Ya han pasado dos semanas desde que se ocuparon de todos los heridos. Mi brazo se está curando perfectamente. En esta nave tienen mejor tecnología que cualquiera otra que haya visto en la Tierra. Las técnicas de curación son mucho más avanzadas y permiten que el tejido y las partes dañadas se regeneren mucho más rápido.
Ya hago más o menos vida normal. Menos los entrenos de lucha, ya que aún me duele mínimamente. Al volver lo que más me ha sorprendido es ver lo reducido que se ha vuelto el grupo en general. Es horrible ver el cambio que hemos hecho todos, con la emoción con la que entramos y con lo hundidos que estamos ahora.
Sin embargo, ahora que me he recuperado, tengo ciertos asuntos que hablar con cierta persona. Por lo que sé, en un principio le costó, pero ahora también está prácticamente curado. Si Sara y Ian hubieran tardado mucho más en llegar donde estábamos no sé qué habría pasado.
Lo que más me asusta de mí misma es la frialdad con la que apreté el gatillo durante la prueba. Cuando me dedicaba a matar los participantes del Proyecto Cuerpo no me daban ninguna pena, ellos habían destrozado mi familia. Sin embargo, las personas que mate en la prueba luchaban por los mismos motivos que yo en esos días. Y, cuando vi aparecer entre los árboles a esas dos personas no lo dudé ni un segundo. Levanté el fusil, apunté y disparé. El segundo me vio y me disparó en el brazo, pero, antes de derrumbarme, apreté mi gatillo por última vez. Sin antes pararme a pensar en la cantidad de vidas que había arrebatado ya en tan pocas horas.
Quizás no debí haberlos matado, quizás debí haber muerto yo. Ellos lo hacían por sus familiares, esos que aún siguen vivos en algún lugar de la Tierra. A diferencia de mi hermano, que tan solo sigue vivo en mis recuerdos.
"Busca un motivo para seguir viviendo." Me repetía esas palabras continuamente después de que me quitaran a mi hermano. Yo me cuidaba de él después de que mis padres murieran. Dormíamos en cualquier parte y comíamos lo que encontrábamos, no fueron buenos tiempos. Sin embargo, ahora me parecen de los mejores. Porque el día en que tres hombres se bajaron de esa furgoneta negra y se lo llevaron sin dar explicación alguna todo se arruinó.
Yo intenté que lo dejaran, pero uno de esos hombres me dio un puñetazo que recordaré toda la vida. Me dio tan fuerte que el moratón me duró varias semanas. Me hizo caer al suelo y se me quedó mirando con tanto desprecio, a través de eso ojos tan claros y llenos de odio. Sin embargo, yo me levanté sin pensármelo. Que me golpeara tantas veces como quisiera, no iba a dejar que se lo llevaran. Pero no lo conseguí, corrí y corrí detrás de la furgoneta hasta que la perdí de vista. Y, aun así, no dejé de correr; a pesar de que me sangraran las plantas de los pies y ya no me quedara aliento para seguir.
Así me pasé dos años, callejeando en solitario por la ciudad. Al levantarme y al acostarme me repetía una y otra vez esa frase. Mi motivo era la esperanza de encontrar a mi hermano, pero a medida que pasaban los meses esa esperanza se iba apagando.
Hasta que, un día, mientras observaba a la gente que pasaba por la calle, reconocí a un hombre de ojos claros y mirada arrogante entre la multitud. Instintivamente lo seguí y llegamos hasta un bar. Me esperé en el exterior hasta que saliera y, una vez hubo satisfecho su sed, lo seguí por las calles de la ciudad hasta que llegamos a un edificio. Allí era donde vivía, cuarta planta piso 3-E. Tenía una esposa. Ella trabajaba durante el día y llegaba temprano. Él, en cambio, salía más tarde y antes de ir a casa pasaba por el bar de la esquina a tomarse la misma cerveza todos los días.
Seguí su rutina día tras día, hasta que conseguí la primera arma que sostuve entre mis manos. Como no tenía dinero para pagarla, le prometí a Bex –ahí aún no nos conocíamos- que le haría cualquier favor a cambio. Él aceptó y yo esperé a que ese hombre llegara de tomarse su cerveza mientras su esposa era amenazada por el cañón de mi pistola.

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En Órbita
Science Fiction"¿Alguna vez habéis sentido la necesidad de escapar de dentro de vuestro propio cuerpo, de dejarse arrastrar por el viento y no preocuparos por nada; tan solo de dejarse llevar por la corriente? A veces, a mí me gustaría ser algo tan simple como una...