Narra Jungkook:
Casi no pude dormir, me la pasé dándo vueltas en la cama y revisando la hora en el teléfono de Tae, esperando a que amaneciera. Si descansé treinta minutos, es decir mucho. Mi hermano me preguntaba a cada rato que me sucedía, y obvio noté que él tampoco podía dormir, pero ninguno de los dos quiso hablar de los temas que nos inquietaban, y el que no salieran de mi boca hacía que resonaran aún más las preocupaciones en mi mente.
¿De verdad cabía la posibilidad de que vaya a ser padre? ¿Tan mal estará mi suerte? Pero es que obvio es mi culpa, debí ser más precavido, más responsable. ¿Qué voy a ofrecerle yo a un hijo, y a Mindae? Ella ni siquiera me gusta, su personalidad me molesta, es muy melosa y siempre me sentía acosado cuándo estaba cerca, desde pequeños no es de mi agrado, siempre fue tan malcriada, y lo sigue siendo. La única razón por la cual le hice caso, fue por acatar las órdenes de Deukook, y no voy a mentir, me satisfacía molestar a Jaesoo.
Jaesoo, su pérdida de memoria... me tomó por sorpresa tal información, no me lo imaginaba ni un poco, siempre atribuí su mala actitud hacia mí a su odiosa forma de ser, ¿puedo creer que Yoongi no le habló mal de mí? O Jackson que no me soportaba ni me soporta, o la misma Mindae. No lo sé. Aunque la verdad yo también fui echando leña al fuego, porque si ella me dirigía una mala mirada yo se la devolvía con el triple de intensidad y siempre hemos tenido esa especie de rivalidad y desprecio entre nosotros, pero lo cierto es que para mí era una cosa tipo: “te haré lo mismo que me haces a mí”, pues por Jaesoo yo no siento nada malo, todo lo contrario.
Volví a ver la hora y ya daban las siete de la mañana. Mierda, ¿volvió Taehyung? ¿Cómo pude olvidarme de eso?
Me levanté porque debía estar con Mindae a las ocho y media. Seokjin ahora dormía profundamente, así que traté de hacer el menor ruido posible. Todas las luces estaban apagadas aún, así que supuse que los demás dormían aún.
Al pasar por la sala me encontré con Taehyung tirado en el sofá, estaba dormido. Parecía que había llegado tan cansado que tan pronto tocó el sofá, cayó rendido, pero la verdad es que él siempre duerme así, todo desgarbado en la cama, o en el sofá en éste caso.
Fui a la cocina y busqué a ver que tenía para hacer desayuno, no podía irme con el estómago vacío, ¿qué tal que recibía la mala noticia? Sin desayuno sería más fácil para desmayarme allí mismo. Mientras registraba los gabinetes el carraspeo de una garganta me sorprendió, di un respingo, pues no esperaba escuchar nada, y supongo que estaba tan metido en mis pensamientos que me asusté. Me volteé para encontrarme con una recién levantada Jaesoo recostada al otro lado de la isla de la cocina, ella bostezó y se estiró al mismo tiempo, y yo sólo pude quedarme mirando lo bonita que se ve toda espelucada. Stop Jungkook.
—¿Vas a encontrarte con Mindae?— Preguntó luego de desperezarse.
—Umjú.— Sólo asentí tomando un paquete de harina de trigo en mis manos para hacer panqueques.
—Se te va a hacer tarde.— Dijo con un leve tono de regaño.
—Es a las ocho treinta.— Le comenté.
—Bueno, y de aquí a que comas, te alistes... aparte esto queda muy alejado de le centro de la ciudad.— Se movió hacia mí y me quitó el paquete de las manos.— Ve a arreglarte, yo hago el desayuno.— Me empujó para apartarme.
Yo me quedé viéndola por un momento, pues me tomó por sorpresa todo aquello. Ella me dirigió una mirada de “¿qué haces aquí aún?”, y fue que reaccioné y me fui hasta la puerta para subir y arreglarme.
—Ojo.— Dijo antes de que saliera de la cocina.— Como queden, te los comes, no quiero quejas.— Yo sólo reí.
Bien, ya puedo saber que esperar, panqueques crudos o muy quemados tal vez, pero ella tenía razón, si cocinaba se me iba a hacer tarde.