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El sonido de una música bastante reconocida para mí interrumpió mi sueño, Replay de SHINee sonaba fuerte por toda la habitación. Busqué el celular debajo de las sábanas metiendo las manos por todos lados, también fastidiado a Yoongi. Cuándo lo encontré con un ojo entreabierto vi de quién se trataba. Era Jackson.

—Aló.— Atendí con voz adormilada.

—¿Aún estás dormida? ¿No piensas ir al colegio o qué?— Me cuestionó enérgicamente.— Estoy esperando que tú y tu noviecito me vengan a buscar.

Mierda, me quedé dormida para la escuela, carajo, ¿qué hora era?

Quité el celular de mi oído para ver la hora, las 6:40am, y yo entraba a las siete, moriré.

—Me quedé dormida Jackson.— Me levanté de un brinco de la cama.

—¿En serio? No lo había notado.— Dijo con marcado sarcasmo.

—Te llamo al rato.— Colgué y tiré el celular a la cama para buscar mi uniforme en el bolso que llevé y meterme al baño.

El teléfono volvió a sonar, pero ésta vez no lo tomé debía ser Mindae.

En lo que salí del baño, Yoongi estaba sentado en la cama con su cara de "me despertaron, voy a asesinar a todos".

—Que fastidiosos tus amigos.— Dijo amargado.— Jimin que te pasa a buscar en cinco.— Se levantó y se metió al baño dando un portazo.

Bueno, por lo menos en auto no llegaré tan tarde.

Me terminé de arreglar, me puse los zapatos, tomé los cuadernos necesarios y dejé los demás tirados en el piso, tomé un poco de dinero para el desayuno, y en cuánto mi celular sonó me preparé para bajar corriendo las escaleras del motel, no me fui sin antes decirle a Yoongi que tomara dinero si necesitaba y pedirle que me mantuviese informada de que está bien siempre, porque ya con todo lo que nos dijeron ayer, puedo decir que estoy totalmente paranoica de que algo que pueda pasar.

Corrí hacia el auto de Jimin en lo que lo vi estacionar, me monté en el asiento de copiloto y mientras me colocaba el cinturón de seguridad agitada, le dije:

—Vamos por Jackson, por favor.— De forma amable.

—Hola, ya estoy aquí.— Dijo Jackson, y yo me asusté.— ¿Tan invisible soy?— Rió al ver mi reacción.

—Mierda, ¡no vuelvas a hacer eso, joder!— Le grité sosteniendo mi mano en mi pecho agitado.— ¡Y tú tampoco me dices nada!— Golpeé el brazo de Jimin.

—Lo siento, es que tú estabas tan agitada, ni los buenos días me diste, si quiera un beso.— Hizo puchero, pero viéndo al frente porque estaba manejando.

Yo me incliné un poco hacia él y besé su mejilla.

—Ajá, ajá, basta de cursilería.— Jackson metió sus manos entre nosotros y me devolvió a mi asiento para él meter su cabeza entre los dos asientos delanteros.— ¿Puedo saber yo Jaesoo, porqué estás durmiendo en un motel?— Me miró directamente y con una ceja alzada.

Me hundí en mi asiento, ni me acordaba que él no sabía nada de eso, ¿ya ven a lo que me refiero cuándo digo que no puedo mantener un secreto por más de una semana? Bueno, sin embargo me las arreglé para ocultar lo de mis papás, pero era porque ellos no me preguntaban nada sobre eso, ahora sí no sé qué hacer. Lo que sentía eran ganas de golpear a Jimin.

—Yo... eh, Yoongi y yo... no estamos quedando allí porque...— Nada, no se venía nada a mi cabeza, estaba en blanco.

—Porque están fumigando su casa, ¿no es?— Dijo Jimin irrumpiendo en la conversación de buena manera.

—Sí, exacto, por eso. Habían pulgas, muchas pulgas, porque Baegi quería unas mascotas y tenía un montón de perros, entonces, eso pues...— Hice mi boca una línea recta, esperando que se creyera eso.

