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** hay una escena subidita al principio, yo aviso, también aviso de que no se si esta perfecta jajajaj**

- Marzo -

 Narra Agoney ·

- Sí, lo reconsideré pero no puedo aceptarlo, no ahora. Necesito centrarme en el libro. - Me muerdo el labio. Me sabe fatal rechazar estas cosas, tengo miedo de que no me llamen más, pero necesito de verdad centrarme en el libro. 

- Pero Agoney, la autora te quiere a ti, le encantan tus ilustraciones, los animales, lo mejor que se te da, sus poemas pegan muchísimo con tu estilo. - Vicky sigue insistiéndome, y doy un suspiro.

- Lo sé, pero entonces tendré que atrasar lo mío, y lo necesito para principios de verano. - Justo hará un año, es perfecto, necesito tenerlo a tiempo.

- Está bien, puedo hablar con ella y retrasarlo.

- Eso sería genial. Se lo agradecería muchísimo. - Sonrío a la nada. Bien por mi poder de persuasión.

- De acuerdo, y envíame ya los primeros bocetos, que la editorial ya tiene el texto acabado de corregir, queda organizar las imágenes y todo.

- Vale, la semana que viene me paso, es que esta voy a tope.

Me despido rápido, y continuo con el diseño que tenía a medias. He perfeccionado las alas, aunque las palabras no termina de convencerme. Quiero que sea bonito, sencillo, sin mucha cosa pero que se vea un conjunto. 

Alguien llama a la puerta sacándome de mis pensamientos.

- ¿Si?

- Hola. - Pablito se asoma, ladeando la cabeza. Mi chiquitito. Le sonrío. - Es que el papa sa dormido.

Claro que se ha dormido, si últimamente trabaja un montón, incluso haciendo horas extra. Se piensa que hace falta para mantener el piso y a Pablo, pero no es cierto. Cada vez que lo hablamos es una pelea, así que lo dejamos estancado y no sacamos el tema. Me duele porque me gusta pasar tiempo con él, pero le noto cansado y sin ganas. 

Hago pasar a Pablito con una sonrisa, tal vez él pueda ayudarme con lo que tengo entre manos.

- Mira, que te enseño que estaba haciendo. Le muestro el dibujo, y abre grande la boca. 

- ¡Ala! - Sonríe. - Esta chulo. 

Es el mejor niño del mundo. 

- ¿Si? Me harías un favor? - Asiente rápido, todo lo que sea ayudarme, es el primero en ofrecerse. - ¿Podrías poner aquí tu nombre y el de tu papá? 

- ¿No sabes escirbirlo tu?  - Suelto una risita. La verdad es que si sé, pero quedaría perfecto con su letra, quedaría representado lo que quiero. 

- Sí, pero quiero que sea especial. Y tu lo harías especial. 

- Vale. ¿Dónde escribo? - Le tiendo el lápiz táctil, y dejo que se ponga encima mío para escribir más cómodo. Minutos después, levanta la cabeza hacia mí. - ¿Te gusta?

Lo miro unos segundos, su letra de palo, irregular, era lo que le faltaba, una pizca de inocencia, de desorden. 

- ¡Me encanta chiquitín, muchas gracias. ¿Podrás guardar el secreto para papá? 

- ¿Por qué? 

- Por que es una sorpresa para su cumple. - Alzo las cejas. Realmente estoy emocionado.

- ¡Ala! V¡ale! ¿Yo le puedo hacer un dibujo también? - Asiento contento, y él se baja rápido de mi regazo. - Me voy a por las pinturas. ¿Puedo venir aquí contigo? 

PABLITO • Ragoney •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora