11.10 El desafío al Emperador

127 17 21
                                    

Domingo por la mañana – día del encuentro entre Karasuno y Rakuzan

Pabellón nacional de Tokio

Satsuki

- ¿Quién crees que ganara? – le pregunté a Aomine mientras nos sentábamos en las gradas.

Desde que habíamos entrado al pabellón Aomine parecía absorto en sus ideas, incluso más encerrado en sí mismo de lo habitual.

- Tigre... - le volví a llamar.

- Si perdona... - Aomine titubeo un poco – estaba pensando en cómo derrotaríamos nosotros a Karasuno.

Aomine no me respondió directamente a mi pregunta, pero sin darse cuenta con su comentario me dejaba claro quién creía que ganaría este nuevo encuentro. Sonreí y vi salir a los dos equipos a la pista, los jugadores de Rakuzan completamente de blanco con las franjas celestes a los lados y a los miembros de Karasuno completamente de negro con algún toque naranja.

- El talento innato de los jugadores de Rakuzan bajo la disciplina de Seijuro contra... - no supe como describir a Karasuno.

- La fuerza imparable de Carlos y la voluntad indomable de Axel – me dijo Aomine medio en broma medio en serio.

- ¿De verdad crees que ganara Karasuno? – le pregunté con mucha duda en la voz.

Aomine inspiró aire profundamente antes de responder, se dio unos segundos para pensar y finalmente se quedó mirando a la pista que aún estaba vacía.

- En las convivencias cuando me enfrente a Carlos sentí que se contiene a la hora de jugar, de que solo utiliza la fuerza justa y necesaria para derrotarte, no se excede, ni tampoco se queda corto...

- Economía de la energía – le dije a Daiki – lo hacen los jugadores profesionales teniendo en cuenta que ellos juegan muchos partidos en una temporada y que no quieren desgastarse en un único partido.

- Eso quería decir – me dijo Aomine medio riendo – aunque economía de la energía o no, Carlos me da la sensación de que está muy por encima del resto y además cuenta con Axel.

- Si – dije de forma larga y pausada, hasta que ambos guardamos silencio.

En la pista se enfrentarían dos equipos increíblemente fuertes y si algo sabe hacer mi ex novio es enfrentarse a lo imposible.

***

Axel

Siempre he tenido por costumbre salir el último del vestuario antes de un partido, ya fuera por lo lento que soy vistiéndome, por distraerme hablando o simplemente para disfrutar del silencio y la tranquilidad que da un vestuario vacio, un refugió antes de salir a la arena que resultaba ser la pista en muchas ocasiones.

Pero esta vez no lo hice, sentía ansiedad por jugar este tan esperado partido y antes de que saliera cualquiera de mis compañeros ya estaba en la boca del túnel de vestuarios, el pasillo que daba a la gran pista del pabellón nacional. Me quede de pie en la penumbra observando como poco a poco se llenaba de público y me apoye en la pared para no quedar en medio.

Pum, pum, pum, sentía como mi corazón latía con cierta celeridad, eso me alegraba, quería decir que mi medicación ya no hacia efecto y podría correr libre de ataduras durante el partido, pero por otro lado estaba deseando acabar de una vez con Akashi y volver junto a Hitoka.

Al otro lado de la pista, exactamente por el lado opuesto al fin salieron nuestros rivales, encabezados por el omnipresente ego de Akashi. El público, mucho más de lo habitual en un partido de primera fase, comenzó a gritar para animar a Rakuzan, muchos chicos de esta misma preparatoria llenaban una parte del pabellón y gritaban como si no hubiese mañana.

El baloncesto de la generación de los milagros - segunda temporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora