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Narra Miriam

- ¿Entonces estás diciendo que estás con el hermano del padre de un amigo de la hija de tu hermana?

- Joder Miriam, algo así, aún no somos nada, creo. Pero vamos, que no sabía que Raoul tenía algo con Agoney, no me cuentas nada.

- ¡No sabía que lo conocías! Además, no soy una cotilla...

- Ya ya amiga...- Soltamos una carcajada y alargo la mano para coger mi refresco y darle un trago.

- Y ayer al final no pudimos ir a cenar porque se tuvo que quedar con Pablo, así que hoy se lo diré.

- ¿Y Raoul y Agoney no podían quedarse con el niño? Joder, que ya se que estan super enamorados, pero el hijo es suyo.

- No te preocupes, si no me importó, además me dijo que era algo importante, y Raoul tenía que acompañar a Agoney. Una cena o algo así.

¿Como?

- ¿No fueron a cenar ellos solos?- Lo último que se dé Agoney es que se va a la playa con Raoul, así que no me extrañaría que hubieran decidido también ir a cenar. ¿Pero sin Pablo? No me cuadra.

- No me quiso decir mucho, pero intuí que no era cosa suya ni de su hermano, si no un problema de Agoney. Sonaba preocupado y no quise insistir más.

Mi cabeza va a cien por hora pensando.

¿Agoney habrá tenido algún problema? Espero que Ricky no tenga nada que ver, ojalá hayan hablado.

Me entran ganas de llamarle, pero si él no me ha dicho nada, será porque no me necesita.

O que otra persona le esta ayudando.

- ¿Y sabes que es de Agoney ahora?

- Seguramente se esté liando con mi hermano, espero, con la puerta cerrada.

Me giro asustada, encontrándome con Álvaro. Veo la sonrisa del moreno iluminarse y como Mireya se levanta para saludarle.

Supongo que así se siento Agoney en mi casa el otro día.

- ¿Que haces aquí?

- Necesitaba salir...

Suspira dramáticamente y se sienta en nuestra mesa. Llama la atención del camarero y pide su bebida sin preguntarnos si quiera si se podía unir. Supongo que a Mireya no le importa.

Y en realidad a mí tampoco, cuantas más amigas mejor.

- ¿Porque?- Mireya apoya sus codos en la mesa, y su barbilla en las palmas de sus manos.

- Los chavales están moñas, y a Pablo le mola, pero a mí no.

- ¿Agoney está bien entonces?- Le miro preocupada, y el duda un instante.

- A ver... bien bien no sé, pero Raoul le está ayudando mucho.- Es que seguro que ha hablado con Ricky  o se han peleado...- Si quieres puedes venir conmigo y le ves. Bueno, mejor venid las dos.

Veo su mirada centrarse en Mireya, quién sigue sonriente como una tonta.

¿Pablo, donde estás?

- ¡Que sola estoy, que sola!

Mireya se muerde el labio y lleva sus ojos a la bebida anaranjada para darle un sorbo y ocultar su sonrojo. Álvaro, en cambio, suelta una carcajada.

- ¿Entonces nos invitas a tu casa?

Como si ya nos conociéramos de toda la vida, me apoyo en su hombro.

- Claro, pero dejarme que llame primero.

PABLITO • Ragoney •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora