· Narra Agoney ·
Me despierto en el frío suelo del baño, y me levanto con un fuerte dolor en la espalda.
Ha sido mala idea dormirse aquí.
Abro la puerta y voy a la habitación, a ver si sigue Ricky. Pero la cama está hecha y él no está.
Me cambio de ropa para ir al trabajo, al cual voy a llegar tarde porque quedan solo cinco minutos.
Me doy bastante prisa, aún así, cuando llego, Amaia ya está atacadísma sirviendo cafés y Alfred sirve cervezas con una rapidez que me impresiona.
- Lo siento, lo siento, lo siento.
No me ha dado tiempo ni a procesar la mañana, ni a procesar la noche anterior. Por dios no me he lavado ni los dientes.
Que asco me estoy dando.
- Tranquilo Agoney, Alfred está en la barra, puedes ponerte el uniforme y ayudarle, yo sigo sirviendo.
Me sonríe y sigue con su trabajo. Es que adoro a esta chica de verdad.
Me meto en la pequeña sala después de saludar con la mano a un ocupado Alfred, y me siento en el sofá para recuperar la respiración.
Me tiemblan las manos cuando me quitó los pantalones y la camisa para ponerme el uniforme. Y casi tiro el móvil al suelo cuando veo quién me está llamando.
Tengo que tranquilizarme. Respiro hondo un par de veces y acabo de vestirme.
Decido ignorar la llamada, pero poco después Ricky me envía un mensaje.
Ricky: ayer me tuve que ir
Ricky: me gustaría hablar contigo sobre lo que pasó
Ricky: fue mi culpa?
Apago el móvil para no tener que leer más y salgo para poder distraerme trabajando.
Pero no puedo concentrarme en nada, porque siento que mi cabeza está hecha un lío, y no se ni lo que quiero.
No sé porque ayer hice eso con Ricky, no sé si quería hacerlo o no. Y eso me tiene preocupado, preocupado y asustado a la vez.
Y por otro lado... Raoul.
No puedo sacarlo de mi cabeza y solo hace tres días que no le veo.
Necesito... No lo sé... Respirar.
- ¡Agoney!
Amaia viene corriendo a ayudarme a recoger la bandeja que se me ha caído al suelo, y Alfred corre a por una escoba y un recogedor para los cristales rotos.
- Eh, Agoney, ¿estás bien?- asiento un poco perdido. En realidad no estoy bien, no... Estoy un poco mareado.- Va, ven conmigo. Te voy a hacer una infusión para que te relajes ¿vale?
Vuelvo a asentir, empiezo a notar los oídos taponados y la respiración entrecortada, así que me obligó a relajarme y contar hasta diez.
Amaia me sienta en el sofá y me da la mano mientras con la otra me abanica la cara.
- ¿Que ha pasado? Hoy estás muy raro, sabes que puedes contármelo Agoney.- Me mira preocupado y yo bajo la cabeza. Me esta dando mucha vergüenza el numerito que estoy montando.- Ay que si no quieres no, lo siento, no quiero agobiarte.
Intento sonreír, ya más relajado, y apoyo la cabeza en el sofá.
- Es que... Ayer estuve con alguien y... No sé qué me pasa... Pero hicimos algo... Y ahora no sé qué hacer y eso me agobia...
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PABLITO • Ragoney •
RomanceLa vida de Raoul cambia cuando decide dejar Montgat e intentar arreglar su matrimonio con Cristina y que su hijo Pablo no sufra una separación. Pero claro, no contaba con conocer a un canario llamado Agoney, al que Pablito coge cariño enseguida y le...