Pabellón nacional de Tokio
Axel
- ¿Qué rayos ha pasado? – me preguntó Carlos atónito ante lo que acababa de suceder.
Las palabras de Carlos no me sorprendieron, tampoco su asombro, mi amigo era consciente de las habilidades un tanto extrañas de Tetsu, pero aún no había visto su verdadera fuerza, su verdadero talento, y no era su habilidad para no ser visto, ni sus pases, ni su visión del juego, la verdadera fuerza de Tetsu radicaba en su capacidad de adaptarse a su entorno, de hacer lo necesario para causar un mayor impacto con sus limitadas habilidades. Esa habilidad suya pasaba un poco desapercibida en Teiko porque siempre sabíamos que hacer gracias a Seijuro y posiblemente también me utilizaba a mí para disimular sus estrategias detrás de las mías. Si, Seirin era un verdadero peligro.
Se escuchó un fuerte gritó de asombro en las gradas, el pabellón al completo alucinaba con lo que acababan de ver, el jugador más bajo y a primera vista más débil de Seirin acababa de dejar literalmente parado al mejor jugador de la Academia Too.
- Como siempre, Tetsu sabe utilizar sus armas en el momento justo y cuando más daño puede hacer - le dije a Carlos, aunque hablaba más para mí que para él – Tetsu siempre se ha caracterizado por ser muy tranquilo, pero cuando se trata del baloncesto... él tampoco duda en sacar la apisonadora y aplastar a su rival cuando lo considera necesario.
- Nos hubiese venido bien un jugador como ese en Barcelona – me dijo Carlos a modo de estrella ninja.
- Lo tuvisteis – le dije indignado.
- Que va – me dijo Carlos dándome un pequeño empujón – tu solo sabías esconderte detrás de mí y hacer pases raros que le estabas copiando a Kuroko.
Ambos no reímos, era verdad, yo solo aprendí a imitar una primera fase de Kuroko, ese primer juego que aprendió ahora era muy diferente.
Mientras tanto en la pista, Aomine parecía reír, sin darse cuenta se ha visto superado por muchos jugadores, o al menos por el conjunto de ellos y eso le parecía hacer gracia, "¿Dónde quede tu mítica frase?".
En ese momento Aomine y Satsuki se miraron, parecía que Aomine era consciente de esa nueva habilidad de Kuroko de desaparecer delante de tus propios ojos y con el balón en la mano, pero nunca se imaginó que la utilizaría en un momento como ese, ni mucho menos que tendría tal efecto en el equipo de Too.
- La moral de la Academía Too pende de un hilo muy fino – me dijo Carlos – parece que a tu amigo no lo veremos en la final.
- Si te soy sincero – le dije a Carlos – me esperó a cualquiera de los demás menos a Aomine.
Noté como Carlos me miró diferente, se dio cuenta que en detalles como este es cuando mi orgullo más se ve.
En la pista el juego continuaba, y una vez más Kagami bloqueo a Aomine en el aire y Aomine cayó al suelo sentado.
Kagami le estiró la mano para ayudar a levantarse, pero este le dio un golpe en la mano para que se apartara. Aomine se puso de pie y noto mi mirada, miró hacia donde estaba yo.
- Ahora vengo – le dije a Carlos a la vez que escuchábamos el pitido que indicaba el final de la primera parte– tengo que hacer algo.
Y me dirigí a las escaleras para bajar a la pista.
En la pista
Aomine
Que me superara Tetsu hizo que todo mi equipo pusiera en dudas mis habilidades, ahora mismo todos dudábamos incluso de la victoria cuando solo estábamos a seis puntos de diferencia y yo no veía capaz de ganar el partido solo, y no conseguía entender porqué.
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El baloncesto de la generación de los milagros - segunda temporada
FanfictionLa generación de los milagros se ha separado por completo, rota, desintegrada, pero todos ellos siguen atados los unos a los otros por el juramento que le hicieron a su capitán, y otros, simplemente porque el destino quiere que se vuelvan a encontra...