8.9 Lo que unió la amistad, que no lo separe el amor

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Muy buenas a todas/os!

Aquí os dejo una nueva entrega de la aventura de nuestro amigo.

Espero que os guste y no olvidéis en darme vuestro voto en señal de apoyo, recordar que es una de las cosas que me ayudan a creer en la historia y a seguir escribiendo.

Un saludo!!

***

Axel en la actualidad

En el año y medio que estuve en Barcelona, no hubo día en que no pensara en volver a verla, en admirar su sonrisa y de escuchar mi nombre entonado por su voz, durante todo ese tiempo imagine miles de situaciones en que me volvía a encontrar con ella, en el que yo corría a por ella a buscarla o que ella aparecía y volaba a mis brazos, pero todo eso no era más que el producto de la imaginación de un adolescente, y cuando la realidad me llevo inesperadamente delante de Satsuki, me quede paralizado por completo.

Gire las llaves dentro de la cerradura accionando todos los engranajes de la caja de metal, empuje con el hombro para mover la pesada puerta de la entrada y en cuanto pude mirar un poco entre el marco de la puerta y la misma, reflejada en el espejo del recibidor estaba ella, en mitad de la oscuridad solo iluminada por la luz que emitía sobre su rostro concentrado el teléfono móvil con el que seguramente repasaba sus redes sociales.

Mis piernas dejaron de responder, comencé a sentir una presión en el pecho y mi corazón latía a mil por hora, la mire durante unos segundos antes de que se diera cuenta de que entraba, y no pude hacer más que alegrarme por poder verla una vez más.

- Honey...

Nuestras miradas se cruzaron a la distancia, y el tiempo a nuestro alrededor se detuvo, las sensaciones y emociones pasadas volvieron a florar de forma inmediata, pero en sus ojos y expresión, cambiaron dejando entre ver el daño que le hice hace tiempo, un dolor que nunca ha olvidado y que simplemente escondió en lo más profundo de su corazón.

Apreté lo puños con rabia, me maldije mentalmente y pese a lo mucho que la echaba de menos, desee que ella no estuviera aquí.

- Ha... - mis palabras se quedaron atrapadas en mi garganta – ha... pasado mucho tiempo.

- Diecinueve meses exactamente... - me dijo Satsuki cortante y seca

"Empezamos bien..."

- ¿y qué tal has estado todo este tiempo? – le pregunte en un intento de arrancar la conversación con ella.

"Muy agudo Axel, cada día imaginándote en volver a verla durante meses y lo mejor que se te ocurre es preguntarle ¿qué tal?"

Satsuki se guardó el teléfono móvil en el bolsillo de su abrigo verde, me dejo ver una sonrisa nerviosa, una inspiración de aire triste y me negó la mirada para mirar el suelo para comenzar a dibujar formas geométricas con la punta de su zapato.

- Creía que nunca volvería a verte hacer eso – le dije con una voz llena de melancolía

Satsuki volvió a inspirar fuertemente, y me ignoro, era normal, no solo debía de tener la cabeza llena de ideas y una confusión completaba sobre qué hacer ahora mismo, sino que los nervios y la vergüenza la debían de tener invadida por completo.

Pasaron los segundos y ninguno de los dos decía nada, evitábamos cruzar nuestras miradas y parecía que tampoco quisiéramos movernos, pero estaba seguro que ambos queríamos algo, no queríamos marcharnos de allí sin arreglarlo o al menos volver concedernos la palabra.

El baloncesto de la generación de los milagros - segunda temporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora