• Narra Agoney •
Todavía no sé qué he hecho para merecer a Raoul en mi vida. Es una persona demasiado pura, buena, inocente, y además se vuelca tanto en los demás que estoy seguro de que cualquier persona que le conozca se enamoraría de su personalidad.
Y yo no soy una excepción, evidentemente.
- Estoy enamorado de ti.- Le hago saber cuando la plaza se va vaciando, ya acabado el espectáculo y mientras esperamos a que se vaya la mayoría de gente para poder irnos tranquilos.
- Jo Ago, y yo.- Me besa con la dulzura de siempre, y me deshago entre sus suaves labios y el tacto de sus dedos en mi nuca.
Si el día ha comenzado siendo un sueño, creo que ahora ya es el paraíso.
- ¡Y yo!- Pablo se intenta subir a mi regazo, con Dumbo entre sus manos dificultando su misión. - Dame un beso a mi también.
Le cojo, ayudándole, y beso su moflete.
- Espero que está noche te duermas pronto.- Le digo levantando un dedo.
-¿Puedo dormir con vosotros?- Entorna sus ojos, haciendo un mohín lastimero y pestañeando.
Cada vez perfecciona más su técnica para convencernos, y yo ya no intento resistirme. Miro a Raoul para ver si está de acuerdo, pero él tiene una sonrisa ausente.
- ¿Raoul?- Río cuando le veo sacudir la cabeza, saliendo de su ensimismamiento.
- Perdón, es que me he quedado... pensando.- Sonríe otra vez y pasa un brazo por encima de mis hombros.- ¿Que pasa?
- Pablito quiere dormir con nosotros.
- Pero bueno... ¿tú no eras mayor?
- Jo papá, porfaaaaa. ¡Que está el Ago!- Levanta los brazos, como si fuera la única razón de peso.
- Ah, es verdad, no me había fijado.- Lleva su mano a mí pelo, dando caricias desinteresadamente, pero que a mí me parecen un gesto muy bonito.- Está bien, pero solo hoy eh.
- Oleeee.- Me abraza fuerte, poniendo al peluche en mi cara, y trato de apartarme un poco para no ahogarme .
- El elefante se queda fuera.- Dice Raoul, cogiéndolo y achuchandolo contra su mejilla.
- ¡No!- Empieza una pelea, parecida a la que tuvieron el chiquitín y Kinder el otro día, pero esta vez contra su padre. Les miro divertido, afirmando mi teoría de que son dos niños pequeños.
Acaba ganando Pablo, porque a Raoul le empieza a sonar el móvil, y tiene que parar para cogerlo.
- ¿Si?... Sí, está todo bien...Hemos estado en Barcelona todo el día con Ago...- Me mira sonriente.- No, ahora vamos que estamos esperando el autobús...lo sé. Vale, adiós.
- ¿Que pasó?- Le veo guardar el móvil, y como le quita importancia con la otra mano.
- Era Cris, que me preguntaba qué tal ha ido el día. Y bueno, me ha echado la bronca porque es tarde y mañana Pablo tiene cole.
Asiento, habiendo olvidado que ya empezó el cole y que las vacaciones han quedad atrás. Parece mentira que nos conociéramos a principios de verano, y hayamos acabado así, nunca lo habría imaginado.
- Nooo, no quiero ir al cole.
- Tienes que ir, que así te harás listo.- Intenta Raoul, pero sin éxito.
- Ya soy.- Suelto una pequeña risa, y decido ayudar al rubio.
- Es verdad chiquitito, pero así aprenderás a leer, y a escribir y lo serás todavía más.- Beso su mejilla, levantándome.- Va, id a la parada del autobús y mientras compro unas pizzas, así nos las comemos por el camino y cuando lleguemos a casa vamos directos a la cama.
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PABLITO • Ragoney •
RomanceLa vida de Raoul cambia cuando decide dejar Montgat e intentar arreglar su matrimonio con Cristina y que su hijo Pablo no sufra una separación. Pero claro, no contaba con conocer a un canario llamado Agoney, al que Pablito coge cariño enseguida y le...