Observo a Nick durante el desayuno. Tiene muy mal aspecto y todo el rato parece alterado. Sé que ayer empezó su tratamiento, así que supongo que se deberá a eso. En estos momentos, tiene la mirada perdida y ni siquiera ha tocado nada de su comida. Marina, como siempre, tiene muchos temas sobre los que hablar.
- Tenemos que estar muy preparados para las siguientes pruebas. –Oigo que dice ella.- Ya que no puede ser que ninguno de estos –indica con los manos a los chicos y chicas que hay en la sala- nos vaya por delante.
- Por una vez, estoy de acuerdo contigo –coincide Mike.- Aunque deberías aplicar ese consejo principalmente contigo.
- ¿Qué insinúas? Que yo sepa tú tampoco es que hayas contribuido mucho. Ha sido Sara la que única que principalmente ha hecho que superemos las pruebas. Si no fuera por ella, ahora nuestro marcador estaría a menos diez.
- Yo hago una parte muy importante también: liderar.
Marina resopla y suelta un insulto lo suficientemente alto para que lo oigamos todos, principalmente Mike.
Son las 9:15, así que todos empiezan ya a recoger su desayuno para dirigirse a defensa personal. Yo, junto a Ris, recojo mi bandeja y la dejo en la barra de recogida con las de los demás. Salimos de la Sala Comuna y seguimos al grupo de gente dirección a las clases.
- Ahora vuelvo, –le digo a Ris- quiero ir a dejar la chaqueta.
Ella asiente en respuesta y me cuelo en dirección contraria a todos hacia a mi habitación. Cuando llego entro y me sorprendo encontrándome con él aquí.
- ¿Qué haces aquí, Ían?
- Clases de defensa especiales para ti, órdenes de Rachel –contesta él, con entusiasmo fingido.- Vamos –dice con voz monótona, pasando por mi lado y saliendo de la habitación. Yo me quito la chaqueta y lo sigo, quedando con una camiseta negra de tirantes. Pasamos de largo la habitación donde los demás están empezando su clase y nos paramos delante del ascensor.
- ¿A dónde vamos?
- Una clase de defensa especial necesita hacerse en un lugar especial, ¿no crees?
Las puertas del ascensor se abren y subimos dentro. Él aprieta el botón de la tercera planta y las puertas se cierran. Para evitar el momento de silencio incómodo, ato mi cabello en una coleta improvisada.
Lo sigo por los blanco pasillos hasta que entramos a una sala igual de blanca que todo, a diferencia de que las paredes, el techo y el suelo, que son acolchados.
- ¿Por qué esta todo acolchado? –Pregunto, nerviosa- ¿Tan duro va a ser?
- Tranquila, no está destinado especialmente para ti. –Dice con una de esas sonrisas que hacia tanto tiempo que no veía y que tanto odio.
- ¿Entonces para quién?
- Ya lo verás.
Avanzamos hasta el centro de la habitación y se coloca delante de mí.
- Atácame –me suelta.
- ¿Qué?
- Que me ataques. ¿No es lo que se supone que deberías estar haciendo ahora en esa clase tan aburrida?
Pongo lo ojos en blanco y me acerco a él. Intento hacerle una llave de las que nos enseñan, creyendo que lo pillaré de improviso. Sin embargo, al momento, contradice el rumbo de mis movimientos de forma que acabe yo en el suelo y el viéndome desde arriba.

KAMU SEDANG MEMBACA
En Órbita
Fiksi Ilmiah"¿Alguna vez habéis sentido la necesidad de escapar de dentro de vuestro propio cuerpo, de dejarse arrastrar por el viento y no preocuparos por nada; tan solo de dejarse llevar por la corriente? A veces, a mí me gustaría ser algo tan simple como una...