— ¿A qué te refieres con que se deja manipular? — Pregunté furiosa.— ¿Quién se deja manipular? ¿Eso que está ocurriendo allí no es algo de... amor? — Se me dificultó decir la última palabra porque últimamente eso es difícil de conseguir en el sexo, pero es lo que se merece mi amiga en su primera vez.
— No. — Respondió simplemente.— Eso, que está ocurriendo allí, es un paso de un elaborado plan que el papá de ese estúpido está llevando a cabo.
— ¿Qué clase de plan? — Fruncí mi ceño con pura confusión.— ¿Qué pasa aquí? ¿Qué onda con ustedes, joder?— Le grité frustrada.
Juro que quería ir a esa habitación y golpear al imbécil de Jungkook hasta matarlo, sí, no sentiría ningún tipo de remordimiento si lo mato a puños.
— Mira, es un poco complicado. — Jin sostuvo mis hombros para calmarme, había notado que estaba furiosa.— Ahorita en lo que llegue tu hermano les explico todo. Por mucho tiempo fui un sumiso de ese hombre, pero ya no, no voy a dejar que siga haciendo de las suyas.— Apretó sus labios.— Lástima que Jungkook le teme aún. Pero yo no, ya no sé que sea peor que seguir con ésta vida.
Iba a atacarlo con preguntas, pero en lo que escuchamos voces y una puerta abrirse, Jin me tapó la boca con su mano y nos hizo pegarnos en la pared al lado de la puerta, para escondernos de Mindae y Jungkook. Aunque estábamos escondidos, podíamos ver perfectamente hacia la puerta de salida.
Mi amiga estaba sonriente y sonrojada, y Jungkook era amable con ella, pero se le notaba la falsedad, se le notaba la sonrisa forzada, que no sé porqué mi inteligente amiga cayó ante eso. Ella se despidió con un abrazo que él no correspondió con tanta emoción se dieron un beso, él abrió la puerta y ella salió. Cuándo lo vi retorcer sus ojos y limpiar su boca como con asco, me entró el demonio, iba a ir a molerlo a puños, mordidas, aruños, lo que fuese necesario para lastimarlo, y el repertorio de insultos que tenía, iba a drenar toda la rabia del mundo con él, pero Seokjin no me dejó, apretó aún más su agarre en mi boca, y con el otro brazo me abrazó fuerte, y me arrinconó en la pared.
— Shh, no es el momento. — Me susurró, pero yo empujaba y forcejeaba con él.
Como pudo me sostuvo contra la pared hasta que se aseguró de que Jungkook no estaba por allí, en lo que escuchamos la puerta de su habitación cerrar me dejó libre, pero me volvió a aguantar cuándo vio que iba a salir disparada hacia la sala.
— No, no, no, calma Jaesoo, ya. — Me aguantó por los brazos mientras yo intentaba darle un puñetazo para que me dejara en paz.— Si vas a allí, y lo golpeas o bueno, eso intentas, él va a saber que sabes sobre "el plan", se lo contará a Deukook y estaremos, probablemente literalmente fritos.— Dijo preocupado.
— ¿Ah? ¿Literalmente? No hables idioteces, éste se merece una paliza ahora mismo. — Lo empujé y lo aparté pero él me abrazó por atrás, y me alzó en vilo.
Seokjin subió las escaleras conmigo a cuestas mientras yo forcejeaba y le decía malas palabras, hasta que entramos a mi habitación fue que me soltó y cerró la puerta, se puso frente a ésta para asegurarse de que no pudiese salir.
— Jaesoo, ¡¿puedes por favor calmarte?! — Gritó perdiendo la paciencia.— Eres una impulsiva, piensa bien antes de actuar.— Me regañó a lo que yo bufé.— De verdad ésto no es algo fácil, no es algo que se pueda resolver llamando a la policía, y no podemos arriesgarnos en serio a que Jungkook nos delate. Él cree que yo no sé nada de éste plan, Deukook también cree eso, saben que yo no he estado de acuerdo con nada de lo que han estado haciendo últimamente y por eso me han dejado fuera, pero no sé si eso sea un peligro para mí, por eso he aceptado unirme a ustedes, y contarles todo, los necesito como aliados, tal vez más de lo que me necesitan ustedes a mí.— Se deslizó por la puerta hasta caer sentado en el piso.— Tal vez no creas que me quieran hacer algo malo, porque a mí no me pega como a Jungkook, pero obvio eso no lo hace porque yo no soy su hijo, tiene esa fachada conmigo, así me llama, pero no soy su hijo, soy su aliado, o lo era, ya que Jungkook se deja manipular y hace todo lo que él dice, a mí me está dejando de lado. Sólo basta a que yo cumpla 22 para deshacerse de mí, porque el juez dictó que debía ser mi tutor legal hasta los 21, luego de esa edad, ya no soy su responsabilidad, ya no soy "su hijo".— Hizo comillas con los dedos al decir las últimas palabras y se le notaba la molestia ante éstas.
Todo lo que me estaba diciendo me dejó sorprendida, me quedé en silencio porque no sabía cómo procesarlo, qué imaginar, pensar o decir. Ésta situación me parecía una película de acción o algo así, aún no comprendía bien que era lo que lograrían los Jeon con éste plan, pero obvio le haría a Seokjin todas las preguntas necesarias para entender.
— Pero Jungkook sabe que que tú aceptaste colaborar con nosotros. — Le dije recordando lo que el idiota ese me dijo en nuestra seudo conversación de la mañana.
— Sí, cometí el error de confiar en él y pedirle que nos ayudara. — Apretó los labios sopesando el hecho.— Pero no importa, él cree que yo voy a ciegas, cree que no sé nada de lo que están haciendo ahora, así que eso contará a nuestro favor, tal vez ni le comente a Deukook nada de que están planeando sacarlo de aquí.— Se encogió de hombros.
Pero eso a mí me parecía poco probable, claro que le dirá, si Jungkook es tan sumiso ante él como Seokjin dice, probablemente ya Deukook esté enterado.
Pensé por un momento en lo complicado que es todo y en lo simple que yo lo había visto. Puede que éste hombre sea capaz de matar a su propio hijo, o bueno hijastro, y yo aquí pensando que con sólo ir a la policía y con los testimonios de los tarados esos lo sacaríamos de mi casa y listo. Y mamá, ¿qué sabrá mi mamá de todo ésto? ¿Estará en peligro o será cómplice?
La cabeza me iba a explotar, pero debía estar enterada de todo, así que haría un interrogatorio a Seokjin.
Cuando iba a empezar, mi celular nos interrumpe, lo tomo de la cama y puedo ver que es una llamada de Mindae, estoy segura de que es para contarme sobre su virginidad perdida, así que no sé si atender, pues aún estoy molesta, y más me molestaré cuándo ella empiece a darme detalles amorosos que en realidad no existen.
— ¿Es Mindae? — Preguntó Seokjin al verme mirar el celular por tanto tiempo sin atender. Yo asentí— Típico de las mujeres.— rió, supongo que imaginando también qué me diría.— Es importante que ella no note nada raro. Atiende y sé la mejor amiga del mundo escuchando su experiencia.
Y de hecho, no me quedó de otra.