—¿A tu mamá le gustan los perros?— Frunció el ceño.— Y yo que la veía más de gatos.— Reí exageradamente a ese comentario.

—No sé, parece que era un crisis de los cuarenta.— Seguí riendo.

Jackson se echó finalmente hacia atrás y me dejó quieta, hasta que llegamos al colegio.

Justo en lo que nosotros bajamos del auto, Jungkook y Mindae también bajan de uno que estaba estacionado frente a la entrada del colegio. Jimin rodeó el auto para ir hasta a mí y tomarme de la mano, ambos caminamos así hasta la entrada, dónde Mindae estaba parada aparentemente esperándonos.

—Debemos hablar.— Me dijo al tenerme de frente.

Soltó la mano de Jungkook y me hizo soltar la de Jimin para apartarnos un poco de ellos dejar a esos tres en un momento bastante incómodo, según me parece.

—Quiero pedirte disculpas por ser tan grosera.— Tomó mis dos manos y las juntó, cómo si me rogara, pero eso no era para nada necesario, no tiene la culpa, tal vez yo fui muy estúpida también.— Sé que sólo te preocupas por mí, pero estaba tan emocionada que me cegué y no reflexioné bien las cosas, y por el odio que le tienes a Jungkook me tomé de que seguro estabas molesta por eso, y me molesté también.

—No tienes que pedirme disculpas, yo también me porté muy grosera, no supe apoyarte en tu momento de felicidad. Pero me desconcierta bastante que hayas sido tan irrespondable Mindae.— Hice una mueca de disgusto.

—Ya, lo sé, pero tranquila, voy a estar al pendiente de eso, en una semana me hago una prueba y descarto cualquier cosa, lo prometo. Estoy segura de que no estaría embarazada tampoco.— Sonrió segura, pero yo no lo estaba tanto.— ¿Estamos bien?

—Sí, lo estamos.— Sonreí y nos abrazamos.

Nos separamos y volvimos con los chicos, que efectivamente estaban pasando un momento incómodo. Jimin y Jackson se hacían algunas especies de señas que sólo ellos entenderían porque yo, no entendía nada y Jungkook tenía las manos metidas en los bolsillos y veía a cualquier lado que no fuese en dirección a ellos. Yo tomé la mano de Jimin para ir a nuestra clase y agité mi mano hacia Jackson en forma de despedida, Mindae dio un beso a Jungkook y se fue con Jackson a su clase y Jungkook se vino tras nosotros, porque vemos clases juntos.

Jimin y yo íbamos bromeando y riéndo, y yo podía sentir la mirada de Jungkook taladrándome la nuca, ¿le pica algo o qué?

Entremos al salón e inmediatamente que nos sentamos el profesor entró para dar la clase.

Dentro de tanta preocupación y cosas, se me hizo importante prestarle atención a la clase, estaba tan concentrada que por primera vez en la vida, de verdad estaba entendiendo a la perfección, no sé si era que todo me estaba pegando y transformando mi mente, o la cosa de que era el último examen del lapso y debía aprobar sí o sí. Ni siquiera miraba tanto a Jimin cómo antes, que estaba lejos de mí, porque todos tenemos nuestros puestos asignados.

Mi celular empezó a vibrar, y agradecí profundamente haberlo puesto en vibrador porque si sonaba, seguro me lo quitaban. Lo saqué de mi bolsillo, y eran varios mensajes de Jungkook que decían: "Sal" "Pide permiso para ir al baño" "Necesitamos hablar" "Es urgente" "JAESOO". Miré hacia dónde estaba con el ceño fruncido y él me hizo una seña con la cabeza de que saliera.

No lo pensé dos veces y alcé mi mano.

—Profesor, necesito ir al baño.— Me levanté sin esperar respuesta, tomé un pase del escritorio y salí.

Recibí otro mensaje que decía: "Ya salgo", y lo esperé en el pasillo hasta que lo hizo.

Natural. » Jeon Jungkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora