4.

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Narra Raoul

Entro del todo en la sala y me encuentro a Agoney sentado en el sofá con las manos en la cara. Me muerdo el labio nervioso y cierro la puerta detrás de mí.

- Agoney, ¿todo bien?

Soy un poco imbécil. Pues claro que no está bien. Pablo me ha dicho que está malito, o sea que, o está llorando o se ha dado un golpe. Y no creo que se haya dado un golpe.

Agoney levanta la cabeza y me mira. Tiene los ojos llorosos, pero se los seca enseguida para sonreírme.

- No pasa nada, estoy bien.- Su voz es suave y bajita, y hace que parezca una buena persona, seguramente lo sea.

- Ago...- Pablo se sube encima suyo y le abraza y Agoney le da un beso en la cabeza.

Jo qué tierno. Le quiere más que a mí.

Me siento a su lado y le sonrió también. Estoy preparado para pedirle perdón. Qué vergüenza. No llevo aquí ni una semana y ya la he liado.

- Oye, siento mucho lo que te ha dicho Cristina, es... es mi... bueno la madre de Pablo.

Hace tiempo que no es mi mujer como tal, pero no quiero separarme por Pablito. Agoney me mira y me dedica otra sonrisa, más falsa que mi mujer... digo más falsa que un billete de... bueno si que mi mujer.

- No pasa nada. Pero encima que le cuido al niño... bueno da igual.- Lo entiendo, al fin y al cabo, es mejor que lo haya encontrado él y no un psicópata secuestrador de niños. Y además Pablo parece llevarse bien con él. Me jode que Cristina le haya quitado ese mérito.

- Papá, sa' roto el móvil de Ago.- Miro a Pablo y veo que ha cogido el teléfono de mis manos y se lo está dando a Agoney.- La mama me lo ha intentado quitar y... y... y yo lo he caído sin querer.

Me mira arrepentido y olvido el riñón que me va a costar pagar el móvil. Hace tiempo que Álvaro deja de prestarme dinero. No lo culpo, encima que nos mantiene a mí y a Pablo no voy a esperar que me dé más. Pero necesito un trabajo ya.

- Lo siento mucho, te lo pagaré, lo juro.- Agoney coge el móvil y lo mira con pena. Me sabe fatal, joder, yo sin mi móvil me moriría.- Lo siento

Parezco tonto todo el rato disculpándome. Madre mía.

- No te preocupes, y no hace falta que pagues nada, ha sido un accidente.- Mira a Pablo y le acaricia el pelo.- ¿A que si amiguito?

Pablito asiente y yo me relajo un poco.

Definitivamente es buena persona.

- Además, que me tenía que cambiar ya de modelo.

Nos quedamos callados. Yo no sé qué más decirle, pero tampoco quiero irme. Pablo sigue en el regazo de Agoney y juega con la barba de éste.

- Ago, ¿porque tienes barba?

- Pues... no sé. ¿No me queda bien?- Pues claro que le queda bien, el cabrón está súper bueno.

Dios Raoul, ya no sabes ni lo que dices.

Joder, tengo que dejar de hablar conmigo mismo.

- Es que papá no tiene pelo, esta suave.- Agoney me mira riendo, y yo noto como me pongo rojo. Joder con Pablo. Pero no puedo reñirle, en realidad me ha hecho gracia, pero quiero que Agoney y Pablito piensen que me ha sentado mal, así que me cruzo de brazos.- Jo papá, no te enfades.

Me mira haciendo un puchero.

- Bueno... pero dame un beso.- Me sonríe y se acerca a mí para abrazarme y darme muchos besos por toda la cara. Yo me río y me aparto un poco para mirar a Agoney. Esta sonriendo, pero sigue teniendo esa expresión triste. La verdad es que me apetece pasar más tiempo con él, a lo mejor nos hacemos amigos y todo, y la verdad es que no tengo muchos por aquí. - Oye Agoney, ¿quieres venir con nosotros a por un helado?

PABLITO • Ragoney •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora