Capitulo 2 | Dalton Price.
Parpadee varias veces intentando acostumbrar mi vista, respire profundamente cuanto mi cuerpo se tensó por completo al intentar moverlo, mierda esto no era bueno.
Cerré mis ojos unos instantes antes de volver a intenta removerme, jadee cuando me di cuenta que estaba atadas de manos y en un auto en movimiento, los vidrios de las ventanas eran polarizados y por lo visto era de día.
—Mira Jeff, la niña despertó.
Me erguí hasta estar sentada contra una de las puertas, los asientos delanteros eran ocupados por dos gigantes hombres, "Jeff" quien conducía era el mismo al que había golpeado en donde no le da el sol.
Tranquila.
—Esto no es Brookline—murmure después de ver por algunos segundos por la ventana.
—Ciertamente cariño—mire al hombre que estaba de copiloto—. No estas en casa.
— ¿Qué quieren? —pregunte fingiendo estar bien—. ¿Cuánto dinero buscan? —los mire a ambos—. Por favor no me importa quienes son—eleve mi voz—. Si me llevan a un banco puedo darles todo—toque mi vientre—. Estoy embaraza por favor—sentí mis ojos escocerse—. Esto me puede hacer perder a mi bebe—parpadee evitando las lágrimas.
Me abrace a mí misma cuando los vi dirigirse una mirada antes de ignorarme por completo, una lagrima solitaria fue la que empezó el descender de otras, no era justo.
No ahora, no con mi bebe, no.
Los siguiente de lo que fui verdaderamente consiente fueron de mis gritos pidiendo ayuda, pero era en vano después de todo estábamos en una carretera desierta, rodeadas de árboles y árboles.
Ambos hombres tuvieron que parar el auto cuando empecé a moverle y le clave mis uñas al conductor, ninguno dijo nada pero por la mirada que tenían verdaderamente estaban furiosos.
Mientras intentaban ponerme el cinturón de seguridad, me di cuenta que no éramos el único auto, había cuatro más de ellos, negros que seguían nuestro paso y que al parar bajaron para ver, con solo eso ya supe que no tenía oportunidad no ahora.
Deje de resistirme cuando mí que mis muñecas se tornaban rosas.
Esto verdaderamente estaba pasando.
— ¿Pueden hablarme? —pedí después de básicamente dos horas de viaje—. Verdaderamente odio el silencio—susurre sintiendo mis ojos arder después de tanto llorar en silencio.
—Me llamo Matt—el del copiloto hablo después de un largo silencio—. El de aquí—señalo al lado—. Es Jeff es mi hermano mayor, por aproximadamente unos tres minutos, somos hermanos mellizos—-apoye mi cabeza contra el vidrio de la ventana—. Él es el amargado de la familia.