6.

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Narra Agoney

Llego a casa por fin.

Mi hermana esta tumbada en el sofá, viendo algun programa de cotilleo,, pero cuando me oye llegar, se levanta de un salto.

- ¿Pero donde estabas? Te he llamado y no me lo cogías.

- Lo siento, me he entretenido y... Lo del móvil...tengo que comprarme uno porque acabo de tirar el mío a la basura.

Mi hermana me mira entre confundida y enfadada. Y yo le sonrió inocente.

- Ay, Agoney... - Su cara se convierte en una sonrisa y vuelve la vista a la televisión.

Cenamos tranquilamente, mientras le cuento que he tenido que llevar a un niño en brazos hasta su casa, Glenda se ríe de mí por ser tan torpe al decirle que me di con la puerta, y dice que soy demasiado bueno con los niños. No le digo que fue el mismo niño que encontré en el centro comercial perdido, y que es el hijo del chico que me dio las indicaciones para ir a la cafetería. Tan solo le digo que padre e hijo, son muy guapos. Mi hermana se ríe y me dice que necesito un polvo cuanto antes. No sé lo niego.

******


No vuelvo a ver a Raoul durante lo que queda de semana, alguna vez veo a Pablo con su madre o con Álvaro, supongo que le llevarán al cole. La última semana de clases siempre es la mejor.

Hago algunos planes con Glenda que compagino con seguir trabajando en la cafetería. Pablo no vuelve a entrar, pero a veces me ve desde la terraza y me saluda. No lo admitiré nunca, pero me da un poco de pena no haber vuelto a ver al rubio. Pensé que podríamos hacernos amigos. Yo que sé, estoy mal de la cabeza.

Mi hermana se va hoy por la tarde, y me ha dicho que mañana vaya a ver a la hermana de su amiga, que conoce un lugar genial donde hacen granizados y me va a invitar. En realidad me hace ilusión, conocer gente nueva me gusta, pero también estoy nervioso.

Pasamos la mañana juntos, paseando por Barcelona. Me ha costado un montón aparcar, así que seguramente comemos aquí y luego la lleve directamente al aeropuerto.

Aprovecho para comprarme un móvil nuevo y mejor que el que tenía, eso sí, me he fundido el sueldo de un mes.

Mientras mi hermana esta mirando ropa en una tienda, entro a la de al lado, una de juguetes. Siempre me gusta mirar los peluches, tenía una colección en Adeje, pero aquí no tengo muchos. Veo uno de Mickey mouse y me acuerdo de Pablo, inevitablemente, también me acuerdo de Raoul.

 ¡Por favor sal de mi cabeza rubito!

Hablando de rubios, uno se acaba de chocar conmigo y casi me hace caer. 

-Lo siento... ¿Agoney?

Ay dios. Es Raoul. Madre mía. No te pongas nervioso.

-Ho...hola.-Le sonrío y busco con la mirada a Pablo, pero no le veo.-¿Y Pablo?

-Oh, está con mi hermano. Yo estoy buscando un regalo para su cumpleaños.

- Ah.

-¿Y tu qué haces por aquí?

Que vergüenza... No le voy a decir la verdad. A ver piensa Agoney...

- Emm... Pues porque... Estaba buscando algo para... Mi... ¡Amiga! Sí porque mañana voy a verla y tiene una hija y pues eso. Le voy a llevar algo.

Dios, espero que me haya creído. Aunque la parte de la amiga es verdad... Bueno no, que todavía no es mi amiga.

- Que bien... Y oye... ¿Que le puedo regalar a Pablito?

PABLITO • Ragoney •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora