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No tenía pensado poner ningún aviso, pero bueno, este capítulo habla un poco de Agoney y como se va recuperando, no es duro, creo, pero tal vez puede afectar un poco por lo que se trata y cómo, no sé.

Espero que os guste mucho💛

Narra Agoney

- Tienes que entender, Agoney, que estás aquí con total libertad, y puedes contarme solo lo que tú quieras. - Andrea habla con voz amable, hace muchas pausas, como para darme tiempo a comprenderlo todo, y además me mira a los ojos, pero sin hacerme sentir presionado. Siempre espera a que yo le de una señal para seguir. - El otro día hablamos de tu madre, Naira ¿no? - Asiento, pero ella espera a que sea capaz de verbalizarlo, siempre me da tiempo para que lo haga, para que piense bien.

- Sí. - Mojo mis labios, e intento una sonrisa. No es que esté nervioso, solo estoy un poco ansioso por contarlo, pero aún con el miedo. Es extraño el querer librarse de algo, y no estar seguro de hacerlo.

- Te apetece contarme algo más sobre ella, ¿quieres explicarme de qué murió, o como fueron esos momentos? - Trago saliva. Eso estaría bien. Hablar de cómo murió, y así después le puedo hablar de cómo me sentía, y ella me podrá ayudar bien, no como Ricky. Ricky no me ayudaba solo me hacía más daño. Hizo que quisiera olvidarla y yo no quiero olvidarla. - Agoney, mírame. - Levanto la vista, y me doy cuenta de que ha visto mis manos temblar al recordar a Ricky. Y mierda, yo no quería que fuera tan complicado. - Hay algo que te pone nervioso cuando hablamos de ella, ¿te gustaría exteriorizarlo? A lo mejor te hace sentir mejor.

Asiento, inspirando hondo. Cuando se lo conté a mi hermana fue bien. Y cuando se lo conté a papá también. Incluso aquella noche que se lo conté a Raoul me sentía mejor. Pero estoy asustado, tengo miedo de que me diga que lo hice mal, aunque lo sepa. Tengo miedo de que se enfade conmigo, o de que piense que soy de una manera cuando no. Yo... No quería ser así.

- Sí. - mi voz tiembla, y carraspeó para evitarlo.

- Agoney, escúchame, vamos a respirar hondo, y después vamos a soltar el aire. - La miro a los ojos, como ella a mí. Me gustan porque son marrones, un marrón bonito, como de chocolate. - Quiero que pienses bien lo que me quieres contar, no tiene porqué ser todo, puede ser un detalle, un nombre. Podemos empezar con poco.

- Ricky...- Me echo a llorar en cuanto ese nombre sale de mis labios.

******

El vaso de limonada ha creado un pequeño charquito de agua en la mesa, y me entretengo viendo como mi dedo hace figuras extrañas con él.

Estoy esperando a Mamen en una cafetería, porque quiero pedirle ayuda con el retrato de mi madre. Tengo pensado regalárselo a mí padre, para cuándo me vaya.

Le doy un sorbo a la bebida, y me recoloco las gafas cuando veo aparecer a Mamen.

- Agoney, hola cariño. - Me levanto para abrazarla, y después veo como se sienta frente a mí. - ¿Que tal estás?

Es muy buena pregunta, es la que siempre me hace Andrea cuando entro a su despacho, y siempre lo acompaña con una sonrisa.

Yo siempre digo que bien. Aunque ella, no sé como, siempre sabe si lo digo de verdad o no.

- Aquí estoy. - Decido no mentirle, mi idea es ponerla al día de todo, aunque sin los detalles que le he podido contar a la psicóloga.

PABLITO • Ragoney •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora