H3 ( SPANISH)

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PENSANDO EN TI


El agua comenzaba a ascender cada vez más y, desgraciadamente, la lluvia parecía que no iba a detenerse. 

Al menos por un buen rato.

Krist, con sus últimas fuerzas, logró ascender hasta quedar tendido sobre la pequeña masa de tierra y roca que, a duras penas, sobresalía del torrente de agua que estaba entrando por la angosta apertura.

"En mala hora decidí visitar la cueva", se dijo mientras intentaba recuperar el aliento perdido.

Con bastante trabajo apartó sus cabellos de los ojos y, con el corazón en la garganta, observó las paredes y el pequeño puente ya prácticamente inundado.

- "Es imposible" - musitó con un hilo de voz - "incluso si lo lograra, ¿por dónde debería ir?"

El joven no lo sabía.

Y es que, no en vano, era su primera visita a las famosas cavernas.

Sus manos se cerraron sobre un gran piedra y, usándola como palanca, logró sentarse y contemplar, por primera vez, el estado de su pierna.

Estaba rota.

Pero lo peor no era eso sino que, a causa de la caída, su mochila y todo el equipo había desaparecido.

No tenía nada.

Nada, salvo sus recuerdos y un par de paquetes de chocolatinas que Singto le había dado justo antes de irse con el otro grupo.

Con Pim.

El joven suspiró con tristeza.

Y es que ni siquiera eso le había salido bien...

Todos sus planes, sus grandes e ingeniosos planes, habían acabado en la basura pues, al final, él se había ido con la joven actriz.

Dejándole una vez más completamente solo.

Krist dejó escapar una leve risilla mientras recordaba la expresión de Singto cuando, extrañamente, la muchacha había decidido ir con ellos.

"Y en el último minuto, como siempre", pensó el joven mientras cogía una pequeña piedrecita y la lanzaba a las azules aguas que ahora le llegaba casi por la cintura.

Y claro...

La joven había ocupado su plaza en el grupo y él, de ser el compañero de Singto, había pasado a ser relegado al segundo grupo.

Al grupo avanzado.

Menuda gracia...

- "Tal vez sea el destino.."- musitó el joven mientras dejaba escapar una sonrisa triste - "el príncipe con su princesa, y el lacayo... el lacayo simplemente debía desaparecer".

Krist miró hacia abajo, hacia el agua que ya le llegaba a la altura del pecho.

Si.

Desaparecer.

Total, nadie le recordaría...

El joven cerró los ojos y se echó hacia atrás, quedando completamente tumbado y a merced del agua que, con rapidez, estaba llegando a su garganta.

Pronto todo habría acabado.

Sólo tenía que dejarse ir... dejar que la oscuridad se adueñara de él y de su mente.

- "Sing..." - murmuró el joven mientras notaba como el agua comenzaba a entrar por su boca.

Una lágrima cayó por su mejilla.

Unos minutos más tarde su rostro quedó oculto bajo el agua que, lentamente, continuaba ascendiendo hasta hacer desaparecer la pequeña roca y al joven que estaba sobre ella.


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