Capitulo 76

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[Harry]

"Joder, lo-lo siento," tartamudeo en un susurro. "Lo siento tanto Lucy."

“Harry no-no llores,” escucho su voz débil y mis manos se aferran más a ella.

Pero es demasiado tarde, estoy llorando como un jodido bebé por Lucy.

Los dedos de Lucy acarician suavemente por mis no bien formado rizos y yo entierro mi nariz aún más en su cabello mojado. ¿Por qué su cabello tiene que oler tan jodidamente bien? Creo que voy a llorar aún más.

“Lo siento,” repito una vez más.

Desearía poder decir las palabras y en verdad obtener un perdón pero es prácticamente imposible.

 Ahora que lo pienso ni siquiera puedo recordar la última vez que lloré y posiblemente fue por mi perro que murió hace unos 9 años atrás. Definitivamente nunca lloro porque llorar es mostrar debilidad. Me siento tan avergonzado y expuesto y detesto esto. No quiero que ella sienta pena de mí, no necesito la lastima o compasión y menos de Lucy.

Sus brazos alrededor mío es un alivio pero al mismo tiempo me está volviendo loco. Es un alivio porque es Lucy pero me desesperan porque están muy delgados para mí gusto. ¿Qué rayos le sucede a ella? Aparte ¿acaso su jodido novio Eric no le dice nada al respecto? Ese hijo de puta.

Sollozo como un bebé en su hombro y las palmas de mis manos se deslizan de su espalda hasta sus costillas y Lucy suelta un pequeño quejido. Me alejé enseguida y ella bajó la vista. Sé que algo va mal.

“¿Qué sucedió?”

“Nada,” se abraza a sí misma y no se atreve a mirarme.

“¿Te duele?” Traté de tocar sus costillas pero Lucy gateó lejos de mí. “Lucy,” le advierto mientras gateo hacia ella. Su espalda choca contra la pared y su zapato se posa sobre mi hombro para detener que me acerque más.

“Estoy bien,” murmuró.

Soltó un quejido porque le dolían las costillas, debe tener algún hematoma y yo necesito verlo. No veo el problema porque yo ya la he visto sin camiseta aunque haya sido como una vez en todos esos meses.

“Déjame—“

“No,” ella murmuró firmemente.

Por unos segundos nos quedamos así, mis ojos recorren de su tobillo y a través de su pierna y subo a su rostro. Sus mejillas pintadas de rosados y sus labios entreabiertos pero lo que capta mi atención es la pequeña herida en el extremo de su labio inferior. Cierto, tengo cosas que hacer.

“Ve a la sala y yo buscaré algún botiquín o algo que ayude con tus heridas,” explico antes de levantarme.

Limpio mis lagrimas con el dorso de mi mano y me dirijo al baño. Busco en el pequeño mueble y hay alcohol, un par de curitas y algodón. Hago mi camino hacia la sala y ella está sentada en el sofá.

“Sólo tengo esto, espero que sean suficiente.”

Lucy estira su mano hacia mí y yo frunzo el ceño. “Puedo ayudar también.”

Yo quiero hacerlo porque ella me ayudó varias veces cuando estaba ebrio y esa porquería.

“Vamos,” dice firmemente y estoy increíblemente sorprendido porque no ha tartamudeado ni vacilado una sola vez.

Derramo alcohol en el pedazo de algodón y se lo entrego. Lucy se concentra en sus manos y lo desliza alrededor de sus palmas. Frunce un par de veces y quizás es por la quemazón del alcohol contra su piel raspadas.

Opposite worlds  »h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora