueó su espalda ante esta sensación, de a poco los labios de Christian fueron bajando primero a la mandíbula y luego hacia el cuello repartiendo besos mojados, Ana gemía y movía su cabeza permitiéndole que tuviera mejor acceso, siguió bajando hasta su clavícula en donde deposito besos en cada rincón de piel que era visible, Ana se removía debajo de él aumentando la fricción con su cuerpo, respirando dificultosamente, Christian acercó nuevamente su boca a la de ella y la volvió a capturar, pero esta vez el beso fue más suave, mordió levemente su labio inferior lo que causo que Ana gimiera nuevamente, y aunque no quería terminar esto, sabía que era necesario, le dió un último beso suave y luego la miró, cuando Ana dejó de sentir sus besos abrió los ojos de golpe y se encontró con la mirada intensa de Christian, en sus ojos había deseo y lujuria.

Sombras tristes y oscuras. *Completa*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora