H5: PARTE 2 (SPANISH)

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2 AÑOS DESPUÉS...

Kongpob salió por la puerta del aeropuerto con una amplia sonrisa en sus labios.

Y es que, finalmente, sus estudios en China habían terminado.

"Por fin...", se dijo, "por fin estoy de vuelta"

- "¡Bienvenido!" - exclamó Em mientras se acercaba con pasos rápidos y abrazaba fuertemente a Kong - "¡te hemos echado mucho de menos!".

El joven recién llegado sonrió, aún entre los brazos de su viejo amigo.

De su hermano.

- "Me alegro de estar de vuelta" - comentó Kong mientras se separaba de Em y se volvía para, con una sonrisa, saludar a May y al niño que, en sus brazos, le observaba con los ojos abiertos y una expresión de perplejidad en su dulce rostro - "y... supongo que este angelito es Max"

Em sonrió, orgulloso, mientras que May, con una amplia sonrisa, se acercaba a Kong para que éste pudiera ver mejor a su primer hijo.

- "Me alegro de verte, Kongpob" - dijo la muchacha - "y sí... este es mi tesoro...Max, saluda a tu tío Kong".


BLUB

Kong rió, viendo cómo el niño hacía un leve puchero con sus rosados labios.

- "Es hermoso"

May y Em sonrieron.

- "Y bien...¿vamos a tu apartamento? ¿o prefieres pasar primero por casa de tus padres?"

Kongpob negó con la cabeza.

- "No, Em... antes que nada debo ir a ver a alguien"





El cementerio estaba completamente vacío.

Sin embargo, para el joven que estaba frente a una lápida con un ramo de flores en una mano y un enorme vaso de leche rosada en otro, poco importaba la soledad del lugar.

Es más, lo agradecía.

Y es que tenía tantas cosas que decir...

- "No es justo, mi Sol" - comentó mientras dejaba los dos obsequios frente a la pequeña lápida de piedra - "no me dejaste siquiera despedirme de ti... nadie me lo dijo hasta que estuve en China. Y solo porque me encontré con un compañero de clase que me comentó que había ido a tu funeral..."

Kong se inclinó y, suavemente, pasó una mano por las letras grabadas sobre la piedra.

- "Te echo tanto de menos... lo he intentado superar pero no puedo" - comentó mientras que su voz comenzaba a quebrarse a causa de los sollozos que comenzaban a salir de sus labios - "incluso he salido con otras personas... pero es inútil, cada vez que me besan... cada vez que intentan llevar la relación al siguiente nivel...siento que te estoy traicionando... que me estoy traicionando a mí mismo. Nadie puede ocupar tu lugar... así que he decidido dejar de buscar... dejar de intentarlo... yo... espérame, allá donde estés...te prometo que nos volveremos a encontrar".

Tras lo cual el joven se dejó caer sobre la hierva y, mientras limpiaba algunas hojas secas que habían caído de los árboles colindantes, rompió a llorar.

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- "¡No más!" - exclamó Arthit mientras se volvía hacia Mara con una expresión de súplica en su rostro.

- "Pero...¿no dijiste que querías ver el futuro de Kong? ¿ver si, finalmente, era feliz?" - preguntó la joven guía mientras observaba la escena desde la rama de un árbol.

Arthit gruñó por lo bajo.

- "¡¿y a ti te parece que lo es?!" - exclamó éste con una expresión que, claramente, mostraba la preocupación que estaba sintiendo en esos momentos - "¡está hablando de reunirse conmigo!"

- "Bueno... es su vida" - musitó la joven mientras se encogía de hombros - "puedes desear lo mejor para él pero... al final es él quien tiene que tomar sus propias decisiones".

Arthit negó con la cabeza mientras se frotaba las manos presa del nerviosismo y del miedo que estaba sintiendo.

No por él.

Sino por su Kongpob.

Al fin y al cabo él se lo había buscado... había sido su culpa, y solo suya, no estar pendiente de los coches que corrían por la carretera esa noche de lluvia.

Pero... había estado tan dolido... 

Acababa de romper con Kongpob por teléfono y su mente, aún confundida, no sabía si correr hacia el apartamento de Knott, a pocos pasos de distancia, o si, por el contrario, era mejor idea volver sobre sus pasos y buscar a Kong. Disculparse con él y... y decirle que le esperaría el tiempo que hiciera falta.

Desgraciadamente no llegó a tener tiempo para decidir ya que... habiéndose parado en mitad de la carretera, apenas si escuchó el claxon del camión que acababa de girar en la esquina y que iba directo hacia él.

Unos segundos después... todo se había puesto negro.

"Y entonces la conocí...", pensó Arthit mientras volvía a mirar a la joven que, sentada en la rama colindante, tarareaba una cancioncilla mientras observaba como Kongpob acariciaba la lápida mientras depositaba decenas de besos sobre la fría piedra gris. 

- "Si tan sólo pudiera hacer algo... cambiar las cosas... no quiero que él... ¡no!" exclamó finalmente mientras cerraba los ojos con fuerza, intentando no ver al joven que seguía hablándole a su tumba de lo feliz que sería cuando por fin se volvieran a ver.

- "ohhhh...." - dijo la muchacha mientras se dejaba caer hacia el suelo para, posteriormente, hacerle una seña a Arthit para que hiciera lo mismo - "¿pues sabes que..no sería mala idea?"

El joven la miró con un gran interrogante marcando su hermoso rostro.

- "¿A qué te refieres?"

Mara sonrió juguetonamente mientras daba un par de saltitos hasta colocarse frente a Arthit.

Éste, que había estado, sin darse cuenta, observando nuevamente la figura destruida de Kong, volteó hacia ella en cuanto notó que la joven se había situado justo entre Kongpob y él. Todo ello mientras fruncía el ceño levemente.

- "No me mires así...mucho menos cuando estoy a punto de hacerte un favor" 

Arthit, que había dado un par de pasos hacia un lado para poder mirar nuevamente a su Moon, se volvió hacia la joven con la curiosidad pintada en su rostro.

- "¿De qué estás hablando ahora?" - preguntó el joven mientras intentaba infructuosamente no ir hacia el joven que, con piernas temblorosas, intentaba en esos momentos levantarse del suelo.

- "Bueeeno....digamos que voy a darte dos opciones" - musitó Mara mientras colocaba frente a los ojos de Arthit dos dedos - "puedes seguir adelante, como teníamos planeado oooo....."

Arthit bufó y, dando un manotazo a los dedos de la joven, se volvió hacia ella con los brazos en jarras.

- "¿O?"

- "O puedes volver al día de tu muerte... y cambiar las cosas"


THE STORYBOOKWhere stories live. Discover now