Sara

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Hoy, a la hora de comer, Marina no aparece. Es extraño, ya que hemos salido juntas de la clase de tiro. Sin embargo, cuando ya hace rato que estamos comiendo entra por la puerta y se apresura hacia la mesa sin coger nada de comida.

- ¿Dónde estabas? -le pregunta Nick.

Ella le hace callar con la mano.

- Se supone que no os lo puedo contar, así que ni se os ocurra decir una palabra.

- ¿Qué ocurre? ¿Qué has estado haciendo? -le pregunto.

Ella se sienta de rodillas y se coloca con casi todo el cuerpo encima la mesa para acercarse más a todos y poder hablar bajo.

- Cuando salí de la ducha después de tiro al blanco vino a buscarme uno de esos tío guardaespaldas de Rachel. Me han llevado hasta ella y nos han dejado a solas.

- ¿Para qué querría Rachel hablar contigo? -interviene Mike, con aire de superioridad.

Marina lo fulmina con la mirada y continúa su relato.

- Primero me ha dicho de que no debía deciros ni una palabra de esto. Y luego ha empezado a preguntarme por vosotros -dice mirándonos a Nick y a mí a la vez.

Ris y yo cruzamos miradas.

- ¿Por nosotros? -insiste Nick.- ¿Y qué te ha dicho?

- Me ha preguntado por si últimamente os comportabais de forma extraña o si os habíais vuelto a encontrar mal. Y todo de cosas de este tipo.

- Eh, Marina, siéntate bien -le advierte Mike.

Todos estamos tan atentos escuchándola que no nos hemos fijado de que ha entrado el mismo hombre que de hace unas semanas. El cual ya he averiguado que se llama John y es algo tipo el primer al mando o algo así.

Nos sentamos bien en nuestro sitio y continuamos comiendo nuestros platos medio vacíos.

- Silencio, por favor -dice uno de los hombres que acompaña a John.

Una vez nos callamos todos, John da un paso al frente y empieza a decir:

- Buenos días a todos. Solo he venido para anunciaros de que hoy no se harán las experiencias en vivo. Y que a las cuatro en punto debéis estar todos en vuestra habitación de grupo. Supongo que ya sabréis lo que eso implica. Así que os deseo mucha suerte a todos. Cuando acabéis debéis volver a esta sala.

Una vez dicho esto se marcha con el mismo sigilo con el que ha entrado.

- Por fin algo de acción -exclama Mike.

Hacemos tiempo, igual que el resto de los grupos, en la Sala Comuna hasta que sean las cuatro. Hablamos de diversos temas, principalmente de sobre qué tratará nuestra siguiente prueba.

La verdad es que, aunque llevemos poco menos de tres semanas juntos, me siento muy unida a todo mi grupo. Incluso a Mike, que aunque a veces sea un poco imbécil, es un buen tío.

Entonces, por los altavoces se oye:

- Por favor, dirigíos todos a vuestra habitación de grupo.

Todos nos levantamos de prisa. Nerviosos y eufóricos, a la vez que un poco asustados y nos dirigimos directos hacía la habitación.

Soy la última en entrar en la nuestra y antes de hacerlo alguien me agarra del brazo. Es Ían.

- Recuerda que nada de ahí dentro es real, ¿vale? -parece más una advertencia que un consejo.

Me mantiene la mirada, seguramente esperando a que le conteste.

- Claro.

Entonces me suelta y se dirige con su grupo. En la entrada de su habitación lo espera una chica alta, morena y con el pelo rizado y le hace señales para que se dé prisa. La reconozco de haberla vista sentada en la misma mesa que él a las horas de comer. Me mira con ojos fieros y entra en la habitación

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