H1: PARTE 8 (SPANISH)

623 40 0
                                    

Su majestad apenas podía creer lo que le habían contado, aunque muchas cosas comenzaban a cobrar sentido. Especialmente tras escuchar el relato del cazador y de cómo su propia esposa, sí su esposa, había ordenado que matara al joven simplemente porque codiciaba un título que, de otra forma, jamás sería suyo.

 Especialmente tras escuchar el relato del cazador y de cómo su propia esposa, sí su esposa, había ordenado que matara al joven simplemente porque codiciaba un título que, de otra forma, jamás sería suyo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Leonel suspiró mientras, sentado en su sillón favorito del despacho privado, pensaba qué hacer a continuación. Especialmente tras ver la expresión de súplica de una de las muchachas a la que ya quería como propia y, sobre todo, al escuchar de su boca que no había más pruebas que la palabra de dos campesinos y varios rumores que bien podrían ser infundados.

Arabella, por el contrario, había suplicado por la vida del hombre que había sido apresado intentando acabar con su rival en el concurso. La joven había llorado, suplicando que le perdonaran la vida, mientras se disculpaba ella misma ante el joven y llegando incluso a arrodillarse frente a él....

Sin duda el monarca estaba ante un gran dilema que ya le estaba costando horas de sueño.

- " Sigues pensando en este problema, ¿ verdad?" – dijo Singto desde la puerta abierta del despacho – " por nuestra parte, y tal como ordenaste, hemos revisado el dormitorio y las habitaciones privadas de la Reina"

- " ¿ Y?"

- " Pues nada salvo varias anotaciones en revistas de moda" – respondió el joven con un suspiro. Fue entonces cuando, reparando en el bol de frutas que su padre tenía sobre una de las mesas cercanas, se acercó y sentándose en una de las sillas cercanas, comenzó a hurgar entre las diferentes piezas mientras fruncía el ceño.

Leonel sonrió sabiendo perfectamente qué buscaba su hijo. Una pieza de fruta que, desgraciadamente no iba a encontrar en el bol, pues él ya se la había comido hacía apenas unos minutos. Sin embargo, antes de que pudiera siquiera decírselo, el joven dejó de fruncir y, sonriendo, comenzó a hurgar entre sus bolsillos sacando finalmente una manzana que, inmediatamente, se acercó a los labios.

 Sin embargo, antes de que pudiera siquiera decírselo, el joven dejó de fruncir y, sonriendo, comenzó a hurgar entre sus bolsillos sacando finalmente una manzana que, inmediatamente, se acercó a los labios

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Unos segundos después el joven cayó al suelo, completamente desvanecido y sin escuchar los gritos de su padre, que llamada a un médico a la vez que pronunciaba una y otra vez su nombre.

Los días se sucedieron mientras numerosos médicos intentaban salvar al joven. Sin embargo ninguno logró nada pues, tal y como la Reina había revelado ante su furioso marido, el veneno que había utilizado era letal y no tenía cura.

El rey consultó a numerosos eruditos, expertos en venenos y hasta curanderas. Siempre con la esperanza de poder encontrar una cura.

Finalmente, un mes tras el fatídico día, cuando el rey ya comenzaba a perder las esperanzas, Krist se acercó a palacio junto a su madre.

Ambos caminaban lentamente. El joven llevaba una cesta tapada con una tela mientras que su madre, con expresión resuelta, apenas reparaba en las miradas de curiosidad que los sirvientes y guardias comenzaban a dirigirles.

Kimmon, que les había estado esperando desde hacía bastante rato, se apresuró a dirigirles hacia la habitación en la que se encontraba el joven enfermo.

- " Bas, Krist y su madre ya están aquí" – dijo Kim nada más cruzar el umbral de la puerta.

- "¡ Por fin!" – exclamó el joven que, con lágrimas en los ojos, se levantó de la silla en la que estaba sentado, al lado de la cama del convaleciente – " ¿ podrá hacer algo por él?"

- " Primero tengo que revisarle" – respondió Ava mientras se alejaba de su hijo y se acercaba a la cama – " Además necesito poder trabajar en silencio. Por favor que todos esperen afuera".

Krist salió sin dudarlo un segundo seguido de cerca por Bas y Kimmon. Sólo se quedó dentro de la habitación una sirvienta que debía ayudar a Ava con la revisión.

THE STORYBOOKWhere stories live. Discover now