THE STORYBOOK

H3: PARTE 3 (SPANISH)

La habitación estaba completamente a oscuras.

Sólo una pequeña luz entraba por los pequeños agujeritos de la persiana bajada, pero eran sin duda suficiente.

Al menos para el joven que, sentado en uno de los sillones del cuarto, tenía una de las manos del joven tendido en la cama entre las suyas.

- "Dicen que no saben si vas a despertar" - musitó Singto mientras se inclinaba y quitaba los cabellos de la frente de Krist para, con mucho cuidado, inclinarse y besar la suave y blanca piel del muchacho - "pero yo sé que lo vas a hacer... no tengo dudas".

Lo cierto es que los médicos daban muy pocos esperanzas, por no decir ninguna.

"Ni siquiera sabemos cuánto tiempo ha estado bajo el agua", habían dicho mientras revisaban los datos de los últimos exámenes que le habían practicado, "deberían comenzar a prepararse para lo peor".

Singto negó con la cabeza.

No.

No será necesario prepararse para nada porque va a despertar.

"Mi Krist no va a abandonarme", se dijo mientras cerraba los ojos fuertemente, "jamás lo hará".

- "Krist... siento lo de Pim. Siento haberte tratado así durante todos estos meses pero... no podía hacer otra cosa" - murmuró Singto mientras una lágrima comenzaba a deslizarse por su mejilla.

FLASHBACK...

UNOS MESES ANTES....

- "Me gustaría pedirte que hagas un comercial con Pim" - dijo su mánager nada más entrar por la puerta - "ya sabes que está comenzando... y ella misma a pedido que seas tú su compañero para la sesión de fotos".

Singto suspiró mientras dejaba el bolígrafo sobre sus notas de la universidad.

- "Ya sabes que estoy muy liado... no tengo tiempo para nada más que para mis clases y los eventos a los que ya he prometido ir" - respondió el joven con un tono levemente molesto - "Además, pronto comenzará la grabación de la nueva temporada de Sotus y necesito revisar el borrador... no puedo hacerlo".

Su mánager asintió mientras que, con rostro cansado, se sentaba en uno de los sofás de la amplia sala de estar.

- "Lo sé, créeme que lo sé" - exclamó mientras pasaba una mano por sus cabellos - "pero es la hija del presidente de la compañía. Y ya sabes cómo es..."

Si.

Singto lo sabía.

No era la primera vez que esa joven había armado un revuelo cuando no se había salido con la suya.

Y su padre no era mejor que ella, siempre complaciéndola en todos sus caprichos. 

Aún recordaba cuando a la joven le había dado por querer ir de tiendas... con Nat.

"Menudo lío le generó con su novia", pensó Singto mientras recordaba el guantazo que, una tarde, la muchacha le había dado a Nat tras encontrar a Pim abrazada a éste y con sus piernas desnudas alrededor de la cintura del joven , "aunque... ¿cómo se le ocurre pensar que se iba a creer lo del ratón?"

Singto suspiró mientras negaba con la cabeza.

- "No... me niego".

- "Sing.... sabes que no puedes..." - musitó tristemente su manager mientras sacaba unos documentos de su cartera y los dejaba sobre la mesa - "no si quieres que el presidente te de esos dos meses libres tras el verano".

El joven actor miró los papeles con el ceño fruncido y, tras unos segundos, los tomó en sus manos. 

- "Aquí pone que sólo son dos días..." - musitó finalmente mientras levantaba la mirada de los documentos.

- "Así es" - corroboró el manager con una leve sonrisa de alivio - "serán sólo dos días y no tendrás que volver a tratar con ella..."

FIN DEL FLASHBACK...

EN LA ACTUALIDAD...

"Dos días...", pensó el joven irónicamente, "sólo dos días... No sé cómo pude ser tan idiota"

Por la mente de Singto pasaban todas las salidas, las cenas y compromisos que, de la noche a la mañana, habían inundado las pocas horas libres que tenía.

Horas que antes pasaba con Krist.

- "Pero no más" - musitó el joven mientras se llevaba la mano de Krist a los labios y depositaba un leve beso en ella - "no voy a seguir con ésto... se acabó".

BIP BIP BIP BIIIIIIIPPPPPPPPPP

Un timbre comenzó a sonar en la habitación, haciendo que Singto se levantara asustado mientras que un par de enfermeras entraban corriendo y comprobaban el estado de las máquinas y del paciente.

- "¡Salga del cuarto" - exclamó una de ellas mientras señalaba hacia la puerta abierta.

Singto se apresuró a cumplir con la orden dada deseando de todo corazón que no ocurriera lo que ya le habían avisado.

"No me puedes abandonar, Krist", pensó el joven mientras que, con piernas temblorosas, se dejaba caer en una de las sillas del pasillo y escondía el rostro entre sus brazos, "no puedes... te amo demasiado para vivir sin tí".