Gran pabellón nacional de Tokio
El gran pabellón nacional de deportes de la ciudad de Tokio, una obra faraónica construida para los juegos olímpicos y que ahora se utilizaba para los grandes eventos nacionales de deportes de interior, baloncesto, balonmano, vóleibol... lugar al que todos los jóvenes deportistas quieren llegar y los más veteranos luchan para mantenerse en la cumbre del deporte.
Pero solo los mejores del país tienen el privilegio de jugar bajo los cientos de focos que iluminan la pista y ante la expectante mirada del público de japonés, y de entre todos ellos solo los elegidos marcaran la historia con fuego candente en las entrañas del pabellón nacional.
Y para la competición de invierno de baloncesto se han congregado los veinte mejores equipos de todo el archipiélago, más de doscientos muchachos representantes de todas las zonas del país, desde las lejanas y frías tierras del norte pasando por las modernas prefecturas de Tokio y Kanagawa hasta la remotas islas del sur.
Los veinte mejores equipos de Japón formaban ante el palco encabezados por sus managers o capitanes, todos para observar como una vez más, al que llamaban emperador devolvía el trofeo de invierno para que iniciara la disputa por ese ansiado trofeo.
Pero de entre todos ellos, nueve jugadores no solo disputaran el poder alzarse con la copa, sino que lucharan para demostrar cuál es el mejor de todos ellos.
Los miembros de la generación de los milagros, la nueva luz y el demonio de ojos azules están dispuestos a dejarse la piel en la pista.
Seijuro Akashi
Un vez más Seijuro Akashi devolvía un trofeo nacional a la junta de deportes del país, una vez más Akashi subía a la tarima con una sonrisa fingida y con una arrogancia calculada, daba la mano al presidente de la federación, sonreía para una foto y desde lo alto observaba a todos aquellos a los que derrotaría, a todos aquellos con los que le daba asco compartir espació.
Pero esta competición sería diferente a todas las demás hasta el momento, incluso la inter escolar pasada, ya que no solo se enfrentaría a varios de sus ex compañeros sino que ahora, estaba Axel y su nuevo amigo.
Akashi agudizo la mirada y vio a los cuervos formados los terceros por la derecha, vestidos completamente de negro y con algún detalle naranja y por encima de todos ellos destacaba el gigante rubio, pero también había otro ego allí, uno casi tan grande como el de cualquiera de ellos. Axel y Akashi cruzaron una mirada fría en la distancia, hasta que fue interrumpida por otra presencia, otra sensación... otro de los miembros de la generación de los milagros observaba entre la multitud al emperador, una mirada amenazadora y a la vez diferente, alguien más estaba dispuesto a usurpar el puesto que Akashi consideraba que le pertenecía por nacimiento, alguien más estaba dispuesto a sentarse en el trono del emperador.
Akashi bajo de la tarima para reunirse con sus compañeros, allí le esperaban sus mejores jugadores y los únicos dignos de compartir el espació con él además de sus antiguos compañeros.
- Sería interesante quedarse para ver el encuentro de Too contra Seirin – le dijo Sofía en cuanto estuvieron a unos centímetros de distancia – abren la competición y será bueno para todos saber cuánto han mejorado en estos meses.
Akashi distraído pareció no prestar atención a las palabras de su amante y saco su teléfono del bolsillo.
- No puedo obligar a mis chicos a mirar un partido de dos equipos inferiores a nosotros – le dijo Akasi mientras se ponía a escribir un mensaje.
- Se tratan de dos de tus antiguos compañeros – le dijo Sofía preocupada – se trata de Aomine.
Akashi guardo su teléfono, miró a Sofía que le miraba estupefacta ante su respuesta y luego se dirigió a sus compañeros.
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El baloncesto de la generación de los milagros - segunda temporada
Fiksi PenggemarLa generación de los milagros se ha separado por completo, rota, desintegrada, pero todos ellos siguen atados los unos a los otros por el juramento que le hicieron a su capitán, y otros, simplemente porque el destino quiere que se vuelvan a encontra...