En la residencia donde se hospedan los tres mejores equipos de Tokio y Karasuno
Pabellón donde se enfrentan Karasuno y Too
Los integrantes de los equipos Shutoku y Seirin observaban los primeros minutos del partido completamente anonadados, el enfrentamiento entre el monstruo de la generación de los milagros y el demonio de los ojos azules del Barcelona estaba sucediendo a una velocidad y con una fuerza, que las estrellas de ambos equipos espectadores tuvieron un escalofrió.
Taiga junto a Kuroko miraban desde la segunda fila de las gradas, rodeados de sus compañeros y siempre acompañados de sus sempais, y aún con la pesada losa de la derrota ante Too en la inter escolar. Taiga se sabía más fuerte desde entonces, sabía que todo Seirin era mucho más fuerte y un equipo más completo, sobre todo después de los duros entrenamientos con el padre de su entrenadora y que todos ellos estaban dispuestos a llegar hasta el final con contar de poder vengar su humillante derrota, pero ver en acción a Aomine, a esa bestia que los devoro sin compasión hacia unos pocos meses, en un combate igualado... "no, ese chico rubio, aún no está jugando al máximo de sus capacidades" rectifico Taiga mentalmente, frunció su seño y sintió como un fuego incandescente ardía en su interior, sabía que ya no solo seria derrotar a los otros cinco equipos con miembros de la generación de los milagros, ahora también tocaba enfrentarse a ese demonio y ese desafío, pese a que le hacía sudar en frio, le hizo sonreír.
Kagami escucho como sus compañeros lanzaban una expresión de asombro ante la jugada inverosímil que se invento Aomine en la pista para superar a Carlos, una jugada que mesclo velocidad, fuerza y una técnica por encima de cualquiera de los mortales, una jugada que acabo en un tiro por detrás del tablero de juego.
- Que Aomine se vea obligado a estar tirando de esa manera dice mucho sobre la defensa de ese tal Carlos – dijo Kuroko sin dejar de mirar el partido, completamente absorto con el juego, dispuesto a aprender cuanto hiciese falta de su nuevo rival para poder plantarle cara en la copa de invierno.
- Nosotros también conseguimos que Aomine hiciera esa jugada – dijo Koga inocentemente – eso quiere decir que también le defendimos bien.
Antes de que nadie más de Seirin pudiera decir nada, se escucharon el crujir de los nudillos de la entrenadora de estos, Aida Riko apretaba sus manos llena de ira contenida, disputa a gritarle a jugador estrella de Too para que se esforzara más y no dejara en ridículo por comparación a todos los demás.
- Contra nosotros – el capitán de Seirin guardo silencio durante unos segundos antes de responder, dudo durante un instante si debía o no pronunciar esas palabras – contra el Seirin de hace unos meses, Aomine hizo esa jugada por pura diversión...
- Ahora las está haciendo por necesidad, para sobrevivir en el campo – termino la frase Kuroko.
Taiga observo a su pequeño compañero, si consideraba a Carlos como un rival para la propia generación de los milagros, si los instintos de Kuroko se alertaban ante ese jugador, más les valía tener cuidado la próxima vez que se enfrentaran a ellos.
Taiga levantó la mirada por un segundo y la dirigió hacia el equipo de Shutoku que estaba a escasos metros de ellos, Midorima miraba el partido con una seriedad incluso mayor que con la que solía jugar, acaso el también percibía, que Carlos hasta ese momento no había jugador enserio.
- No creo que contra nosotros bajara el nivel – dijo Takao que estaba medio reclinado sobre su asiento de la grada junto a Midorima – más bien creo que el sistema de juego de Too es demasiado simple.
- Contra nosotros se tuvo que preocupar de defender el interior y el exterior, Carlos no cuenta con una equipo los suficientemente fuerte a su alrededor – Midorima tomo aire lentamente antes de terminar su frase – pero aún así, siento que contra nosotros no demostró todo su potencial.
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El baloncesto de la generación de los milagros - segunda temporada
Fiksi PenggemarLa generación de los milagros se ha separado por completo, rota, desintegrada, pero todos ellos siguen atados los unos a los otros por el juramento que le hicieron a su capitán, y otros, simplemente porque el destino quiere que se vuelvan a encontra...