THE STORYBOOK

H3: PARTE 2 (SPANISH)

UNA SEMANA DESPUÉS...

Singto abrió los ojos y los posó en el joven que, durmiendo apaciblemente en la cama del hospital, seguía atado a todas esas máquinas que vigilaban sus constantes vitales.

- "Krist..."

El joven no podía entenderlo...

Parecía una locura.. o una pesadilla.

Si, era exactamente eso, una pesadilla de la que necesitaba despertarse.

- "Singto, deja de culparte" - musitó Pin desde el otro lado del cuarto - "los expertos dijeron que fue un accidente. Nadie pudo prever que iba a producirse un derrumbamiento, o que la cueva se inundaría".

El joven, sin embargo, negó con la cabeza.

"Como no va a serlo", se dijo mientras se inclinaba y tomaba una de las manos de Krist entre las suyas, "fui yo quien le dijo que se marchara con el otro grupo. Yo y nadie más...".

FLASHBACK...

- "Krist, por fa, hazme este favor.." - musitaba un joven mientras sonreía y tomaba las manos de la persona que estaba enfrente suya - "te prometo que nunca vuelvo a pedirte nada, ¿si?".

Pim acababa de decirle que quería ir con él a la excursión de las cuevas así que el joven se había acercado a su viejo amigo que, sentado en uno de los sillones, aguardaba a que saliera el primero de los grupos.

En unos segundos le había comentado el problema y le había suplicado que se cambiara con la joven.

- "Pero..." - había musitado Krist tras echar una mirada a la muchacha que, vistiendo un chandal de marca, le sonreía desde el otro lado de la sala - "ésta es también mi primera vez..."

Singto suspiró y se llevó una mano hacia el cuello en un gesto muy suyo.

- "Ya lo sé..." - dijo a modo de respuesta - "pero...Pim tiene un cuerpo muy débil. No podrá aguantar el ritmo de los demás".

Krist suspiró y, tras una última mirada a los ojos suplicantes de Singto, asintió con la cabeza.

FIN DEL FLASHBACK

"Es mi culpa... aunque todos digan lo contrario..."

Y es que Singto lo sabía... 

Lo había sabido desde el mismo instante en el que viera desaparecer la luz de los ojos del joven que, desde hacía ya varios años, se había convertido en alguien muy importante en su vida.

- El no quería ir con el grupo avanzado... de hecho, nunca debió ir con ellos" - musitó el joven sin apartar la mirada del rostro de Krist - "jamás debí pedírselo..."

Pim suspiró y, negando con la cabeza, puso una mano de uñas perfectamente arregladas sobre el hombro de Singto.

- "Sing..."

"Lo siento, Krist...", pensó Singto mientras apretaba levemente la mano del joven dormido.

- "¡Singto!"

El joven se volvió hacia la muchacha con el ceño fruncido.

- "¿Qué quieres?" - preguntó mientras observaba el rostro pálido de la joven, y especialmente su expresión cansada - "Deberías irte al hotel, pareces agotada".

- "Te estaba esperando" - respondió Pim mientras comenzaba a deslizar su mano por el hombro del joven en una especie de caricia - "creo que será mejor que nos vayamos juntos. Mañana podemos volver, si es que sus padres no han llegado ya".

Singto apartó bruscamente la mano de la joven y se volvió hacia ella con una expresión entre sorprendida y desilusionada.

"No me lo puedo creer...", pensó mientras recordaba sus salidas con la muchacha a los centros de acogida de animales y a los hospitales, "¿dónde ha quedado la joven que se preocupaba por los demás y, especialmente, por los que estaban solos y desvalidos?"

- "No voy a ir a ningún lado" - respondió Singto con voz fría - "voy a quedarme a su lado".

- "Pero..." - comenzó a decir Pim, claramente en un intento por hacerle cambiar de idea.

Singto simplemente se volvió hacia el joven tumbado en la cama, dando la espalda a Pim.

- "Puedes pedir un taxi... creo que están aparcados frente a la puerta del hospital"