-Capítulo 79-

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El auto no se ha tardado mucho en llegar hasta el colegio, casi ni me he dado cuenta y ya estamos a una sola cuadra, todos comienzan a coger sus cosas, el auto se cuadra y el profesor abre la puerta, él es el primero en bajar del vehículo, seguido por nosotros, uno a uno vamos saliendo, el último en hacerlo soy yo, bajo raudamente e ingreso al colegio.

-Bienvenidos de vuelta muchachos. -dice el portero, el señor Ernesto, junto a él se asoma el auxiliar Carranza.

-¿Y? ¿Cómo les fue? -pregunta sonriente.

-Hemos empatado a uno. -dice el profesor dándole un apretón de manos.

-Vaya, no es mal resultado, felicidades chicos, partidos invictos eh, me gusta ver así a la seleccion de nuestro colegio. -dice el señor Ernesto.

-Vamos todos a darnos una ducha que todavía tenemos una hora y media de clases, son apenas las cinco de la tarde. -dice Raúl.

-Maldición, nos deberían dar el resto del día libre, encima hice mi gol. -dice Kelvin haciendo pataleta.

-De champaso. -añaden varios al unísono.

Durante el trayecto a las duchas del colegio permanezco en silencio, llegamos rápidamente y nos metemos a las duchas, nos turnamos ya que somos varios, decido esperar a que Kelvin termine, después entraré yo, aprovecho el tiempo que tengo para quitarme la ropa sucia y acomodarla en mi mochila, saco la ropa limpia que me pondré luego del baño y la coloco a un lado, calculando el tiempo que nos tardaremos aquí, deduzco que sólo nos van a quedar unos cuarenta minutos más de clases antes de que sea la hora de salida.

-Dale Marco, es tu turno. -dice Kelvin quien se está secando la cara.

-Chevere. -digo y entro a la ducha, abro el grifo y dejo que el agua se encargue de relajar todos mis músculos tensos.

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Minutos después:

El profesor ha ingresado a los servicios de los varones, al parecer nos quiere decir algo antes de irnos a nuestras aulas.

-Bien chicos, sólo para recordarles que son muy buenos jugadores, vamos a pensar en positivo al siguiente partido, vamos a corregir errores en los entrenamientos, vamos a hacer jugadas preparadas, vamos a practicar el juego aéreo donde hemos estado flojos hoy, tenemos que arreglar todo eso, no podemos seguir cayendo en esos errores, recuerden que tenemos puntos muy valiosos, vamos a aumentarlos, bien chicos, vayan a sus aulas.

Todos comenzamos a darnos ánimos y nos levantamos para ir a nuestras aulas, como nos ha indicado el profesor, yo sigo sintiéndome culpable por haber fallado esos dos goles claros, realmente he estado súper flojo en el partido de hoy, sólo espero tener un día mejor a la próxima, ahora mismo no tengo muchos ánimos de regresar a mi salón.

-Kelvin, te sientas conmigo, ¿si?

-Si hermano, no te preocupes, dame tu mochila, yo la llevo hasta el aula.

-Gracias. -digo y le doy mi mochila.

Kelvin se adelanta y se va trotando, yo por mi parte voy caminando a paso lento, junto con los demás chicos, estamos como conversando de temas súper triviales, al parecer ellos no le han dado importancia a mis errores, porque de haber sido así me hubieran reclamado de forma contínua.

-Lo que pasa es que sabemos que sólo has tenido un mal día y eso es todo Marco. -dice Anthony detrás de mi, como si hubiese escuchado mis pensamientos, como si yo se lo hubiese dicho a él, esto es extraño, pero al menos me tranquiliza que lo haya dicho.

-Gracias Anthony. -digo al mismo tiempo que chocamos palmas.

Finalmente llego a mi salón, Kelvin ya está adentro, ha llevado mi mochila junto a su lugar, está sentado en una mesa unicada al final de la fila central, me hace una seña para ir a darle el alcance, miro de reojo a Camila, está sentada con Ross, noto que se queda mirándome, pero no tengo ánimos para seguir discutiendo con ella, es por eso que le he pedido a Kelvin que se siente conmigo, porque estoy enojado, me siento cansado y mal, entrar en una nueva discusión con ella sólo haría que pierda los papeles, sobre todo porque se qur estoy diciendo la verdad y no me quiere creer.

De tu mano por siempre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora