De momento no han vuelto a proyectar sus posiciones en el cielo. Nos iría bien que las volvieran a mostrar porque vamos a ciegas de nuevo, ya que no creemos que Ían y Sara hayan sido tan tontos como para quedarse donde estaban después de que los dejaran completamente al descubierto. Al menos sabemos que no los han matado aún -porque sino esto ya se habría acabado- o que no los han matado a los dos.
- ¿No te preocupan las consecuencias de lo que estamos haciendo? –digo para comprobar cómo se toma esto.
- Digamos que su reglamenta no tiene efecto sobre mí. Así que no, no me preocupa. –Se limita a decir.- No eres la única a la que Rachel le ha arrebatado algo, pero algunos sabemos ser más discretos.
Me paro en seco y apunto el cañón de mi fusil contra su pecho, a pesar de que no está cargado.
- ¿Qué quieres decir con eso?
- Nada, déjalo. No quiero empezar una pelea aquí.
- Cuando salgamos de esta tú y yo vamos a tener una larga charla. Que sepas que no se me ha olvidado lo que significa que tengas ese tatuaje en el brazo.
- Pues hace un rato estabas dispuesta a desperdiciar toda la información que puedo proporcionarte solo para matar a Emma –suelta sin más. Lo ha dicho como si dijera cualquier otra cosa, pero en el fondo sé que lo ha dicho expresamente.
A pesar de tener un objetivo en común, eso no nos hace amigos. Desde que nos encontramos en la oscuridad de esa habitación que nuestra relación solo se basó en amenazas y peleas. Puede que ahora no nos odiemos como antes y que no nos pelemos a golpes, pero él no es mi amigo ni lo será. Tan solo es un aliado, un peón que debo mover a mi favor en este juego de venganzas y respuestas. Porque estoy dispuesta a llegar hasta el final y que eso Rachel lo tenga bien claro.
- Para todos los jugadores que sigáis en pie, –dice la voz que da las instrucciones- ha habido un pequeño cambio. Nos hemos dado cuenta de que puede que a dos personas no les afecten las normas de este juego, así que, ahora, ellos también entran en el papel del ratón. Si los matáis a ellos, -dice mientras mi rostro y el de Marc aparecen en el cielo- la recompensa será menor, pero seguirá siendo una ayuda para vuestras familias que permanecen en la pobreza de la Tierra. Una vez más, mostraremos las posiciones de todos los jugadores –Marc y yo nos miramos alarmados- durante unos segundos para daros una pequeña pista. Buena suerte a todos.
El mapa vuelve a aparecer. Nuestros puntos son verdes y están muy cerca de tres puntos azules, que, inmediatamente, cambian su dirección directa hacia la nuestra.
- Rápido, tenemos que salir de aquí –digo mientras empezamos a correr.
En el cielo se refleja que hemos empezado a correr y mientras el mapa permanezca no sirve de nada hacia donde corramos, que siempre lo sabrás. Así que, cuando la imagen se va, cambiamos completamente la dirección, aunque así tampoco sabemos si se están acercando a nosotros. En lo que sí me he fijado es que seguía habiendo dos puntos rojos, eso en cierto modo me alivia.
Se oyen voces acercándose, pero no sabemos con exactitud de dónde vienen. Además, parece que nos superan en número. Nos quedamos un momento quietos, recuperándonos de la corrida y pensando en todas las opciones posibles para salir de esta con vida.
Las voces ya se oyen muy cerca, todo parece igual, parece que vienen de todas partes. Y, en un intento desesperado, Marc me coge del brazo y me empuja con él hacia el suelo al lado de un árbol. Entonces, me doy cuenta de lo que pretende. Bajo las raíces del árbol está vacío y forman como una pequeña cúpula, podemos escondernos allí. Es estrecho, pero servirá.

ŞİMDİ OKUDUĞUN
En Órbita
Bilim Kurgu"¿Alguna vez habéis sentido la necesidad de escapar de dentro de vuestro propio cuerpo, de dejarse arrastrar por el viento y no preocuparos por nada; tan solo de dejarse llevar por la corriente? A veces, a mí me gustaría ser algo tan simple como una...