9.7 La verdad sobre nosotros mismos

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Residencia de entrenamiento de los mejores equipos de Tokio

Aomine perseguía a Sakurai para que este le diera sus limones en miel, pero Sakurai agotado del entrenamiento y harto de darle su comida a Aomine corría con ellos en la mano intentando evitar que su persecutor se los robara.

Pero al fin, en las fuentes para beber agua, Aomine pilló a Sakuraia y le quitó los limones, este sintiéndose victorioso se sentó en la hierba al sol y comenzó a comérselos.

- Están muy buenos Sakurai – le dijo Aomine mientras los saboreaba.

- ¿Por qué siempre me quitas la comida? – le pregunto Sakurai lastimoso mientras se sentaba a su lado esperando que al menos le devolviera el recipiente.

- Eres el único que cocina bien del equipo – le dijo Aomine con tono satisfactorio.

En ese momento, mientras Aomine se llevaba las rodajas de limón cubiertas de miel a la boca ante la impotencia de su amigo, una sombra les cubrió.

- Veo que sigues robando comida a tus compañeros de equipo Aomine – le dijo Midorima desde lo alto

- Y tu vendándote los dedos como un lunático – le respondió dándole la espalda a Midorima para continuar desfrutando del botín robado.

- Por la mañana solo haremos físico, por... - Midorima tardo en darse cuenta que Aomine lo llamo lunático - ¡¿Cómo que lunático?!

- Déjame en paz Midorima – le dijo al fin Aomine de mal humor.

Midorima percibió el cambio de humor de su ex compañero, el cual sabía que no estaba bien, posiblemente por el mismo motivo que él.

- ¿Algún día me explicaras porque te dejaste ganar ayer?

Aomine dio vuelta la cabeza para ver a Midorima aún con una rodaja de limón en la boca.

- No me dejé ganar – dio Aomine levantándose y dándole el resto de limones a Sakurai – simplemente tu ganaste y yo perdí.

Midorima se acomodó sus lentes, inspiro profundamente y escogió bien sus palabras, a él le dolía reconocer que su victoria no era cien por cien suya, sino que en parte fue porque Aomine se dejó ganar.

- Hace tiempo que no nos enfrentábamos, pero el Aomine que recuerdo se hubiese puesto como una fiera por perder.

- Digamos que he madurado – le respondió Aomine cortante.

Midorima no estaba de humor para aguantar las impertinencias de Aomine, y mucho menos desde que supo que Axel había vuelto y solo pensaba en Satsuki, de las palabras de Carlos y sobretodo de darse cuenta de lo que hizo Akashi con él, pero por algún motivo, sentía que le debía algo a Aomine.

- Creo que tengo respuestas a las preguntas que tienes en tu cabeza Aomine – le dijo al fin Midorima.

Aomine miró serio a Midorima, ¿Qué se podía esperar de él?, nunca fueron grandes amigos pero le intrigaban sus palabras.

- No sé de qué me hablas Midorima – le respondió

- Piensas en Axel, en Momo-chan... en el baloncesto, y la ecuación en tu cabeza con estas variables ya no funciona, esto te bloquea.

- No te entiendo Midorima

Midorima comenzó a caminar hacia el pabellón donde Seirin y Karasuno estaban teniendo su partido de entrenamiento.

El baloncesto de la generación de los milagros - segunda temporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora