— ¿Pero te ha picado algo o qué? ¿Estás loco?— Lo miré en pánico.— Yoongi, nosotros no somos ningún tipo de espías o algo así.— Susurré escondiendo un poco mi rostro tras él.
— No es necesario que lo sean.— Habló Jungkook.
Por un momento me avergonzó que me hayan oído, pero no pude evitar temer, si todo lo que decían es cierto, a mí ya pueden ir entregándome a los tipos esos, o al mismo Deukook. Yo soy muy nerviosa, soy pésima actuando bajo presión así, en el momento que siento que mi vida corre peligro ya me da pánico, a veces entro en modo off. Realmente todo ésto me pone los nervios de punta. Y vaya que puedo parecer muy valiente, pero yo lo que soy es una bocona, impulsiva y grosera, no creo poder controlar mi temor a toda ésta situación. ¡Hay matones que pueden descuartizarnos, Dios!
— ¿Por qué ustedes ven toda ésta mierda tan normal? ¡No les veo temblar ni un pelo!— Grité lo último exasperada de la calma que tienen a pesar de todo.
— Hemos tenido que vivir ésto mucho tiempo, ya estamos acostumbrados.— Me respondió Jungkook encogiéndose de hombros.
— Bueno, si están de acuerdo en que nos ayudemos los unos a los otros, deben volver pronto a la casa.— Dijo Seokjin.— Y no te preocupes Jaesoo, nosotros estaremos resguardando sus espaldas. Bueno, voy a necesitar que se queden aquí un día más.- Pensó un momento.— Tengo que mostrarles a las personas de quienes deben cuidarse, o de quienes deben alertarnos si los siguen...— Revisó su celular.— No tengo fotos a la mano, las reuno para mañana.— Se levantó del piso, y su hermanastro lo imitó.— Por ahora, nos vamos. Vayan planeando que decirle a su madre para que los deje regresar.
— ¿Seguros que Deukook ni sospecha que pueden estar aquí?— Preguntó Yoongi también levantándose de la cama para ir a abrir la puerta.
— Seguro.— Respondió Seokjin.— Ya conocemos los puntos ciegos de la casa, y aparte, a ésta hora no se le ocurre molestarnos, a menos que necesite algo, pero debe estar muy ocupado en "su noche de bodas", creo que hasta salieron de la casa.— Se encogió de hombros.
Ambos chicos caminaron hasta la puerta de salida de la habitación.
— Ya no quiero más disputas entre ustedes.— Me miró Seokjin antes de salir.- Luego de que salgamos de ésto se pueden matar si quieren...— Rió.— Aunque no creo que la cosa termine así.— Jungkook le golpeó el hombro y yo lancé el vaso vacío de coca hacia él.
Salió riendo antes de que yo pudiese pegarle y Jungkook salió tras él, luego Yoongi cerró la puerta.
— Después de que Baegi nos echó de la casa, ¿ahora debemos rogarle? ¿Qué mosco te picó?— Le pregunté incrédula de que haya aceptado tal cosa.
— ¡No sé!— Dijo tirándose en la cama.— Jaesoo, hagamos o no hagamos algo, estamos en peligro, según lo que yo entendí. Y por más que sea, debemos salvar a nuestra madre, ¿o te vas a quedar quieta si te echan la culpa de robarle a la familia Lee?
— Pues... ¡no!— Me alteré.— No me pueden echar la culpa a mí, yo no hecho nada.- Me paré y empecé a caminar de un lado a otro.— No hay manera en que me vinculen en algo así. ¡Yo no he hecho nada!— Hice un berrinche allí parada.
— Piensalo bien, tú eres la única con acceso a la casa de Mindae totalmente libre, eres su mejor amiga, vas a esa casa desde pequeña. Los señores Lee no sospecharían jamás de ti, y al estar el dinero en las cuentas de mamá, por supuesto que te culparán a ti.— Dijo serio.— Debemos hacer algo, porque igual estamos con la mierda al cuello.
— Yoongi, ya te dije que no somos ningún tipo de súper héroes, o espías. Yo ni siquiera puedo mantener una mentira por más de una semana. Estaba tratando de ocultarle cosas a Jimin y ésta tarde tuve que contarle todo. No me veo para nada como una temeraria y valiente chica de película.— Me tiré en la cama, tomé la sábanas y me acurruqué en forma fetal.
Sentí cómo mi hermano se acercaba a mí, pasaba su mano por mi cabeza y luego quitaba la sábana de mi cabeza.
— ¿Tú crees que yo no tengo miedo? Estoy aterrado, y de verdad me sorprende cómo a esos dos no les tiembla el culo al decidir ir contra Deukook.— Me abrazó.— Pero, debemos salir de ésto Jaesoo, y yo te voy a cuidar, siempre lo he hecho, y no me ha salido mal hasta ahora, ¿no te parece? Estamos juntos en ésto, ¿vale?— Suspiró profundo.— Creo que ni siquiera tenemos idea a qué nos enfrentamos, pero creo que cualquier cosa es mejor que ser quemados por mafiosos, ¿cierto?— Rió un poco, intentando levantarnos el ánimo.
— Ésto es un puto asco.— Me quejé.— Y si te pones a ver, todo es culpa de nuestro papá.
— Sí, pero bueno...— Respiró sonoramente.— Así es la puta vida, un puto asco.— Besó la coronilla de mi cabeza.
Nos quedamos un rato así, pensando y abrazados. En ese momento, a pesar de todo lo malo, me sentía muy afortunada de tener un hermano como Yoongi, nos queríamos tanto que uno daría la vida por el otro, siempre hemos tenido que protegernos y cuidarnos solos, y en una situación así, mucho más aún. También pensaba en lo loco que es todo, nosotros que pensábamos que con poner una queja de maltrato en la policía podíamos deshacernos de Deukook, y resulta que la cosa es tan complicada que podríamos hacer una serie o una película de esa historia, pero en esa historia me pondría un poco más heroica, porque una protagonista así de cobarde como yo, no gana audiencia. Y además me preocupaba de qué podría o no contarle a Jimin, de cómo será todo con él si tengo que ocultarle cosas otra vez, puesto que para nada lo quiero metido en éste enredo, no podría aguantar el que le hagan daño por mi culpa.
Mierda, ¿y si esos tales tipos saben que es mi novio y también le quieren hacer daño? No, no, no. Carajo, ¿tendré que terminarle?