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En mi mente, mis neuronas pisaron el botón de alerta y empezaron a corretear por mi cabeza en pánico, mientras yo en la vida real, me puse más blanca que un papel y eso es mucho decir para una chica con piel de vampiro. Abrí lo ojos como platos y el miedo me invadió como nunca.

¿Quienes me buscan? ¿Los mafiosos eso? ¿Los que me van a secuestrar o los que me van a quemar viva? Maldita sea, no podía ni preguntarle a Jungkook porque el pánico no me dejaba hacer nada.

—Jaesoo, tenemos que salir de aquí, esos tipos de los que te dijo Seokjin que debías cuidarte, están aquí.— Me miró preocupado, pero yo no pude ni mover un músculo.— Jaesoo...— Chasqueó sus dedos frente a mis ojos, para que yo reaccionara, pero yo estaba igual, imaginando cuán dolorosa sería mi muerte.— Hija, reacciona.— Me tomó de los hombros y zarandeó hasta que pestañé.— ¿Se te desconectó el cerebro o qué?

—Me voy a morir hoy.— Le dije, arrugando mi cara con pena y tratando de sostenerme contra la pared, me había mareado.

—No digas pendejadas, sólo debemos salir de aquí...— Se calló al oír unas voces.— Shhhhh.— Puso un dedo en sus labios y luego puso su mano en mi boca, como si yo fuese quién estaba hablando, pero no intenté quitarlo, era mejor eso, a que yo pegase un grito de repente.

—Debe estar aquí, vi que caminaba hacia acá.— Dijo un tipo, de voz gruesa y como de maleante, mierda.

Yo me puse a saltar de puro pánico, ellos estaban en la puerta del aula, iban a entrar y me iban a degollar allí mismo, y a Jungkook, moriremos en un aula de clases, no quiero.

Jungkook siguió haciendo “shh” mientras trataba de tranquilizarme, pero yo estaba demasiado estúpida en ese momento. Es que esos tipos estaban en la puerta del aula, nosotros estábamos al borde de la muerte, y mi mente no dejaba de pedirme que diese los últimos saltos de mi vida. Él se movió rápido y me abrazó por detrás para arrastrame bajo una de las mesas del aula de laboratorio, que eran grandes y cubiertas por delante, por lo cuán era un buen escondite. Me empujó a mi primero bajo la mesa, luego se metió él y trató de taparnos con los bancos, pero era obvio que no nos cubría tan bien. Esperemos que no se les ocurra pasar tras ellas.

Nos sentamos en el piso apretujados en ese pequeño espacio, y yo hiperventilaba como loca.

—Shhh.— Puso su dedo ahora sobre mis labios.— Por favor, calma y estaremos bien.— Susurró muy asustado también.

Me calmé sólo porque la esperanza de que no nos encontraran me ayudó.

—No está aquí, ¿seguro que la viste entrar aquí?— Dijo otro tipo con la voz mucho más temible que la del otro.

Fui yo quién ahora tapó mi boca con mi mano, sentía que en cualquier comento podía gritar, y también de puro nervio tapé la boca de Jungkook quién alzó su ceja con duda en su cara, mientras yo tenía los ojos súper abiertos.

—Sí, ella estaba caminando por el pasillo, y entró aquí.— Sus voces empezaron a sonar más cerca.

Me pegué más a la mesa, deseando volverme pequeña o invisible, ahora cerré los ojos tan fuerte que me dolía, y estaba a punto de llorar.

Sentí como Jungkook también se tensaba y cerraba sus ojos, tomó mi mano que estaba en un su boca y pensé que la quitaría, pero sólo la apretó, ¿dándome apoyo o algo así?

—No confío mucho en tu vista, te falta un ojo.— Dije con un poco de gracia en su tono uno de de los tipos, peor igual sonaba malditamente terrorífico.

—JA-JA, muy gracioso, Asahm.— Se quejó el otro.

—Vamos cíclope, debe estar en otro lugar. Camina.— Finalmente salieron del aula.

Natural. » Jeon Jungkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora