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Narra Raoul

Salgo de la entrevista de trabajo un poco decaído.

¿Tanto se necesita para ser un botones?

Desde que me he mudado aquí, no he encontrado trabajo. Vale que solo haya ido a tres entrevistas, con esta cuatro, pero es que necesito trabajo ya. Estoy viviendo de los ahorros y de la caridad de Álvaro y de mi primo Sam.

Mi hermano no lo dice, pero creo que no me quiere mantener más.

Y Cristina... Mi mujer pasa de mí, básicamente.

No es que necesite que este siempre a mi lado, ni pegada a mí, pero yo que sé, hablar más allá del buenos días, me voy de viaje, cuida de Pablo, besos.

Desde que nació Pablito no ha vuelto a ser lo mismo. Ella quiere seguir haciendo vida de soltera sin responsabilidades, pero no se da cuenta de que ya no puede. Hacemos vida de casados, pero no nos damos besos, casi no hablamos sin discutir, y de follar ya ni hablamos...

Me he mudado aquí por ella, por su trabajo, para que pudiera estar más con Pablo, y conmigo.  Más que nada para tratar de salvar un poco nuestra relación, creo que va siendo  do hora ya.

Pero ya me ha costado una barbaridad que hoy pudiera hacerse cargo de él. Ya ves tú, para llevarlo al parque la que me ha montado. Que si era su día libre, que si había quedado con una amiga... Siempre igual. Y encima noto como Pablo la quiere más a ella. Normal. Si yo soy el único que le riñe, que le educa, y que no le consiente.

Me subo al coche y pongo música para relajarme. Ojalá hubiera encontrado un trabajo como el que tenía en Montgat. Trabajaba en un hotel y me dejaban cantar por las noches. Era genial.

Ahora me tengo que conformar con cantarle a Pablito todas las noches antes de dormir, que me encanta eh, pero no es lo mismo que se te queden dormidos a que te aplaudan.

Así enamoré a Cristina, la conocí cuando vino de vacaciones a Montgat y se alojó en el hotel donde trabajaba, si desde tan joven, pero es que necesitaba dinero para mis cosas.

Dos meses después, se quedó embarazada. Así que fui padre con 17, la verdad es que no me arrepiento, pero fue muy duro. Bueno sigue siéndolo, menos mal que mi hermano y Sam me ayudan de vez en cuando.

De la familia de Cristina no sé nada, en realidad de ella tampoco se mucho. Sé que es un año mayor que yo, y que cuando se quedó embarazada la echaron de casa. En realidad me sabe mal por ella.

Espero que no me lo cuente porque vaya todo bien, y no porque no quiera preocuparme ni nada.

Me jode un poco la situación porque yo era de esos que querían formar una familia feliz, y aquí me ves, en mi coche escuchando cantajuegos porque me he olvidado el cable para conectarlo a mi móvil y solo llevo esas canciones guardadas en el coche.

Aunque podría poner la radio...

Sin darme cuenta ya estoy aparcando en frente de casa de mi hermano, vivo en su casa, aunque a veces me quedo a dormir con Cristina en su piso, pero como solo ella tiene las llaves, cuando no está, me quedo con mi hermano. Pero bueno, Álvaro no se queja porque me quiere mucho, bueno en verdad quiere mucho a Pablo.

Veo a Sam esperando para que le abra la puerta, así que salgo rápido del coche.

-¡Sam! ¿Qué tal?- le doy un abrazo y saco las llaves para abrir.

- Pues aquí, jajaja. Quería hablarte de una cosa...

Le miro extrañado, y me asusto un poco cuando nada más entrar me lleva al sofá para que me siente.

PABLITO • Ragoney •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora