Satsuki
Al fin llego el día en que empezaban las convivencias, y todos en el equipo estábamos emocionados por ello, los chicos llegaron poco a poco a la puertas de la academia, punto de encuentro para salir en autocar hasta la residencia deportiva donde nos quedaríamos los cuatro equipos, los tres equipos más fuertes de la prefectura de Tokio y como invitados el equipo de Karazuno, donde ahora juegan Axel, ex miembro de la generación de los milagros y Carlos, uno de los mejores jugadores de Europa.
Sin parar de mirar mi reloj de muñeca, veía como llegaban todos los del equipo, me saludaban y me preguntaban por Aomine, el entrenador dio varias indicaciones y el capitán Imayoshi nos dedicó algunas palabras para animarnos y Aomine seguía sin aparecer.
- ¿Has podido asegurarte de que Aomine llegue a tiempo? – me pregunto el entrenador Harasawa
Mi corazón dio un brinco al escuchar la voz del entrenador que me saco de mis pensamientos.
- Lo he estado llamando estos días pero no me lo ha cogido – le respondí mientras volvía a sacar mi teléfono para intentar llamarle una vez más, "no me coge el teléfono desde que vi a Axel"
- A los entrenos tampoco se ha dignado a aparecer
- Seguro que vendrá entrenador – le afirme – dudo mucho que deje pasar la oportunidad de conocer al jugador nuevo de Karazuno.
El entrenador me miro con cierta expresión de preocupación, pero no me dijo nada más y se acercó al autocar para hablar con el conductor.
En mi mente no tenía otra cosa más que culpabilidad por lo que intente en casa de Axel, y ahora mismo estaba hecha un lio entre Aomine y Axel, ambos metidos en mi cabeza y no podía pensar bien, una lagrima se deslizo por mi mejilla y tuve que dar la espalda al resto del equipo para que no me vieran.
Sentí como una mano enorme me limpiaba la lágrima desde la barbilla hasta el ojo por el que salió.
- ¿Estás bien Momo-chan? – me pregunto Susa desde su altura
Me aparte un poco de él y me limpie otras lagrimas que también querían salir.
- Si... bueno...
- ¿Problemas con Aomine? – me pregunto algo más serio – si te hace llorar dínoslo que nosotros lo haremos entrar en razón – me dijo Susa mientras hacía crujir sus nudillos.
- No, no... no es eso, solo que siento que cada vez me cuesta más controlarlo y eso me pone triste.
- Lo sabemos, es una responsabilidad grande para ti tener que controlar a ese maldito bastardo – me dijo Susa para animarme
En ese momento, a lo lejos, todos vimos como la figura de un chico alto vestido de negro igual que nosotros se acercaba poco a poco, con las manos en los bolsillo, silbando despreocupado mientras miraba a un lado.
- Ahí tienes a tu romeo – me dijo Susa mientras se alejaba de mí y se juntaba con el resto.
Aomine antes de que pudiera llegar hasta mí, si es que quería acerase, comenzó a discutir con Wakamatsu como siempre.
Y antes de que él y yo pudiéramos mediar palabra el entrenador nos pidió que subiéramos al autocar para dirigirnos a la residencia, todos los chicos subieron y se pusieron al final del autocar, junto con el segundo equipo que también nos acompañaba.
Por mi parte, al ver que Aomine no hacia ningún acercamiento conmigo preferí sentarme sola entre donde estaban los entrenadores y los jugadores, me puse los auriculares con música e intente no pensar en nada al menos durante trayecto hasta la residencia.
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El baloncesto de la generación de los milagros - segunda temporada
FanfictionLa generación de los milagros se ha separado por completo, rota, desintegrada, pero todos ellos siguen atados los unos a los otros por el juramento que le hicieron a su capitán, y otros, simplemente porque el destino quiere que se vuelvan a encontra...