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💜12/12💛

Narra Raoul •

- Deme una oportunidad, escúcheme, cobraré la mitad de lo que le pague a los que hay ahora. Por favor, haré más turnos lo que quieras.

- Raoul... El problema es que ya tenemos a alguien, puedes ser el suplente si quieres, por si hay una emergencia y no puede venir...

- ¡Vale! Vale, me sirve, pero por favor, consígueme un hueco.

Solo me falta ponerme de rodillas.

- Lo intentaré. Ahora vuelve al trabajo. Ya sabes que no te paso ninguna más.

Asiento y me levanto rápidamente para salir de su despacho.

Miquel puede parecer simpático, con sus gafas de pasta y sus camisas a cuadros, pero en realidad me tiene crucificado y me cuesta más conseguir lo que quiero que a mis compañeros.

Pero bueno, parece que voy a poder cantar, si alguien se pone malo, pero algo es algo.

Bajo a recepción y, saludando a la recepcionista con una sonrisa y un guiño, vuelvo a la entrada y sigo haciendo de botones.

A veces también llevo los pedidos a las habitaciones, o sirvo copas en la terraza, pero por las mañanas solamente hago esto. No es lo mejor, y acabo reventado de estar de pie, pero es un sueldo y ahora no puedo desaprovecharlo.

He pensado en preparar una cena con Ago, para hablar, y claro, quiero invitarle.

Y no quiero pedir a mi hermano.

Quiero hacer algo por él y por mi mismo,  empezando por tener mis propios gastos, hasta finalmente poder alquilar un piso y no tener miedo porque Álvaro nos pille liandonos a Ago y a mí.

Aunque primero tengo que arreglar lo que tengo con Agoney. Pero seguro que en la cena, si acepta la invitación, podemos volver a lo que teníamos. Que no se muy bien lo que era pero podía besarle.

Con las ensoñaciones de mi cena con el canario y planes de futuro, se me pasa el día volando, y aprovecho que hoy hay función para quedarme un rato más. Total, Álvaro ha estado con Pablo en el cumpleaños y habrán llegado cansados, así que estarán durmiendo o en el sofá.

Y yo me he pasado aquí todo el día. No vuelvo a hacer un turno doble en mi vida.

Me siento en una de las mesas del fondo, mirando receloso al escenario, a la chica que canta y que lo está haciendo bien, demasiado, no la supero ni de broma.

Pero me apetece tanto volver a subirme a un escenario... y más desde que en el Port aventura, Agoney y yo vimos al chaval cantar.

Quise demostrarle a Agoney que me gustaba cantar, y aunque me daba vergüenza, creo que supo ver más allá y le gusté, bueno, eso me dijo. Y también me dijo que me escucharía toda la vida... Y sinceramente yo en comprometo a hacerlo.

La chica anuncia un descanso de media hora, y aprovechando que veo a Miquel deambulando por las mesas, decido insistir una vez más.

- ¡Miquel!- Se gira hacia mi con cara cansada, pero le sonrío inocente. Hace un movimiento con la cabeza para que prosiga.- Es el descanso, déjame mostrarte lo que sé hacer, sé que no es mucho pero dame una oportunidad, es mi sueño, no hace falta que me pagues tanto como a la chica, pero puedo hacerlo bien y...

- Que sí, que sí, sube anda. Deja de darme la chapa. Cómo vea a alguien abucheandote te bajo de ahí, esto no es un juego.

Asiento rápido, con una sonrisa. La primera sonrisa sincera que consigo dedicarle.

PABLITO • Ragoney •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora