• Narra Raoul •
Acabo llorando sin saber realmente el motivo. Pero llorar me ayuda a desahogarme lo suficiente como para que me entre sueño y me separe de Agoney. Me disculpo con la mirada y ambos nos levantamos. Ahora mismo solo quiero dormir y olvidar esta noche.
Me acompaña hasta la habitación, y no se va hasta que estoy metido en la cama, con una fina sábana cubriéndome. Me apaga la luz y sale. Cierro los ojos e intento dormirme, pensando en alguna cosa que no sean los labios de Agoney sobre los míos.
******
Me levanto con el sonido de mi móvil. Siento las sabanas pegándose a mi cuerpo por el calor y el sudor, así que me las quitó de encima. Nada más incorporarme la cabeza me da un pequeño pinchazo. Maldigo en voz baja y busco el móvil en el pantalón que hay tirado en el suelo.
Justo cuando voy a descolgar cuelgan. Me dejo caer en la cama y me tapo la cara con las manos. Unos segundos después, alguien llama a la puerta.
- Pasa.- Agoney abre la puerta lentamente y me sonríe, entra del todo y me tiende el móvil.
- Es tu hermano, siento despertarte.
Lo cojo y él sale de la habitación.
- ¿Que?
- ¿Has dormido en casa de Agoney? Entonces no pillaste nada ¿no?- Qué pesado es Álvaro cuando quiere.
- Que no me quería tirar a nadie, supéralo.
- Bueno, mejor no te digo lo que he encontrado en mi habitación, en el suelo.- Me pongo nervioso e intento recordar que podría haber tirado, no se me ocurre nada.
- ¿Que?
- Un condón. No sé que has hecho ni con quién, pero no estaba abierto. Así que es mi deber de hermano decirte que uses protección...
- ¡Álvaro!- Seguro que ya estoy como un tomate, y encima la cabeza empieza a dolerme más.- Mira, déjame. ¿Porque tienes el móvil de Agoney?
- Puede que... Lo haya visto en el tuyo y me haya pasado el contacto, nada, una tontería. No es lo importante.
- Dios tete, que puto psicópata estás hecho. Cambiando de tema, ¿puedes llevar a Pablo con su madre?
- Ni de coña, me lo quedo aquí, yo a casa de esa no voy.
Suspiro contra el teléfono y acabo de levantarme. Tan solo llevo unos calzoncillos, espero que eso no moleste a Agoney, porque me muero de calor.
- Bueno pues eso, quedatelo. Adiós
- Que mal despertar tienes...
Le cuelgo antes de que diga nada más y salgo de la habitación. Agoney esta sentado en la mesa, con una taza entre las manos y vestido con un pijama corto de rayas azules. Parece Pablito nada más despertarse, con la cara dormida y el pelo despeinado.
- ¿Que tal? ¿Mucha resaca?- Me saca de mis pensamientos y me siento delante suyo. Me duele la cabeza, y el calor que hace en esta casa no ayuda.
- Qué calor...-Me siento a su lado en la mesa y apoyo la cabeza en ésta.-Y que sueño...
- Voy a por una pastilla para la cabeza, y después abro las ventanas, pero lo del sueño no puedo arreglarlo.- Estoy a punto de decir "vale" pero cierro los ojos y vuelvo a quedarme dormido encima de la mesa.
Poco después, noto unas manos en mi cuello y unas suaves caricias que van de mi nuca al tupé, peinándolo. Abro los ojos y me incorporo haciendo que esas manos se alejen y me dejen una sensación de vacío. Una vez me acostumbro a la luz me fijo en Agoney.
ESTÁS LEYENDO
PABLITO • Ragoney •
RomanceLa vida de Raoul cambia cuando decide dejar Montgat e intentar arreglar su matrimonio con Cristina y que su hijo Pablo no sufra una separación. Pero claro, no contaba con conocer a un canario llamado Agoney, al que Pablito coge cariño enseguida y le...