— ¿Te vas con nosotros? — Preguntó el hombre cuándo me vio entrar a la cocina.
No pude evitar verlo con sorpresa, ¿qué demonios le pasaba a ese tipo? Después de que me insultó, hizo un tremendo drama, y salió a la luz que es un grandísimo idiota, viene de lo más normal a decirme que si me voy con ellos, y Jungkook también aparenta que no pasó nada, ¿están locos todos aquí?
Decido pasar del señor sin decir nada, a lo que él se encoge de hombros. Tomo una banana del mesón, y me dispongo a salir de la casa, dejando el desayuno en la mesa. Podría tener mucha hambre, pero no quiero sentarme a la mesa con esos psicópatas y menos aceptarle algo a mi madre. Juro que si tuviese a dónde irme, ya lo hubiese hecho. Tal vez me mude a la casa del árbol en el patio de Mindae.
Camino al colegio, veo el auto del señor Jeon pasar a mi lado, y el yo más perverso tiene el feo deseo de que se estrelle contra un semáforo. Jungkook me mira por la ventana, va en los asientos traseros, no puedo evitar seguirle la mirada, siento que un grito de auxilio sale de su expresión.
Yoongi me dijo que debía hablar con él, y ofrecerle nuestra ayuda en todo éste asunto. Va a ser difícil, pues no quiero que todos crean que yo también caí en su red. Aunque al saber la realidad de todo, mi pensar sobre él, puede que haya cambiado un poco. Yoongi se encargaría de hablar con Seokjin.
— ¡Jae! — Oigo dos voces gritando mi nombre, y al voltear veo a mis amigos acercándose con paso apresurado a dónde yo estoy. — ¿Por qué no nos esperaste? — Me preguntó Jackson.
— No estoy de humor, y no quería aguarles la mañana. — Me encojo de hombros.
— ¿Pasa algo? — Pregunta Mindae, con una expresión preocupada.
— No. Todo bien. Él está bien. — Le digo, y guiño un ojo riendo falsamente. Sabía que quería saber era si Jungguk estaba bien.
— Bien. — Sonrió y frotó mi hombro. En lo que divisó a su grupo, se despidió de Jackson y de mí, y se fue con ellas.
— Tienes mucho que contarme. — Me dijo mi amigo con expresión seria. — ¿Desde cuándo defiendes a tu némesis? — Se cruzó de brazos.
— Ya te dije, era él quién estaba matando al otro chico. No he defendido a nadie, sólo debía parar eso, ¿o querías que alguien muriera? — Lo miro de mala gana.
— Yo no recuerdo que fuese Jungkook quién estaba ganando. — Pone su mano en su barbilla, en pose pensativa.
— Ah, seguro no recuerdas ni como llegaste a tu casa. Tomaste mucho. — Golpeo su hombro, y río un poco.
— La verdad, no. — Ríe también.
Caminamos al interior de la institución y mi mirada se topa con la del chico de mejillas rosas. Una sonrisa aparece en su rostro, y el aliento se me escapa. Me hace una seña con la mano de que vaya hacia dónde él está. Halo a Jackson por la mano y caminamos hacia dónde está el grupo de chicos. Hoseok, Namjoon y el chico que Jungkook golpeaba, me sonríen, Jimin me da un beso en la mejilla y todos saludan de la mano a Jackson. No puedo evitar mirar que ese chico del que no sé el nombre, tiene la cara aún totalmente hinchada. Uno de sus pómulos tiene como cinco puntos, y su ceja derecha. Es una lástima que una cara tan linda haya quedado arruinada de esa manera, ¿qué pasaría entre esos dos para que Jungkook se fuese sobre él como una fiera?
— ¿Cómo estás? — Pregunta Jimin, con esa sonrisa aún allí, acelerando mi corazón.
— Bien, ¿cómo estás tú? — También sonrío.
— Tengo una mezcla de sentimientos en éstos momentos. — Rasca su nuca. — Estoy molesto por el estado en el que el estúpido de Jeon ha dejado a Taehyung, pero a la vez alegre de verte y que estés bien. — Se ruboriza.
El corazón me da un vuelco por esas palabras. Y sin poder evitarlo, empiezo a reír como una tonta, sintiendo como mi cara se torna del color de los tomates. Jimin no deja de verme de forma tierna, incitándome a lanzarme sobre él y besarlo como loca.
Estoy consciente de lo estúpida que me debo ver, pero éste chico no me deja controlarme.
Salgo del hipnotismo al que la sonrisa de Jimin me indujo cuando una persona ajena al grupo se aclara la garganta a mi lado. Todos volteamos a ver a Jungkook y yo me asombro de su valentía al plantarse ante un grupo de chicos que quieren golpearlo. Las sonrisas de los chicos son reemplazadas por expresiones duras y de enojo.
— ¿Qué quieres Jeon? — Pregunta Namjoon con un tono que hasta a mi me intimidó.
— Hablar con él. — Señala a Taehyung, sin dejarse intimidar por el moreno.
— Él no tiene nada que hablar contigo. — Escupe Jimin, enfrentándolo.
— Que él decida eso. — Dice sin dejar de mirar al castaño mal herido.
— Deja Jimin. — Lo aparta su amigo. — Hablemos. — Le dice a Jungkook, también con tono agresivo.
Ambos se apartan del grupo, pero ninguno de nosotros aparta la mirada de esos dos.
No puedo leer sus labios, pero puedo jurar que Jungguk le está pidiendo disculpas al castaño. Taehyung se encuentra cruzado de brazos escuchando lo que él otro le dice. Al final estrechan sus manos y vuelven al grupo.
— Hoseok, quiero disculparme por hacer ese drama en tu fiesta. Lo arruiné viejo. — Todos lo miramos sorprendido, y él tiene la mirada gacha.
— Está bien, no te preocupes. — Se encoje de hombros Hoseok.
Jungkook asiente, y levanta su mirada hacia mí. Me ve de una manera un tanto extraña y se marcha. Esa mirada me recuerda a ese día, y no puedo evitar sentir un peso en mi estómago, que a pesar de que Jimin volvió a hablarme y sonreirme, no desapareció.