5.

2.9K 178 43
                                    

Narra Agoney

Cojo a Pablito en brazos y él, sin despertarse, se apoya en mi hombro. Si que tiene el sueño profundo el chico.

Raoul me sonríe y nos levantamos para ir a su casa. Pensé que me diría que no, ya que me acaba de conocer, pero ha aceptado a que les acompañe a casa. Nunca he podido resistirme a los niños, me encantan.

Salimos de la heladería y pasamos frente a un parque. Pablo ni se inmuta de los múltiples gritos de los niños y en parte me alegra, porque noto su respiración en mi cuello y me relaja.

Una pelota viene directa a nosotros, pero Raoul consigue pararla con una mano. Hace un par de toques con ella, mientras un grupo de chicos viene a buscar la pelota y, finalmente, se la da.

- Ya pensé que te ibas a poner a jugar con ellos.- Me río y Raoul se sonroja un poco.

- Es que de pequeños mi hermano y yo jugábamos al futbol. Al final él triunfó y yo no.

- ¿Tu hermano es futbolista?

- Sí, aunque tampoco es muy conocido.

Me quedo callado porque no sé qué más decir y porque no tengo ni idea de fútbol. Aunque no es porque no tenga curiosidad por saber más cosas de él, pero noto que Raoul tampoco quiere hablar demasiado.

- ¿No te vas a cansar? Queda un ratito todavía.- La verdad es que Pablo pesa un poco, pero me he ofrecido a llevarle y no voy a dejarle aquí.

- No te preocupes, aguanto.

Raoul asiente no muy convencido y paramos en un paso de cebra donde el semáforo está en rojo.

- Oye y... ¿Cuántos años tienes?

- 23. ¿Y tú? Pareces joven para tener un hijo.

Raoul baja la cabeza. A lo mejor no tenía que haber dicho nada. Pero tengo demasiada curiosidad.

No vuelve a decir nada hasta pasados unos minutos, cuando me dirijo a un banco porque no puedo más.

- ¿Ya te has cansado? - Raoul se ríe y se sienta a mi lado, peinándole el pelo a Pablo, que se le ha pegado a la frente del sudor. La verdad es que hace calor.- Es que Pablito come mucho chocolate y está gordito.
Le coge un moflete y se lo aprieta, me río ante la acción del rubio y me separo un poco de él para que no moleste al niño.

- Ala, no digas esas cosas.

- Tengo 23 años también. Le tuve con 18. Cristina tenía 19. Al principio lo quiso abortar, pero la acabé convenciendo.

No me esperaba que lo dijera y menos así, de golpe. Le veo un poco triste así que intento cambiar de tema.

- Así que a mí amiguito le gusta el chocolate ¿no?

Raoul me mira y sonríe otra vez. Joder su puta sonrisa.

Agoney no digas tacos, maldita sea.

- Pues sí. Lo habrá heredado de su padre.

Pablo se remueve y se agarra más a mi.

- ¿Quieres que lo lleve yo lo que queda de camino? Queda poco.

La verdad es que me gusta su compañía, pero supongo que Pablo no es mi hijo y Raoul no es mi amigo.

- Vale... En realidad tendría que ir a casa porque no quiero preocupar a mi hermana.

Cómo se me ha roto el móvil no sé si me ha llamado.

- Vale... A ver... Espera...

Se levanta e intenta coger a Pablo, quién abre un poco los ojos y se queja.

PABLITO • Ragoney •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora