-Capítulo 83-

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Me encuentro tirado boca abajo en el grass, no puedo creer lo que me acaba de pasar, he hecho todo bien durante el campeonato y justo hoy, hoy que más me necesitaban, ahí, en el penal, lo he fallado, les he fallado a todos, absolutamente a todos, empezando por mis compañeros y terminando por todos los chicos que vinieron a ver, a celebrar con nosotros, ahora son otros los que celebran, mi intención fue poner el balón en un lado del arco, un lugar donde el arquero no pueda llegar, pero he abierto mucho la pierna y se me ha ido, maldita sea, maldita sea Marco, eres un idiota, como es posible que hayas fallado ese penal, es mi culpa que todos lloren y se lamentan el resultado, yo mismo ahora estoy llorando a más no poder, no puedo controlar las lágrimas que salen de mis ojos.

-Marco, mano levantate, ya pasó hermano, ya fue. -es la voz de Kelvin.

-Loco, Marquito ya pasó, no tienes la culpa de nada. -es Raúl quien me está hablando ahora, pero no quiero nada, yo tengo la culpa de todo esto.

-Marco, levantate mano.

-Marco.

-Marco tranquilo.

Son las voces de mis amigos, algunos me dan palmaditas en la espalda, otros me soban el cabello, decido sentarme, miro a mi al rededor, los otros jugadores celebran con toda su gente, saltan, cantan, gritan, me levanto y me acerco a cada uno de mis compañeros, les pido perdón, perdón porque si no hubiese fallado eso otro habría sido el final de esta historia, me abrazan y me dicen que ya pasó, mi profesor también se acerca, me abraza.

-Tranquilo hijo, tú hiciste un excelente campeonato, goleador, ya pasó. -me dice mientras me apreta fuertemente.

Me quedo de pie mirando a todos lados, algunos jugadores del otro equipo se acercan y me dan un abrazo de consuelo, así mismo lo hacen con todos mis compañeros, les agradezco el gesto, pero nada es suficiente ahora mismo.

-¡Amooorr! -oigo gritar a alguien, giro y veo que Camila está corriendo hacia mí, apenas llega me abraza.

-Cami. -digo, con la voz hecha pedazos y las lágrimas aun empapando mi rostro.

-Estoy muy orgullosa de ti, has hecho todo lo que has podido, si estamos aquí ha sido por todo el esfuerzo y sacrificio que le has dado a tu equipo.

-Pero he fallado. -digo mientras la abrazo.

-No es tu culpa, amor no es tu culpa, ¿acaso ya te Olvidaste que en la semifinal iban perdiendo por uno a cero y los dos goles del triunfo los hiciste tú sólo? Cuando el equipo se vino abajo en ánimos y tu te lo cargaste al hombro y lograste esos goles que nos trajeron aquí, has dado todo de ti, no tienes nada que reprocharte, nisiquiera este penal, no importa, no es tu culpa, nadie es perfecto y mucho menos en situaciones de tanta presión como esta, hasta los más grandes se han equivocado, tu Cristiano también ha fallado en ocasiones importantes y no por eso su gente lo ha dejado de querer o es mal jugador, ¿o si?

-Pudimos ganar, todo esto, pudimos ganar, todos ustedes han venido a ver nuestra derrota, no es justo.

Camila me suelta y me coge la cara con ambas manos.

-El colegio nunca ha llegado a una final, ustedes nos han traído hasta aquí, tú nos has traído hasta aquí, no tenemos nada que reclamarles, a nadie, mucho menos a ti que has demostrado que mueres por ganar y que siempre has peleado hasta el final, este penal no te define, no te hace menos, ya no llores- me limpia las lágrimas con los dedos- no me gusta verte así, ya pasó, ya pasó amor.

-Espero poder cobrarme revancha. -digo mirando al vacío.

-Y lo vas a hacer, estoy segura que lo vas a hacer. -dice abrazándome otra vez.

De tu mano por siempre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora