H5: PARTE 1 (SPANISH)

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AMOR ETERNO



Aquella mañana todo parecía estar como siempre.

Los libros apilados ordenadamente en la estantería, las libretas de las clases sobre la mesa.

El billete de avión a China, dentro del sobre con el logotipo de la aerolínea.

Un momento...


¡¿China?!


Kongpob se levantó bruscamente y, alejando de su cuerpo desnudo las suaves sábanas, se incorporó sobre la cama.

Sus ojos recorrieron las paredes del cuarto, las ropas colocadas ordenadamente en el perchero de pared... hasta que se posaron nuevamente en el billete y en una cajita que, justo a su lado, contenía un regalo muy importante... un regalo que pensaba entregar a Arthit antes de subirse a ese avión.

"Aunque... después de nuestra última conversación telefónica... no se siquiera si volveré a verle", se dijo Kong dejando escapar un suspiro de impotencia.

Y es que aún recordaba las palabras de su Sol, cómo había acabado despidiéndose de él mientras rompía a llorar.

Kongpob volvió a suspirar mientras pasaba una mano por sus cabellos ya de por sí bastante revueltos.

- "Si tan sólo tuviera un poco más de confianza en nuestro amor... en nuestra relación" - murmuró el joven - "Si no se dejara llevar tanto por las opiniones de los demás".

Y es que, una vez más, el comentario de uno de sus amigos había hecho que su P'Arthit se replanteara su relación... y lo que podía pasar ahora que él se iba a estudiar a China por varios años.

Las relaciones a distancia no duran...

El amor se enfría y otras personas acaban ocupando el lugar que antes tenía tu pareja...


"Cierto en muchos casos...", se dijo Kong mientras volvía a mirar hacia la caja de regalo - "pero no en muchos otros. Todo depende de cómo sean las personas y en sí están dispuestas a luchar por mantener su relación, incluso estando lejos".

Pero Arthit no lo había entendido así.

No.

El joven simplemente se había dado por vencido.

- "Y ahora... ahora tengo que irme dejándole aquí" - musitó con un deje de tristeza - "solo y sin tener el tiempo para arreglar este lío".

Una lágrima comenzó a descender por su mejilla, seguida inmediatamente por varias más.

"No quiero... no quiero dejarle así..."

Kongpob enterró su rostro bañado en lágrimas entre sus brazos, sin reparar en un par de ojos que le estaban observando desde el otro lado del cuarto.

Un par de ojos que, enrojecidos por haber estado llorando durante bastante tiempo, sólo podían acompañar silenciosamente al joven que, destrozado, desahogaba su dolor sobre las suaves sábanas de su cama.

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- "Kong...lo siento tanto" - murmuró Arthit mientras daba unos pasos hacia el muchacho - "es mi culpa"

Tras lo cual, colocó una mano sobre el hombro de Kong.

Mano que, inmediatamente, atravesó el cuerpo del joven.

- "Ya te dije que no podrías tocarle" - dijo una voz a su lado - "ni mucho menos comunicarte con él...".

Arthit suspiró y, girando la cabeza levemente, miró de soslayo hacia la joven que, sentada en uno de los asientos del cuarto, le sonreía irónicamente.

- "Lo sé...no me lo tienes que recordar" - gruñó Arthit mientras volvía a mirar hacia su Kong. 

Éste, con expresión deprimida, acababa de dejar la cama y, tomando entre sus manos la ropa limpia, se encaminaba hacia el cuarto de baño.

La joven, inclinando la cabeza hacia un lado, dejó escapar un leve suspiro.

- "Ésto es peor de lo que me imaginé...y eso que me dijeron que iba a ser un trabajo fácil" - comentó la muchacha mientras se levantaba del asiento y, con un gesto cansado, se acercaba a Arthit hasta quedar a pocos centímetros de distancia - "dime una cosa... si tanto lo amas, ¿por qué rompiste con él?".

Arthit suspiró.

- "Yo... me asusté" 

- "No lo entiendo... de verdad que no puedo..." - murmuró la muchacha mientras negaba con la cabeza - "vosotros los humanos sois demasiado complicados..."

El joven miró a la muchacha.

- "Que yo sepa tu también fuiste humana..." - le recordó Arthit, ganándose un bufido como respuesta.

- "Hace tanto de eso que no me acuerdo... ahora soy lo que soy... una Guía entre el mundo humano y el Otro Lado. Tu guía"

Arthit hizo una leve mueca con sus labios.

"Si tan sólo no hubiera cruzado esa calle sin mirar... ahora no estaría en esta situación".

Pero lo peor...

Lo peor era, sin duda, tener que decirle adiós a su Kongpob.

A su Moon.

A la única persona a la que había amado y a la que jamás olvidaría.

"Aunque él siga con su vida... aunque conozca a alguien más y me olvide....", se dijo el joven, "yo jamás dejaré de amarle".

Pero...

No puedo ser egoísta...

No puedo desear que él siga aferrado a mi recuerdo.

"Debes seguir adelante, mi Kong... aunque no sea a mi lado".

- "Vámonos..." - musitó en un susurro Arthit mientras se volvía hacia la joven.

Ésta asintió y, con un leve gesto de sus dedos, los trasladó a otro lugar....justo en el mismo instante en el que la puerta del baño se abría y un joven en ropa interior salía por ella mientras terminaba de secarse los cabellos con una de las toallas de mano.

- "Es la hora...y no ha llamado..." - musitó Kongpob, suspirando tristemente pero con un brillo de resolución en sus ojos - "si es lo que deseas... seguiré con mi vida...tan sólo espero que seas feliz, Arthit"

Tras lo cual tomó la caja de terciopelo y, mirándola una última vez, la guardó en el cajón de su escritorio junto con una cadena con un engranaje... un engranaje que... que ya no significaba nada.



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Lo sé...

Sé que no he terminado las otras historias, pero quería publicar este pequeño fic que ya tenía en mi computadora desde hace varias semanas. Espero que os guste 😊

THE STORYBOOKWhere stories live. Discover now