Narra Jaesoo:
— ¿De qué hablas?— Dijo mi hermano serio.
— Nada, de nada, hablo disparates a veces.— Taehyung volvió a tumbarse en el sofá.
— La verdad...— Yoongi le dio una mirada bastante seria a Tae, y éste lo miró cómo si se burlara de él.
— ¡No! Ningún disparate, de una vez por todas hablen claro.— Pisé fuerte, furica.— Siento que están hablando como en clave, te conozco Yoongi, sabes exactamente de qué habla Taehyung, ¡así que diganme ya!— Estaba harta de ser tomada como tonta.
Taehyung se quedó mirando a Yoongi, con las cejas levantadas de la impresión por mi arranque. Y Yoongi me miraba a mí de una manera que no sabía descifrar, pero estaba casi segura de que sentía pánico.
— No estábamos hablando en clave Jaesoo, te imaginas cosas, ¿sí?— Apartó la mirada de mí, y se tumbó por completo en el sofá.— Sería mejor que descansemos.— Trató de acomodarse en mueble.
— Yoongi, no me mientas...— Mi tono de molestia no cesaba.
— ¡No lo hago!— Ésta vez me dirigió una mirada de reprimenda.— Ya déjalo Jaesoo, no se te oculta nada, no hay nada que ocultar, ¿sí? Descansemos para mañana tratar de saber que haremos con nuestras vidas.— Ahora era él quién se estaba molestando.
— Yoon...
— ¡Ya dejalo dije!— Se levantó del sofá de golpe, y caminó fuera de mi campo de visión.
No dejaba mi molestia, pero me quedé sentada porque no quería pelear, ya me estaba empezando a doler la cabeza demasiado. Taehyung apretó mi hombro haciéndome prestarle atención.
— ¿Puedes tú explicarme?— Le pregunté de golpe.
— No hay nada que explicar...—Hizo un intento de sonrisa.— ¿Quieres dormir?
Yo sólo negué con la cabeza en respuesta y él asintió formando una línea con su boca. Se levantó de mi lado y se fue en la misma dirección en la que mi hermano se había ido, al poco tiempo ambos pasaron junto al sofá y subieron las escaleras, ni me molesté en ver directamente a Yoongi, pero sabía que estaba molesto. Taehyung volvió a bajar y se sentó nuevamente a mi lado, sin decir nada encendió una de las consolas que estaba en el mueble de enfrente y el televisor, y empezó a jugar.
Recosté mi cabeza de el reposa brazos del sofá, de pronto el dolor se volvía insoportable, y los sonidos de disparos provenientes del sistema de sonido de Taehyung no lo mejoraban nada.
— ¿Segura que no quieres subir a dormir?— Preguntó poniendo pausa al juego. Volví a negar.— No estés molesta Jaesoo, yo hablo sin sentido a veces.— Rió de forma baja.
— No quieran seguir viéndome la cara de tonta Taehyung.— Lo miré de mala gana.— Es raro que tú tengas tantos recuerdos con mi hermano, conmigo, y yo nada, cero, tenemos la misma edad, ¿cómo no voy a recordar que tu madre nos cuidaba?
— Es como dice Yoongi, tal vez tu cerebro no estaba lo suficientemente desarrollado...— Se encogió de hombros.— ¿Quieres jugar?— Me ofreció el segundo mando de la consola.
— ¿Y desde cuándo eres amigo de Jungkook?— Lo tomé, aunque la cabeza iba a explotarme, quería tener algo que me distraerá del dolor. Taehyung reinició la partida.
— Desde que era pequeño.— Puso el juego para dos.— Aquí sólo debemos matar zombies, es relativamente fácil, no entres pánico.— Rió poniendo play a la partida.
— Umh, ¿e incluso cuándo te fuiste de la cuidad siguieron siendo amigos?— Le prestaba más atención a él que al juego, pero no lo hacía tan mal.
— Claro, existen los celulares, ¿sabes?— Dijo en tono burlón.
— ¿Puedo dispararte a ti?— Pregunté con tono de molestia.
— No, somos compañeros.— Me mostró su lengua y rió.
— Entonces... ¿siempre ayudas a Seokjin y Jungkook?— Quería que me arrojara algo de claridad.
— No, bueno, 50 y 50, hay cosas que aún no tengo claras, y en las que no me permito meter mis narices.— Hablaba mientras estaba atento a la pantalla plana.— Seokjin es muy tonto a veces, y Jungkook prefiere que no me arriesgue. Es tan buen amigo.
— Umh... ¿recuerdas si él y yo éramos amigos?— Pregunté de repente.
— ¿Cuándo eras pequeña?— Yo asentí.— Sí, de hecho los tres éramos amigos. Bastante cercanos.
Él pausó el juego y se levantó del sofá. Se acercó a uno de los muebles que estaban alrededor, abrió una gaveta y sacó un montón de fotos, empezó a buscar entre éstas hasta hallar la que quería. Volvió a sentarse a mi lado y me tendió la foto.
Eramos nosotros tres, de pequeños, yo estaba en el medio, sonriendo y abrazandolos a ambos, y ellos a mí. De repente sentí ganas de llorar, una pequeña cosa incomodaba en mi pecho, pero lo que más me incomodaba era el hecho de no recordar eso, porque si él y probablemente Jungkook lo recuerdan, ¿por qué yo no habría de hacerlo? Ya tenía al menos 6 años en esa foto.
Nos veíamos tan feliz, y unidos...
— ¿Por qué no seguimos siendo amigos?— Mi tono fue casi de susurro, pero Taehyung me escuchó perfectamente.
— Yo me fui con mis padres de la cuidad, Jungkook se fue a Estados Unidos, y perdimos un poco la comunicación, supongo. Luego le pregunté a Jungkook por ti, y me dijo que eras amiga de Mindae y Jackson y una gran idiota.— Rió.— Sus palabras, no las mías.— Se defendió al instante.
— Él era aún más idiota.— Dije aún en tono bajo, con la mirada fija en la foto.— Pero si tú volviste, y... ¿por qué no me hablaste para seguir siendo amigos?— Ésta vez levanté mi mirada a su rostro.
— Porque creo que no tenía caso, no parecías recordarme, varias veces lo intenté, pero luego me dio algo de pena, porque, ¿te han dicho que eres algo intimidante y odiosa?— Rascó su nuca.— Así que supuse que así lo quería el destino, cada uno por su lado, aunque igual seguía siendo cercano a Jungkook, y por toda la mierda que pasábamos, no queríamos perjudicarte, parecías feliz y era lo que nos importaba.— Sonrió.— En memoria de nuestra amistad pues.
— ¿Qué mierda pasaban?
— Todo eso, con el padre de Jungkook, mi padre... no importa ahora.
— Yo quiero saber.— Dije firme.
Pero de pronto nuestra conversación fue interrumpida por repetidos e insistentes golpes en la puerta. Tuve la sensación de que Taehyung se paralizó un instante, buscó luego su celular para mirar la hora, volvió a meterse a la puerta que daba hacia abajo y después salió rápido hacia la puerta de la entrada, mientras ésta seguía siendo golpeada violentamente. Mi corazón estaba desembocado, estaba temerosa de quién fuera, pero al Taehyung abrir la puerta, ya no me invadía el pánico sino la duda. Jungkook y Seokjin entraban a la casa, seguidos por mi hermano y Taehyung que les hacían preguntas.
Yoongi se sentó a mi lado, mientras ambos observábamos a los recién llegados con confusión, aún había una maraña sin resolver en mi cabeza, y ahora más dudas.
¿Por qué volvieron y a estás horas?