No lo podía creer, me sentía traicionada. Yo sé que ella y papá no están juntos ya, pero tenía la esperanza de que volvieran, y aparte, ¿por qué debía ser él? ¿Por qué ese señor?
Ahogué unos gritos en la almohada. Ahora Jungguk y yo, ¿hermanastros? Genial, mas presión para ser la hija perfecta. Y encima el idiota de Yoongi se ríe.
Quería asesinar a alguien, la rabia me estaba invadiendo. Justo cuando trato de alejarme lo más que puedo de alguien, el universo me dice: «No, no, debes tenerlo muy cerca», ¿qué quieres de mi universo?
No sabía que estaba lloraron hasta que sentí una gota caer en mi regazo, las lágrimas se deslizaban por mi mejilla, me sentía patética, odio llorar, aborrezco todo lo que tenga que ver con los sentimientos, pero, vaya que me estaba doliendo saber que mi papá no volvería a entrar en la vida mi madre, y que no volveríamos a ser los cuatro juntos otra vez, una feliz familia Min, que tenía sus defectos, como todas, pero al fin y al cabo éramos felices.
Yo no sé si vaya a aceptar a ese hombre en mi familia ahora, de tan sólo pensar en tener que compartir una casa con los dos Jeon, me enfermo del estómago.
Limpie mis lágrimas y me eché en la cama, pensando en cómo carajos pudo suceder esto. Sé que ellos se conocían, siempre salíamos con la madrastra de Jungguk y él, pero, ¿cómo se puede meter con el marido de su supuesta mejor amiga? ¿Será por eso que dejaron de hablarse? ¿Será que la señora Kim y el señor Jeon ya no están juntos?
Trataba de sacar algunas conclusiones, pero como nunca le presto atención a ese tipo de chismes y cosas, no soy de estar metida en la vida de mi madre, o de los adultos en sí. Y sé que con Yoongi tampoco conseguiría respuestas, si yo era desinteresada en eso, él si se preocupaba por su vida, era mucho.
Yo estaba totalmente consternada, la noticia me había caído como un balde de agua fría, literal me sentía por los suelos, y a la vez furiosa. Pero yo no podía decirla nada a mi madre, ¿quién soy yo para prohibirle salir con ese hombre?
Me imaginaba como seria todo de ahora en adelante, tener que hablar con perfect boy, o incluso tener que vivir con él. El bullying de parte de Yoongi y Jackson, será brutal. Carajos, ¿qué haré ahora?
Como no todo es malo en la vida, suena mi celular, anunciando un mensaje nuevo. Lo tomo sin muchas ganas, y un número desconocido es el que escribe, pero al ver de quién se trata, creo que todo lo que me perturbaba desaparece de mi mente.
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Número desconocido.
• Hola Jaesoo, es Jimin.
• Dice Namjoon que mañana luego de
el almuerzo, tendremos la sesión de
estudio.
• El profesor nos permitió faltar a clases.
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Quedé un momento en shook, porque aparte de que no recuerdo haberle dado mi número, es Jimin, Jimin me estaba escribiendo. Si Mindae estuviese aquí, probablemente estuviésemos las dos saltando como niñas por toda la habitación. Mi corazón se aceleraba y no sabía como responder, ¿debía hacerlo de forma desinteresada o con cariño? ¿Me hago la difícil o me lanzo? Lo cariñoso nunca ha sido mi estilo, y por más que me guste, no me voy a comportar como una niña enamorada. Pero lo agendé con el nombre más cursi que se me ocurrió.
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Mi Mochi.
• Hola Jaesoo, es Jimin.
• Dice Namjoon que mañana luego de
el almuerzo, tendremos la sesión de
estudio.
• El profesor nos permitió faltar a clases.
• Hola Jimin.
• Ok, gracias por la información.
• Pero, ¿no iba a ser luego de las clases?
• Sí, pero nos surgió algo.
• Una fiesta.
• ¿Quieres ir? Es en casa de Hoseok.
• Oh, bueno, está bien.
• Veré si puedo.
• Espero que sí puedas.
• Hasta mañana Jae.
• Hasta mañana Jimin.
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¿Qué? Jimin espera que vaya a la fiesta, me invitó y concluyó la conversación con una emoji de beso. ¿Estoy viviendo un sueño? Primero era una pesadilla, y ahora todo cambió para bien. Grité de emoción contra la almohada. Primero, tiene mi número sin que yo se lo haya dado, y luego me invita a la fiesta. Tengo que ir a contarle esto a Mindae.
Me dispongo a tomar un baño rápido, me pongo mi pijama, y mis pantuflas afelpadas, iba a salir pero sólo a dos casas de la mía, ya los vecinos acostumbraban a verme así, y tampoco es que me importara mucho su opinión.
Salí de mi habitación, con la idea de salir por la puerta delantera, pero me detuve en seco en cuánto bajé las escaleras. La verdad no me apetecía ni ver de reojo que hacían esos dos allí, así que saldré por la trasera.
Cuando iba a tomar mi camino hacia ella, escucho sin querer algo que el señor le dice a mi madre.
—Baegi, ¿te quieres casar conmigo?— Esas palabras fueron como puñaladas en mis oídos.
¿Cuánto habían estado saliendo que ya hasta quieren casarse? ¿Qué carajos pasa aquí? Quiero golpear a ese tipo.
—Sí-í, si quiero Deukook.— Dijo mi madre entre lágrimas, a lo que pude deducir por su tono de voz.
Quería entrar allí, e interrumpir aquella escena, gritar palabrotas a mi madre y a ese hombre. Pero no pude ni mover un músculo, la impresión me dejó congelada, y allí estaban otra vez las lágrimas.
En lo que mi cuerpo pudo reaccionar, salí corriendo por la puerta trasera de la casa, y no pude evitar cerrarla con todas mis fuerzas al salir. Corrí a casa de Mindae, y me subí a la casa de árbol en la que tantas veces nos ocultabamos para jugar. La habían construido mi padre y el de ella, la hubiesen hecho en mi patio, pero el árbol que allí hay es muy débil.
Me dejé llevar por mi sentimiento de frustración y rabia, y las lágrimas emanaban de mis ojos como cascadas, también las palabrotas no dejaban de salir de mi boca. Mi mamá tenía mucho que explicarme.
Carajo, ahora seré hermanastra del ser que menos quiero en mi vida.
