Narra Agoney
En cuanto Miriam se va de casa, entro en un bucle.
No puedo dejar de echarme la culpa por lo que le estaba haciendo a Ricky y, a la vez, odiarle por volver a mi vida.
En realidad no le odio porque no me siento con el derecho de hacerlo.
Me encuentro en un momento donde dar cualquier paso me aterra, y más aún pensar en las consecuencias.
Cuando me doy cuenta de que empiezo a sentir ansiedad corro hacía el baño.
No me gusta nada estar volviendo a esta situación. Cuando mi madre murió, me pase un par de meses teniendo ataques de ansiedad a menudo, y siempre acababan afectando a los de mi alrededor.
Ricky tuvo que aguantarme, y siempre estaré en deuda con él por eso.
Me desnudo rápido y me meto en la ducha, abriendo el grifo, sin controlar la temperatura, y dejando que moje mi cabeza para ver si me aclaro las ideas.
Pero es inútil, y cada vez noto más angustia.
Tengo que parar el agua cuando noto que me ahogo, y me dejo caer por la pared húmeda hasta el suelo, donde me concentro en respirar.
Vuelvo a contar hasta diez, como ayer por la noche, y cierro los ojos intentando dejar mi mente en blanco.
Pero mi mente tiene otros planes.
Empiezo a pensar que nunca voy a poder estar solo. Quiero decir, estar solo y estar bien.
Y creo que no voy a ser capaz de hacer lo que me dijo Amaia, no voy a poder estar bien conmigo mismo. Y creo que nunca lo he estado.
No sé cuándo he empezado a llorar, pues me he dado cuenta cuando las lágrimas han tocado mis labios y he notado el sabor salado de estas.
Aún mojado, salgo fuera y cojo el móvil. Me envuelvo en una toalla y me siento en la taza del vater mientras busco el contacto de mi hermana.
Tarda un poco en contestar, pero finalmente lo hace.
- ¿Si?
- Glen...Glenda...-mi voz suena entrecortada y se me escapa un pequeño sollozo.
- Agoney. ¿Que pasa? Estoy trabajando, ¿estás bien?
- No...
- Espera...- Se oyen ruidos, y después otra vez silencio.- ¿Que pasó cariño?
Vuelvo a llorar más fuerte, y no me salen las palabras
- Yo...yo... Es que...
- Agoney... ¿Es por mamá?
- No...- eso no hace más que aumentar las ganas de llorar, y que él nudo en mi pecho crezca.
- ¿Entonces? No puedo ayudarte si no me dices Agoney. Va, respira por favor...
Inspiro y expiro un par de veces, tomándome un tiempo para aclararme la garganta.
- Es que... No quiero estar solo...- Intento secarme las lágrimas, pero rápidamente són reemplazadas por más y desisto.
- Eh... Cariño, ahora no puedo, pero podemos planear algo y me cojo unos días...
- No Glenda... No puedo estar solo... Nunca... Yo no puedo...
- ¿Que dices? Que si estás bien solo... Estuviste solo todo este tiempo...
- No... Te mentí. No me gusta estar solo, y... Me da miedo.
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PABLITO • Ragoney •
RomanceLa vida de Raoul cambia cuando decide dejar Montgat e intentar arreglar su matrimonio con Cristina y que su hijo Pablo no sufra una separación. Pero claro, no contaba con conocer a un canario llamado Agoney, al que Pablito coge cariño enseguida y le...