Capitulo cincuenta y cinco | Pensar
Me cruzo de brazos sobre el frio mármol mientras espero, sus ojos me persiguen cada movimiento que hago, sin embargo, no veo su posible escapatoria, todo está sobre la mesa, es cosa de el tomarlo o dejarlo.
—También quede sin palabras cuando me lo conto—admito intentando ver que reacción tenia.
—¿Él te conto...
—Ahorremosno esto—lo irrumpí—. Ya sabes bien lo que me dijo—señale—. Ahora quiero tu lado de la historia—pedí—. Y Dalton, quiero la verdad. La maldita verdad, sin omitir detalle—suspire—. Por favor, si hay algo de racionalidad en ti, si sientes algo por todo lo que hemos vivido, solo dime la verdad—bajo su mirada—. De todos modos, ya no hay nada porque luchar.
Sentí su implacable mirada sobre mí, al instante en que percibí la resignación en mi propia voz. Mi corazón, mi alma y todos mis sentimientos dolían, ¿Acaso no podía simplemente parar de doler? No podía dejar de sentir la presión contra mi pecho a medida que mi mente repetía una y otra vez todas las palabras de Demian.
—Te encontré cuando tenías algo de dieciséis años—escucho con atención, sin embargo, no puedo evitar notar el tono áspero de su voz—. Estabas inducida en un hospital, por sobredosis—inspira profundamente—. Pensé en conocerte, en ayudarte, en esperar a que despertaras—enumera—. Pero ¿qué sentido habría tenido?, ¿Para que? Sabía perfectamente que no debía emparejarme contigo, así que me fui—vi como sus manos se movían nerviosamente—. Cuando Demian trajo a Rebeca y proclamaron se destinos, investigue sobre ti, aun continuabas siendo dependiente de, algunas sustancias—murmuro—. No fui muy afondo y deje todo así. Al año, cuando Cristal ya estaba muerta, tuve que tomar el puesto de mi abuelo en la manada, pase los siguientes años encargándome de este lugar—mira a un lado de la cocina—. Desde que era un adolescente supe que no podía tener hijos, la verdad en su momento no me intereso saber del tema. Y cuando me hice cargo de este lugar, sabía que debía ver la forma de tener descendencia, o buscar una alternativa.
—Si no podías, ¿Por qué lo intentaste conmigo? —negué—. No tiene sentido.
—Yo no fui directamente a buscarte y hacer que tuvieras un hijo mío—aclaro—. Decidí visitar una clínica para ver las probabilidades de tener un hijo, mediante un vientre subrogado. Cuando estaba saliendo del lugar, te sentí, no supe lo que hacía hasta que perseguí tu aroma y te vi—me mira—. Una cosa llevo a otra y averigüe que estabas eligiendo los genes que querías—suspiro—. Estuve mal, lo sé, pero solo pensé en que eras mi destino, y eso significa miles de cosas en una relación, así que altere las cosas y el resto lo sabes—ladeo su cabeza a un cado dejando de verme—. Creí que simplemente no funcionaria, fue solo un impulso, después de todo para ti no sería una sorpresa ya que hay probabilidades de que no funcione.
—Sorpresa, funciono—bufe.
—Cuando me entere no supe que hacer—ignoro mis palabras—. Decidí mantenerme informado de tu avance, aunque no podía dejarte mucho tiempo sola, no pasaría mucho para que las ecografías mostraran a Dean en diferentes formas—guarda silencio por un momento—. No diré que mi intención del día uno fue que formáramos una familia—sonrió—. No te conocía y lo único que tenia de ti era un informe, nada de lo que podía leer era bueno Dulce—negó—. Creí que eras una cosa y resultaste ser completamente lo contrario.