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· Narra Raoul ·

Nada más salir del hotel, voy al piso de Cristina a por Pablo. Como esta semana estaba muy liado, y ella no trabajaba fuera, hemos acordado que se quedaba con el pequeño. Pero la tengo que llevar al aeropuerto, pues se va a Londres a una entrevista, y supongo que a sacarse fotos para alguna revista.

Desde que hablé con Ago tengo más ganas de verle, y aunque no he podido sacar tiempo ni para enviarle un mensaje, espero que el fin de semana, que tengo fiesta, podamos quedar.

A ser posible sin Pablo ni Álvaro, para ver que tal nos va solos.

Como una cita... La verdad es que lo he estado pensando, y por quedar con él, así como... no se, amigos que sedan besos, pues que no pasa nada.

Cuando llego a su portal la llamo al móvil para que bajen. Aún dentro del coche, me permito mirar un rato Instagram, Agoney no suele colgar nada, pero siempre me gusta cotillear su Twitter y saber, por ejemplo, que ya ha atendido por segunda vez a un cura a las once de la noche, y que siempre le pide lo mismo: un whisky solo.

Que son cosas irrelevantes, pero me gusta conocer poco a poco el humor del canario, además, así podemos tener temas de conversación y no aburrirnos.

Puede que me esté justificando demasiado y me quita credibilidad. Parezco un verdadero stalker.

- ¡Papa!- Pablo entra al coche y se sienta en su sillita mientras me sonríe.- Hemos jugado a los bloques y...

Me pierdo en la conversación de Pablo, mientras observo como se despiden Áaron y Cristina, es extraño que no vaya con ella esta vez. Tan solo se dan un abrazo, y aunque sepa que a Áaron le van más los penes sigo poniéndome celoso.

Se sube al coche, después de atar a Pablo, y pongo rumbo al aeropuerto.


La media hora de camino pasa demasiado lenta, las canciones que pone Cristina son demasiado moñas, muy lentas, y hacen que quiera dormir. Yo para conducir necesito energía, joder.

Por fin llegamos, saco la maleta de Cris y la llevo mientras ella se va despidiendo de Pablo por el camino.

- Bueno Raoul, nos veremos dentro de poco. Ah, y tenemos que hablar sobre el cole de Pablo, hay que comprarle los libros y eso.

Asiento sin comprender que libros necesita un niño de 5 años.

Suena el aviso y Pablo se abraza fuerte a ella. Como puedo le separo y Cristina y yo nos damos dos besos.

Con el niño en brazos vuelvo por donde hemos venido.

- No quiero que se vaya...- Pone sus brazos por detrás de mi cuello y apoya su cabeza en mi hombro.

- Tiene que trabajar...

Siempre tenemos la misma conversación, y me gustaría saber si también le da la misma chapa a su madre cuando esta con ella y yo soy el que trabaja.

Supongo que no. Y me entristece un poco pensarlo.

Bueno, realmente lo único que me apetece ahora es irme a la ama y no levantarme en una semana así que no puedo ser subjetivo. Tengo el ánimo por los suelos.

******

Realmente pensé que iba a ser un día normal, como los que llevaba viviendo toda la semana, pero es increíble como puede torcerse todo en un momento.

Nada más llegar a casa, me recibe un Álvaro lloroso, él, que nunca llora. Y después se deshace de Pablo rápido, llevándome a la habitación para hablar.

PABLITO • Ragoney •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora