- ¿Qué es eso? –grita una chica de nuestro grupo, señalando al frente.
Una gran estructura negra se acerca hacia nosotros, con líneas rojas recorriendo su cuerpo. Abro el mapa y veo que es el punto negro, que se acerca hacia aquí, acompañado por el resto de amarillos.
- ¿Estáis viendo todo lo que se nos viene encima? –dice un chico, también observando el mapa.- ¿Estáis seguros de eso? ¿No será mejor que nos alejemos y no que corramos directos hacia ellos? –parece asustado, aunque creo que en el fondo todos lo estamos. Es muy probable que si nos topamos con eso muchos muramos, pero no tenemos otra opción. No se trata solo de ir en busca de Ris, ahora que nos han detectado debemos enfrentarlos.
- Escuchad, -dice Emma, llamando la atención de todos. Cuando la veo sigo sintiendo el mismo odio hacia ella y la imagen de cuando disparó a Marina se repite en mi cabeza. Sin embargo, ahora no tengo tiempo para pensar en eso- ahora ya no hay vuelta atrás. Nos han visto, vienen hacia aquí, así que vamos a matarlos a todos.
- ¿Y cómo propones hacerlo?- dice alguien, desafiándola.
- ¿Veis ese edificio? –dice, señalando la estructura de un edificio que sobre sale tres pisos de la arena.- Vayamos allí y disparémosles desde arriba. Así al menos estaremos un poco protegidos y tendremos mejor visión de la situación.
No tenemos mejor opción, así que hacemos lo que ha propuesto. El edificio no tiene paredes, tan solo cuenta con los suelos y techos y escaleras para subir a la siguiente planta, aunque están en muy mal estado. El edificio cuenta con cuatro plantas, aunque nos quedamos en la tercera. Nos posicionamos todos al borde, cargamos nuestras armas y esperamos a que las máquinas se acerquen.
Abro mi mapa, están tan solo a doscientos metros. Me fijo también en el punto que representa a Ris, ya no hay ningún robot siguiéndola, pero igualmente se dirige también hacia aquí. Sin embargo, no sigue el mismo camino directo que los robots, sino que avanza unos metros más atrás y corre alrededor de los edificios. Supongo que lo que intenta es que no la vean.
Observo a las personas que hay en el grupo. Seguramente ninguno de nosotros debe de pasar de mucho más de los veinticinco años y ya nos encontramos todos sujetando fusiles de asalto y planteándonos si es hoy cuando vamos a morir. Desde luego, ninguno de nosotros se imaginaba que nos íbamos a encontrar en esta situación. Sin embargo, lo que sí que veo en las miradas de cada uno es el valor, la determinación de que piensan pelear con todas sus fuerzas. Porque nadie tenía planeado morir ningún día durante estos tres meses y así va a seguir siendo.
- ¡Cuidado! –grita alguien, a la vez que un seguido de balas empiezan a impactar en el edificio.
Por surte aún se encuentran a unos cien metros y desde esa distancia su puntería no es tan exacta. Eso quiere decir, pero, que ya deben haber fijado a alguno de nosotros como objetivo. Sin embargo, los robots pequeños no parecen nada al lado del negro, que avanza unos pocos metros más atrás de los demás.
Todos volvemos a posicionarnos, atentos por si vuelven a dispararnos y preparados para disparar cuando estén a nuestro alcance. Utilizo la mira del arma para poder verlos más de cerca, cuando una luz azulada me barra la visión. Seguramente eso iba para mí, ahora debo estar más atenta porque una de esas máquinas va a ir exclusivamente a por mí.
- Sara, -oigo que dice Ían, colocándose a mi lado. Sin embargo, yo no me giro para mirarlo, tan solo mantengo la vista fija en la amenaza que se acerca- sé que lo que hice es horrible y entiendo perfectamente que no vayas a perdonarme jamás, pero lo siento. De verdad que lamento con toda mi alma la decisión que tome ese día. Necesitaba decírtelo, por si morimos hoy.
- Tú no sé, pero yo no tengo pensado morir.
Ían no dice nada nada más y se va, comprendiendo que no lo quiero cerca. Yo inspiro y trago el nudo que se ha formado en mi garganta. Porque cuando he escuchado su voz he sentido como el pecho se me comprimía, porque una pequeña parte muy a dentro de mí me ruega que lo perdone, pero es imposible que eso llegue suceder.
- Preparaos, ya casi los tenemos al alcance –dice Emma, para mantener a todos alerta.
Dos de los robots vuelven a disparar de nuevo, conseguimos esquivarlo y todos empezamos a disparar también. Hay unos diez de pequeños, además del grande. De momento nos mantenemos bien, ellos disparan y nosotros también. Cuando sus balas llegan nos ocultamos como podemos, algunos han recibido algún disparo, pero de momento nada crítico. Con esta técnica conseguimos acabar con tres. Sin embargo, llega otra lluvia de balas y alcanza de lleno a una chica que disparaba tumbada en el suelo. Segundos después, desaparece.
Sin embargo, lo peor nos espera cuando el robot negro llega delante del edificio. Desde donde estamos alcanzamos a mirarlo directamente a la cara. Todos nos preparamos para dispararle, pero antes de que nuestras balas impacten entre sus ojos, se protege con el antebrazo. Eso es algo que ninguno nos esperábamos. Entonces, con el otro brazo da un puñetazo contra una parte de la estructura del edificio, provocando la caída de tres personas. Solo espero que estén bien, a este paso va a acabar con todos.
- ¡Ris! –oigo que grita Marc, captando mi atención.
Me asomo al borde y la veo. Pasa tan rápido como puede entre los robots, que por suerte todos tienen un objetivo fijado entre nosotros y a ella no le prestan atención. Una vez llega a la base del edificio entra y empieza a subir las escaleras. De mientras, nosotros, intentamos otro ataque contra la cara del negro, pero de nuevo vuelve a protegerse. Es como si adivinara nuestros ataques antes de que sucedan.
Oigo las pisadas de Ris llegando a nuestro piso, pero no se detiene, sigue subiendo dirección al cuarto piso.
- ¿Dónde vas? –le grito, alzando la voz por encima de los disparos para que me escuche.
- No os preocupéis, mantened al grande distraído –responde, llegando al piso de arriba.
Yo hago lo que nos ha dicho y le disparo, a pesar de que se esté protegiendo. Entonces, veo como alza de nuevo su puño, dirección al resto de los que quedamos. No hay forma de que esquivemos esto, va a darnos. Y por mucho que disparemos a su brazo o su rostro protegido no nos va ayudar, porque nuestras balas no son capaces de atravesar su coraza.
Pero, entonces, mientras la sombra de su brazo empieza a cernirse sobre nosotros, veo a Ris saltando desde el piso de arriba. Mientras va cayendo empieza a disparar directo a su cabeza, con el fusil por delante. Cae encima de su cabeza y saca también la pistola y dispara con ambas manos contra el robot.
Él parece no saber cómo protegerse, provocando que olvide el ataque que nos enviaba a nosotros. Sin embargo, Ris no se detiene y nosotros aprovechamos la situación para disparar también contra su cara. El robot parece estar colapsando, humo sale de su cabeza y sus vetas de energía parecen estar colapsando.
- No os olvidéis de los pequeños –oigo que grita Nick. Ya que ellos vuelven a dispararnos y veo al chico que se encuentra a mi lado desvanecerse.
A pesar de que no hace nada, el robot gigante aún se mantiene en pie. Entonces, Ris lanza el fusil, sujetando tan solo la pistola con fuerza y se cuelga delante de la cara del robot. Y, entonces, le dispara directamente entre los ojos, provocando una gran explosión.
Por unos segundos todo es humo, al no verse nada los pequeños dejan de disparar. Entonces, se oye como el pesado cuerpo de la máquina negra cae al suelo y siento el alivio recorriendo mi cuerpo. Aunque lo único que espero es que Ris no haya resultada herida.
- Viendo el éxito que estáis teniendo, -se oye que dice la voz que nos da las instrucciones al principio de cada prueba- hemos decidido aumentaros media hora más.
Todos miramos el cronómetro, esperando que sea una broma, pero no. El reloj vuelve a marcar una hora, sesenta minutos más en este inferno. Al menos ya no quedan tantos robots y cuando el humo acabe de desaparecer podremos acabar con ellos.
- Mirad el mapa, no puede ser –dice Nick.
Abro mi holograma y veo que a nuestro alrededor han aparecido unos veinte puntos amarillos más, a este paso no lo vamos a conseguir.
- P

KAMU SEDANG MEMBACA
En Órbita
Fiksi Ilmiah"¿Alguna vez habéis sentido la necesidad de escapar de dentro de vuestro propio cuerpo, de dejarse arrastrar por el viento y no preocuparos por nada; tan solo de dejarse llevar por la corriente? A veces, a mí me gustaría ser algo tan simple como una...