Kongpob observó la pequeña habitación que le habían dado.
Las paredes desconchadas y el suelo ciertamente agrietado le indicaron inmediatamente que la familia de su prometido no estaba pasando por una situación económica muy buena.
"Pero no importa", se dijo mientras se sentaba sobre la cama tras dejar las muletas apoyadas a su lado, "yo me encargaré a partir de ahora... no dejaré que sigan viviendo de esta forma...".
Mientras tanto, en una habitación cercana que servía de salón y de comedor a la vez, tres personas hablaban en susurros.
-"Papá, por favor, tienes que tener más cuidado con lo que dices... Kong tiene amnesia pero no es tonto" – decía Arthit mientras miraba al hombre sentado en la silla de ruedas – "si cometes un error, por pequeño que sea, se va a dar cuenta".
Peck Rojnapat suspiró mientras apoyaba la cabeza en una de sus manos.
Ya estamos de nuevo...
"Estaré inválido", se dijo mientras observaba la expresión asustada de sus hijos, "pero mi mente va perfectamente. No entiendo qué temen tanto..."
-" Ya me habéis repetido eso una y otra vez durante los últimos días. ¿Podríais dejarlo ya?" - dijo el hombre de mediana edad finalmente y mientras se llevaba un vaso de agua a los labios.
- "Pa.." – musitó Baek mientras se agachaba, colocaba una mano sobre el brazo de su padre y le lanzaba una mirada suplicante – "por favor... mi vida depende de esto...".
UN PAR DE HORAS DESPUÉS...
Arthit sonrió mientras observaba a su padre, ya mucho más comedido, conversar con Kong mientras cenaban todos juntos en la gastada mesa del salón.
Sin embargo inmediatamente comenzó a fruncir el ceño cuando notó cómo Baek removía la sopa que, después del tiempo que llevaba servida, debía de estar ya fría. Y lo peor de todo es que ni siquiera había probado bocado.
¿Tendrá que ver con lo del accidente?
"Debe estar asustado de acabar en prisión...", se dijo Arthit mientras se llevaba una cucharada de sopa a los labios.
Su hermano sin duda había generado un buen lío... y tan sólo por ganarle una estúpida apuesta al amigo con el que estaba estudiando.
¡Menuda estupidez!
"Tal vez debería hablar nuevamente con él...aunque parece que ha aprendido la lección...", se dijo mientras dirigía su mirada hacia el joven que, a causa de la estupidez de su hermano, estaba ahora viviendo con ellos.
Al menos parecía que Kongpob estaba ya mucho mejor. Al menos físicamente, pero... ¿qué iban a hacer cuando recuperara la memoria y se diera cuenta del engaño?
Arthit dejó la cuchara sobre el plato y es que, sólo de pensar en el problema en el que estaban ahora todos, también se le había quitado el apetito.
Finalmente, cuando fue la hora de acostarse, Arthit acompañó a Kongpob a su cuarto y, con mucho cuidado, le ayudó a cambiarse de ropa.
En un inicio había pensado en negarse pero... ¿quién lo iba a hacer si no?
¿Su hermano?
"No way", se había dicho mientras aceptaba la petición del muchacho que, con una gran sonrisa en el rostro, había abierto los brazos como si, en vez de ayuda, le hubiera estado pidiendo un achuchón.
Un pequeño tirón en sus ropas hizo que Arthit retornara al pequeño cuarto y al joven que estaba sentado, con ropa de dormir, enfrente suya.
- "¿No vas a darme el beso de buenas noches?" - preguntó mientras hacía un leve mohín con los labios.
"Hay va de nuevo..."
Arthit suspiró y, con rapidez, se acercó a Kongpob para darle un beso en la mejilla.
Sin embargo éste, con una sonrisa pícara, le agarró del cuello de la camisa e hizo que inclinara el rostro.
Unos segundos después estaba siendo besado como si no fuera a haber un mañana.
Las semanas comenzaron a pasar.
Y el primer día del mes llegó trayendo nubes de tormenta que, desde la primera hora de la mañana, habían comenzado a descargar sobre las calles, establecimientos y, en general, sobre todo aquel que estuviera fuera.
Arthit, en el obrador de la pequeña pastelería de la que era dueño, se afanaba por recoger las últimas bolsas de encargos que tenía que llevar a lo largo de la mañana.
Su cabello, completamente empapado, se encontraba pegado a su nuca, frente y mejillas. Pero al menos, y gracias al chubasquero que Kongpob le había obligado a coger esa misma mañana, sus ropas permanecían secas y cálidas.
El joven sonrió pensando en el muchacho que, a estas horas, debía estar con la persona seleccionada por el hospital para que se encargara de su recuperación.
Arthit especialmente recordó la sorpresa de todos aquel primer día de sesión en el que todos esperaban a una joven muchacha para, y tras abrir la puerta de la vivienda, encontrarse con un joven en vaqueros y camiseta que llevaba al cuello la tarjeta identificadora del hospital.
Si..
Sin duda Kongpob debía de estar ahora con Chanyeol...
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THE STORYBOOK
FantasyA book of different peraya stories : H1: Beauty and the sleeping prince (COMPLETE) H2: The Lion Prince and the Pauper (COMPLETE) H3: Thinking about you (COMPLETE) H4: Unforeseen wedding (COMPLETE) H5: Timeless Love (COMPLETE) H6: Three loves (COMPL...