Capítulo 7 | El plan.
—Tu casa es algo, escalofriante—comente vagando por la habitación, mirando con exactitud las paredes de una de las salas que había en la casa.
—Gracias—su voz sonó muy sarcástica—. Aunque yo no tengo nada que ver con eso—asintió en dirección a la pared que veía—. Es cosa de mi madre.
Deje de mirarlo para volver a la pared, repleta con millones de fotos, algunas hasta eran en blanco y negro, otras a color, aunque se le podía ver desde lejos que eran de hace muchos años.
Lo "escalofriante" tal vez no era el hecho de que hubiera fotos de todo el álbum genealógico de Dalton, ni tampoco que cada foto tuviera algún título o nombre, con fechas. No, lo raro era que todas eran sacadas en el mismo sitio, un bosque. Tal vez no sacadas en el mismo lugar —algunas— pero si era muye vidente que era un mismo bosque.
Algunos niños posaban con animales muertos en sus manos o pies, otros miraban fijamente que parecía que te veían, algo de lo que si era consciente era de los rasgos definidos, de contextura grande y bien formada, cabellos oscuros, todo muy bien definido y mirada fría.
— ¿Dónde están tus padres? —mire de reojo al hombre sentado en un sofá.
—Muy lejos de aquí—mostro sus dientes en una perfecta sonrisa—. Mejor dicho, muy lejos de tu alcance.
—Lo pensaste todo, ¿Eh? —bufe.
—En realidad solo lo hice porque mi madre tiene una rara fascinación por las embarazadas—murmuro—. Y no creo que considere decoroso que te haya secuestrado, haciéndote cruzar países, estando embaraza y que aparte te quiera retener por unos meses—rio.
—Entonces el único loco en la familia eres tu—suspire.
—No lo creo—me miro fijo—. El unció problema que casi me vuelve loco es el tuyo.
— ¿Por qué quieres al bebe? —Toque mi vientre—. Podrías tener otro hijo.
— ¿Y dejarte a mi hijo? —negó—. Tengo conciencia niña.
—No es solo eso—tome una foto del pequeño mueble de adorno—. No podría ser simplemente eso.
—Puede que no—lo mire—. Pero eso no te incumbe.
* * *
—Hola Dulce—cerré el libro entre mis manos y levante la mirada—. ¿Cómo te encuentras? —le sonreí a Matt mientras lo veía acercarse, para que iba a ponerme en su contra.
—No puedo decir que bien, pero bueno—me encogí de hombros antes de mirar a Jeff parado en el marco de la puerta mirándome.