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16 de marzo del 2010.

Wao, Jaesoo tiene un pastel muy bonito. El rosa es bonito, aunque a ella le gusta más en azul. El azul como el del cielo, y las nubes...

—¡Tae bobo!— La voz de mi amigo hizo que quitara la vista del cielo, y el golpe que me dio en la cabeza.

—Eh, ¿por qué me pegas?— Traté de devolverle el golpe, pero él me esquivó.

—Porque estás allí como tonto parado, viendo hacia la nada. ¡Deja ser raro!— Jungkook frotó su mano en mi cabeza, alborotando mi cabello.

—Estaba viendo el pastel. Es bonito, ¿cierto?— Sonreí hacia él.

—Sí, pero no le va a gustar a Jaesoo.— Arrugó su expresión.— A ella le gusta más...

—El azul, lo sé.— Imité su gesto.— ¿Qué le compraste de regalo?

—Mi madre me hizo comprarle unas cosas tontas de niña, un diario, y un estuche de maquillaje.— Agitó la caja envuelta que sostenía entre su cuerpo y su brazo derecho.— Pero con lo que pude ahorrar, le compré también una caja de colores, con todos los tonos del color azul.

—Wao, eso le va a encantar.— Yo saqué de mi mochila una caja envuelta también.— Mi mamá y yo le compramos un oso de peluche, y sus chocolates favoritos.— Sonreí orgulloso.

—Está bien, pero mi regalo es mejor.— Jungkook sonrió con orgullo también.

La mamá de mi amigo lo llamó a sentarse en su mesa, y mi mamá también a mí a la cocina, dónde estaba arreglando unas cosas de la fiesta.

—No te vayas a ensuciar, mira, ya te despeinaste.— Ella volvió a peinar con sus manos mi melena.— Por favor, mantente arreglado, no quiero que los jefes te estén regañando, y debes salir guapo en las fotos con Jaesoo.— Arregló mi camisa, y luego dio un beso en mi frente.

La verdad yo no quería salir en las fotos, quería jugar en el castillo inflable y comer algodón de azúcar. Pero no le dije nada a mi madre, seguro me regañaría.

Fui a ver que hacía mi padre, y lo encontré tras unos cajones negros, que eran como unas cornetas, conectando unos cables.

—¿Qué haces papá?— Me puse a su lado a ver atentamente sus acciones.

—Coloco el sonido hijo.— Dijo concentrado en lo que hacía.

—Ah, ¿de ahí sale la música?

—Así es.— Me sonrió habiendo terminado.— Mira.— Empezó a apretar los botones de un aparato, y entonces la melodiosa voz de una mujer empezó a sonar.— Se oye bien, ¿no?

Yo asentí, pegándome a él, y él colocó su mano en mi hombro.

—¿Ya le diste su regalo a Jaesoo?— Me preguntó.

—No, aún no sale, lo tengo en mi mochila.— Dije, agitando el morral en mi espalda.

—Umh, cuidado lo maltratas, debe salir ahorita.— Miró su reloj.

Volví a asentir, y nos quedamos en silencio al lado del sonido, viendo como llegaban los invitados. De la escuela conocía a unos niños, y del vecindario a otros, como a Jackson y Mindae, y la hermana mayor de Mindae. Algunas veces jugué con ellos y Jaesoo, pero a ellos no parece que les guste jugar conmigo. Jackson era muy egoísta con sus juguetes, y como yo no tenía muchos, sólo los que Yoongi hyung y Jungkook me prestaban a veces, a él no le interesaba mucho que yo estuviese en el grupo.

Natural. » Jeon Jungkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora