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—Hey, hey, ¿a dónde vas?— Detuve a Jungkook antes de que pudiese abrir la puerta.

—Están tocando el timbre.— Dijo con tono de obviedad, y torciendo sus ojos. Siguió su camino a la puerta.

—¡No!— Me metí frente a él. — Yo abro, gracias mayordomo, puedes volver a lo que sea que estabas haciendo.— Le empujé lejos de la puerta.

El timbre volvió a sonar y yo me apresuré a abrir, Jimin estaba parado en frente con esa sonrisa arrebatadora suya.

—Hola.— Dijo tiernamente.

—Hola.— Le respondí un tanto tímida.

—Te traje esto.— Sacó un bonito crisantemo de tras de él, y lo tendió hacia mí. Me quedé hipnotizada viéndolo, era tan bonito, y ese momento me había impactado tanto, jamás alguien me había hecho un detalle “romántico” por así decirlo, así que el shock del momento, me hizo quedar estática.— Es tu favorita, ¿no?— Me miró como si hubiese hecho algo mal.

—Sí, sí.— Tomé la flor.— Es mi favorita, ¿cómo lo supiste?— Sonreí sin poder dejar de ver el hermoso crisantemo de pétalos blancos.

—No te mentiré.— Rió y rascó su nuca apenado.— Le pregunté a Jackson. Ya que es tu mejor amigo.— Sonrió ampliamente.

—Ahhh. Está bien, gracias por el detalle.— Puse la flor en mi pecho, de verdad que la estaba amando.— Deja la pongo en agua, y nos vamos.— Él asintió y yo entré rápidamente a la cocina.

—Gracias por el detalle.— Dijo Jungkook actuando como una niña y haciendo una mala imitación de mi voz.— Que ridículos.— Bufó.

—¿Qué te pasa idiota?— Lo miré de mala gana y golpeé su hombro haciendo que la mayonesa que usaba para preparar un emparedado se cayera al piso.— Ups, limpia mayordomo.— Dije burlona y salí corriendo.

Tomé a Jimin de la mano y lo arrastré a la acera.

—¿Con quién hablabas?— Preguntó Jimin curioso.

—Ahm, con mi hermano.— Mentí y reí un poco.

—Umh, su voz se asemeja a la de Jungguk, ¿no te molesta eso?— Rió él.

—Sí, no tienes idea de cuánto.— Me uní a su risa.— Vamos.— Dije para que cambiemos el tema, y empecé a caminar hacia la derecha.

—Eh.— Me detuvo el apretando mi mano.— Traje auto.— Dijo y señaló un bonito Corola parado del otro lado de la calle.— Vamos.— Me haló y caminamos hacia el vehículo.

Él me abrió la puerta y yo subí, luego rodeó el auto y subió del lado del chófer.

—No pensé que sabías manejas, o que tuvieses auto.— Comenté para hacer conversación, estaba nerviosa y el hablar me relajaba.

—Sí pues, mi papá me enseñó desde que tengo 14, pero recién pude conseguir un permiso para menores.— Sonrió mientras encendía el auto y lo ponía en marcha.— Mi papá no suele prestarme el auto, pero hoy no paré de pedírselo hasta que se fastidió y me dijo que sí.— Siguió hablando mientras mantenía la mirada hacia el frente, se veía muy profesional al volante.

—Entiendo.— Sonreí imaginando a Jimin pidiendo el auto a su padre desesperado, para impresionarme.

De pronto mi celular empezó a sonar, vi que era una llamada de mi madre, pero no atendí, corté la llamada de una. Pero ella volvió a insistir, y a la quita vez tuve que atender, ya que Jimin me volteaba a ver de reojo raro, porque el tono interrumpía a cada momento nuestra conversación.

—¿Qué pasa?— Pregunté de mala gana.

—Jaesoo, ¿a dónde demonios saliste sin mi permiso?— Yo bufé ante esa pregunta, y reí con sorna.

—A un lugar.— Respondí no más.

—No me respondas así niña, no puedes salir sin decirme nada, ¿qué te pasa? Te devuelves ahora mismo a casa.— Escupió enfurecida.

—No.— Dije, sin querer hablar nada más.

—Jungkook me dijo que saliste con un chico en un auto, ¿puedo saber que sucede en la vida de mi hija para que se comporte de esa manera?— “Ponle reparo a esa niña Yoonsoo, tienes que reprenderla”, se pudo escuchar al fondo la voz de ese hombre idiota, lo cual me hizo enfurecer a mí ahora.

—No es tu asunto.— Solté cortante y colgué la llamada, porque si seguía hablando iba a tener una discusión horrible allí mismo, y no quería que Jimin me viese en un estado en el que me pongo en exceso grosera. Apagué el celular, y traté de seguir conversando con Jimin.— Entonces, ¿me vas a decir a dónde vamos?— Le sonreí.

—Ya te dije que es una sorpresa, y si te digo, pierde el chiste, si lo sabes, ¿no?— Me devolvió la sonrisa, y guiñó un ojo hacia mí, haciendo que mi corazón diese un vuelco.

—Bueno, bueno, dejaré de insistir, pero entonces llega rápido, que me desespero.— Hice puchero y crucé mis mis brazos como una niña pequeña.

—Ya estamos por llegar.— Me dijo emocionado.— Tienes que cerrar los ojos y prometerme que no los abrirás hasta que yo te lo pida, ¿vale?

—Umh, bueno...— Acepté un poco dudosa, pero al final confié en él y cerré mis ojos.

Sentí que el auto se detuvo, y la curiosidad me carcomía. Oí que Jimin salió del auto y luego como abría la puerta de mi lado.— Vamos, toma mi mano. No abras los ojos.— Yo seguí sus instrucciones e hice lo que me pedía.

Cuándo estuve de pié el rodeó mi cintura con su brazo, y me iba guiando a no sé dónde. De pronto paramos.

—¿Ya puedo abrir los ojos?— Pregunté ansiosa.

—No, aún no.— Se apresuró a responder, quitó su brazo de mí y tuve que quedarme allí parada por unos cinco minutos sin saber qué hacía. —Ya, abrelos.— Dijo.

Cuándo los abrí, lo que vi frente a mí me robó una gran sonrisa. Él había preparado un picnic frente a uno de los paisajes más bonitos de la ciudad. Me trajo a un parque que queda justo al lado de un río y a la orilla del río él había puesto la manta del picnic, como ya estaba oscureciendo las luces de los edificios del otro lado del río se reflejaban en el agua, haciendo el paisaje aún más mágico. Jimin me había impresionado, me estaba robando cada latido del corazón y mis palabras no podía salir de la impresión, sólo lograba sonreír como boba.

—¿Te gusta?— Preguntó, parándose a mi lado y sosteniendo mi mano.

—Me encanta.— Dije, mirándolo a los ojos.

—Un hermoso paisaje para una hermosa chica.— Sonrió, y sus mejillas enrojecieron haciéndolo ver mil veces más tierno.

Yo reí avergonzada y encantada con todo lo que me decía y lo que hizo por mí. Lo abracé y besé su mejilla, luego me separé un poco y pude decir un dulce gracias “gracias” antes de que él juntase sus labios con los míos.

Natural. » Jeon Jungkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora