11.12 Solo cinco pueden ser los mejores

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Buenos Aires Argentina

- Wou, nunca creí que podrían tirar a Carlos al suelo – expresó Manu desde su cama mientras veía en su móvil el partido de las preliminares de la copa de invierno de Japón.

- ¡Date prisa Manu! – gritó su madre desde otra habitación – ¡Si no te levantas ya llegaras tarde a tu partido!

Manu, uno de los cuatro mejores jugadores junior del mundo sonreía mientras miraba la pantalla de su teléfono.

- Parece que ya no solo somos cinco... - y le envío un mensaje a alguien al otro lado del mundo.

A las afueras de Paris, Francia

En una pista pública de baloncesto situada en la periferia de la ciudad de Paris juegan varios chicos de ascendencia africana, algunos con mejores y peores técnicas de juego, pero de entre ellos destaca uno con tal habilidad que hace que el baloncesto parezca fácil.

- Vamos Parker – le dijo un amigo de este – quedamos en que no jugarías en serio.

Parker se paso el balón entre las piernas, supero en velocidad sin problemas a su defensa y canasto pasando el balón por el lado contrario de por donde entro a canasta.

- Ya sabes que no me puedo contener – respondió el tercer mejor jugador junior del mundo.

El teléfono de Parker sonó en su bolsa y este se acercó a ver que era, "¿A que no sabes a quien acaban de tumbar?", Parker abrió el link que le pasaba su amigo argentino y comenzó a mirar un partido de baloncesto que se estaba dando en Japón.

- ¿Ese es el español verdad? – le preguntó uno de sus amigos que miraba el video junto a Parker.

- Si, y parece que ya tengo un rival...

Centro deportivo de alto rendimiento de la ciudad de Pekin

Yao aprieta con fuerza el mando de la televisión que está viendo solo en su habitación, no solo porque se confirmaba que uno de los top cinco del mundo estaba jugando en Japón y no en China como hubiese preferido él, sino que además estaba siendo derrotado por un japonés.

Yao aprieta con tanta fuerza el mando de la televisión que consigue romperlo y deja caer los restos del comando entre sus dedos.

- No puedes dejarte ganar de esa forma Carlos... no al menos hasta que yo te gane antes.

En una parte indeterminada de estados unidos

Un chico mira de forma distraída un partido de la liga junior de Japón en una sala anexa a la pista de entreno de su equipo.

- ¡Kobe!, ¿Sales a entrenar o qué? – le preguntó uno de sus compañeros.

Kobe, considerado el mejor jugador junior del mundo miro con una sonrisa a su compañero.

- Ahora salgo – le dijo sin dejar de mirar el partido.

- Tú sabrás... - le respondió el compañero dejándolo otra vez solo en la sala.

En la televisión el partido continuaba y Kobe observaba curioso la situación del partido, porque no solo había escuchado hablar de la generación de los milagros de Japón y de los rumores acerca de que Carlos del Barcelona se estaba escondiendo allí.

- Así que allí estabas... en fin – Kobe apaga el ordenador listo para empezar su entrenamiento.

Pero antes de salir se giró un momento para mirar el ordenador apagado, dudo en si volver a encenderlo y comprobar que uno de los jugadores que acompañaba a Carlos no fuera el que él creía que era, pero finalmente sus ganas de jugar prevalecieron por encima de su curiosidad.

El baloncesto de la generación de los milagros - segunda temporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora